HUMOR POLÍTICO | 9 ago 2018
PÁGINA AMARILLA
El Reino de Alexia (XVII)
¡Explotó el reino! ¡Alexia tiró la casa por la ventana! Bueno, su casa no. Si quisiera hacerlo, necesitaría una ventana muuuuy grande para tirarla por ahí, no. Por eso, tiró la casa… del reino por la ventana pero en sentido figurado. O sea, el reino vivió una fiesta a full, como hacía tiempo no vivía. Con banderitas, niños, sonrisas y bailes.
Cómo él quería, porque la anterior fiesta, la de la laguna del reino y sus pescados (los del agua) no tuvo el brillo de ésta. Por el frío, la inundación y la sequía. Bueno, casi, casi como ahora porque no es que la cosa cambió. En verdad, no cambió nada, más bien que se complicó aunque está más que claro que eso a los del reino Amarillo les importa un joraca.
Aunque les importa por otro lado. Por eso cuenta la acción del reino. La cosa es que al reino llegó de visita la llama de Larretus Griegus. Pasó en medio de un gentío de las afueras. Era tanta la felicidad, (cómo habrá sido) que Alexia hasta se le animó al candil, pese a que algunos malpensados le susurraban ‘bajate, la vas a apagar’ y cosas por el estilo.
Pero por suerte los ángeles atentos lo protegieron y la cosa fluyó como en las mejores épocas. Hasta sol hubo en el reino. Alexia debe tener un Dios aparte, si es que tiene uno. Espiritual, ¿se entiende? Porque hubo algunos que nombraron a Mammon, pero ése es otro Dios, es el del dinero. ‘Ése es el Dios de este muchacho’, comentó un afuerista con la boca llena de facturas.
El asunto es que Alexia venía de disfrutar de un baile que en el reino le llaman tango que consiste en abrazar con amor a la pareja, en un juego de seducción. Casi igual a lo que él hizo, que encantó a miles que aunque están desencantados, ya están abrochados.
Alexia vendría a ser casi como Blancanieves pero sin zapatitos de cristal. Con la Carroza pero sin las doce de la noche ni calabaza. ‘Más que Blancanieves es el zapallo’, gritó uno de las afueras, de lejos, porque la semana pasada lo corrieron a escobazos del Palacio Amarillo local. La cuestión es que Alexia, contra viento, marea y sudestada del reino, ha sido nombrado con el título de formador de futuros reyes que quieran acceder al reino. ¡Aprendan!, gritaron unos sialexistas más sialexistas que Alexia mismo.
Rey, Noble pero nada mejor que Maestro. Alexia es un fenómeno. Primero encantó a los de las afueras, y ahora encantó a los de arriba. Parece que los reinos Amarillos han creado una especie de escuela para aquellos que quieran ser futuros reyes. O futuros Alexia. ¡Imaginen más Alexias en el reino!
Los amarillos van para adelante. Y no hay tormenta que a ellos les impida avanzar. La tormenta sacude a todos los demás, pero nunca a ellos, que entre otros privilegios, también para esos son reyes. Para que los males sean ajenos.
Porque la tormenta que describió Amarillo I es de verdad y todos los de las afueras la sufren cada dia más. Más en bolas y más cagados de frío, cada vez más. Aunque los reyes, vivos, cada tanto, les mandan una apisonada, un empedrado nuevo, algún regalo y así van. Subiendo y creciendo. Ellos. Los de las afueras cada vez más afueras. O más abajo.
Pero que les importa. A ellos. Si la vida y la llama les sonríe. Para qué van a cambiar. Las cagadas se las manda Amarillo I y a él le echan las culpas; claro, sin decirlo en público (no vaya a ser que se ofenda y se acaben todos los privilegios que tanto costó conseguir) y con que al reino chico cada tanto llegue algo, alguito, el amarillo tanto no destiñe.
Como dijo un Amarillo recontraamarillo antes de que nacieran estos amarillos: “hay que pasar el invierno”.
Y parece que está pasando. Sí, con el reino en pelotas y engripado. Pero ese no es problema de Alexia. Los amarillos están para otras cosas.
PetrEgo
Si algo precisa un político es suerte. Y no puede decirse que a don PetrEgo no lo acompañe. Esta semana el viento de cola le levantó la nariz, tanto que se dio el gusto de bailar y premiar a los ganadores del festival de tango, encender sin que se le apague la llama olímpica y tras cartón, volvió a la rutina de visitar al club de los ganadores. Como ya lo hizo con otras fábricas, ahora puso su mejor sonrisa para interiorizarse de la inoculación de soja y maíz y la venta a Paraguay.
Por si fuera poco, recibió el aval para ser uno de los líderes y formadores de la futura escuela de dirigentes Pro. Un combo que para las épocas que vivimos es casi, casi, como ganarse una estatua en medio de la plaza.
“Queremos que haya más empresas como éstas, que se animen y exporten, que exporten, así Junín crece y se desarrolla”, dijo PetrEgo montado en su borrico.
Oh… acabamos de dar una idea… ¿No habrá alguno pensando en retirar a San Martín y su caballo de la 25 de Mayo para implantar al nuevo líder, no?
Ojalá pase la tormenta así los emprendedores que la pelean desde hace tanto tiempo, encuentran las condiciones para sacar la cabeza afuera del agua. Y los consumidores, puedan volver a ser eso. Consumidores. No es poco desearlo. Algo un poco más normalito, predecible, que hoy suena a tanto, en tiempos de tormentas bravas como éstas.
Boletín comunal amarillo
MIRÁ LO QUE NO HICIMOS ESTA SEMANA:
-Contar qué pasó con el camino a la laguna. El silencio es salud.
-Explicar de dónde la sacamos para financiar la campaña. Para qué si los otros también lo hicieron.
-Expresarnos por las empresas en crisis y con despidos. Pero visitamos a otro del club exportador. ¿O no? A los caídos, no.
-Darle curso al pedido de informes sobre la calidad del agua de la ciudad. ¿Con arsénico, glifosato y atrazina? La Comisión de Salud no tiene tiempo.
-Cortar el yuyal de la pista de atletismo de calle Posadas. Para qué, si la llama ya pasó y pronto todos se olvidarán.
-Arrancar con el timbreo. Pero pronto saldremos en malón por la reválida de la triple Corona.
-Seguir con el pintado y repintado de sendas peatonales. ¿Para qué era eso?
-Inaugurar un semáforo. Vamos a hacerlo con varios, pronto. Van a ver.