viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 9 ago 2018

editorial

El porqué de la negación

Hoy Cambiemos se muestra totalmente a la deriva, sin rumbo, con un jefe comunal negacionista que permanece recluido en su pequeño círculo.


Por: Semanario

La alianza Cambiemos, casi desde su llegada al municipio, ha estado utilizando la negación para ocultar sus falencias, con el fin de no hacerse cargo de una crisis que han generado o, para ser más benévolos, empeorado.

Precisamente, sólo reconocen como situación crítica la que padecía el gobierno anterior y recurren hacia el pasado cada vez que hay explicar algo malo.

Sin embargo, los 31 meses hacia atrás o el presente, parecen ser parte de una etapa donde el relato abunda en palabras suaves y edulcoradas que evitan mostrar la realidad tal cual es y se hacen los ciegos ante los resultados negativos.

Los especialistas en psicología que han estudiado la negación, sobre todo en el ámbito de la terapia familiar (al fin y al cabo una comunidad tiene mucho de similitud), se refieren a ella en los siguientes términos: “Un modo de abordar erróneamente un problema reside en comportarse como si tal problema no existiera, es decir aplicar como solución la negación del problema”.

De ello se derivan dos consecuencias: a) el reconocimiento del problema es considerado como manifestación de locura o maldad y b) el problema que exige cambio se complica crecientemente por los problemas creados por el erróneo modo de abordarlo.

La gestión Petrecca presenta estas características claramente emparentadas con la comunicación que pregonan los gobiernos nacional y provincial.

Para el administrador comunal parecen no existir inconvenientes en el distrito y se obliga a creer -e intenta que todos crean- que el municipio funciona perfectamente, tal cómo se planeó, si es que alguna vez hubo un plan, y que aquellos que marcan errores son mentirosos que sólo buscan poner palos en la rueda a los “eficientes” funcionarios.

Y debido a la negación de problemas, es que los funcionarios, incluido el intendente, terminan ridiculizados por hacer permanentes promesas de grandes proyectos que son postergados una y otra vez, mientras se acumulan por doquier en una ciudad olvidada por propios y extraños.

Se niegan las carencias hospitalarias, la deficiente atención de las salitas de salud, la alicaída infraestructura edilicia en educación, los caminos a los pueblos, la utopía del transporte urbano, las bicisendas, la casa fastuosa, las relaciones sospechosas y la falta de un montón de obras anunciadas.

Lo hecho hasta ahora es poco, demasiado poco para las expectativas de la gente que apoyó un relato que acabó siendo un cuento.

Una y otra vez se dice que “se hará” lo que luego no se hace y ya pasaron más de dos años y medio de una gestión dedicada íntegramente a los encuentros festivos, embanderando el edificio municipal,  organizando desfiles o celebrando la llegada de una llama, cuando lo que se requiere más allá de la fiesta, es desarrollo, operatividad y un plan de trabajo para zanjar la situación crítica que, casualmente, niegan.

La negación consiste en la invalidación de una parte de información desagradable o no deseada y en vivir la propia vida como si aquella no existiera. Es un mecanismo de defensa que los psicoanalistas relacionan fundamentalmente con la depresión, pero es apreciable en otras patologías, la ansiedad entre ellas, y aún en la vida cotidiana.

Desde Cambiemos, la persistente negativa de verse influido por las evidencias de la realidad, también es un indicativo de que el mecanismo de la negación está funcionando.

La negación en el contexto de la enfermedad no se considera efectiva, ya que el individuo deja de desarrollar un afrontamiento apropiado como, por ejemplo, no buscar atención médica.

En política funciona de la misma forma, ya que a nivel local se intenta tapar la acuciante situación de los vecinos, cuando no se está considerando una salida o una oportunidad ante la crisis.

En un trabajo sobre los “procesos de preocupación”, especialistas han centrado su investigación en el hecho de que las personas que usan la negación (también la evitación) como forma de afrontamiento, experimentan un mayor alivio emocional en la primera situación amenazante, pero pagan por ello, manifestando una vulnerabilidad continuada en las siguientes.

El intendente Petrecca es noticia de medios nacionales cada semana y no precisamente por su buena gestión sino por –al menos hasta ahora- desordenada gestión que levanta sospechas de todo tipo, ya sea por amiguismo, licitaciones directas, sobreprecios y otros ítems similares. Esto lo pone en situación de vulnerabilidad.

Hoy Cambiemos se muestra totalmente a la deriva, sin rumbo, con un jefe comunal negacionista que permanece recluido en su pequeño círculo (#ElReinodeAlexia), secundado por aduladores cuidadosos de su cargo funcional, y sólo sale de allí a sacarse alguna foto festiva en un país cuyo propio partido lo sumió en la tristeza y pesadumbre.

Ante ello sólo queda hacerse del coraje necesario para abrir el juego, escuchar lo que se negó hasta ahora, sacarse la faja de los ojos, ver distintos colores y pareceres y retomar el rumbo por al menos un año y medio más, hasta que pueda entregarle el timón a un piloto de tormentas más apropiado.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 4 DE AGOSTO 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA  

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