viernes 26 de abril de 2024

LOCALES | 19 sep 2018

EL PIOJO ROMPIO EL SILENCIO

Garbe: “Es imposible que me condenen, fuimos engañados”

El ex director del HIGA rompió el silencio y le contó su versión a SEMANARIO. Por qué lo quieren acusar de administración fraudulenta por haber contratado cinco traffics, por 20 mil pesos, para trasladar personal a un supuesto acto político en San Vicente. Él asegura que le dieron la orden desde el Ministerio de Salud de trasladar personal sanitario para una jornada de capacitación. A quiénes acusa y qué dice sobre la actualidad del Hospital local.


Por: Semanario

El 19 de diciembre de 2014, el doctor Carlos Garbe abonó 20.534,60 pesos por la contratación de cinco combis, para trasladar -un mes antes- personal sanitario hasta San Vicente, donde sus superiores del Ministerio de Salud le dijeron que se iba a realizar una jornada de capacitación.

Tras la confirmación de que la causa sería elevada a juicio oral, que originó una furiosa defensa de juninenses en las redes sociales, Garbe decidió romper el silencio y ofrecer su versión de los hechos: eligió SEMANARIO para hacerlo.

Además, evaluó sin tapujos que el Hospital Piñeyro es “un desastre”, confirmó que faltan residentes y médicos y que a pesar de que fue anunciada la llegada de la bomba de cobalto con bombos y platillos a fines de mayo, el servicio todavía no se presta.

La voz del ‘Piojo’. Para conocer la otra parte de la historia…

-¿Cómo se llega al juicio, cuatro años después?

-Todo surgió por una contratación que se hizo a instancias del Ministerio de Salud. La orden fue que todos los hospitales debíamos mandar personal sanitario a una jornada de salud; no sabíamos la finalidad pero sí que convocaba el Ministerio a través del director de Hospitales.

Del acto partidario me enteré varios días después de haber vuelto a Junín, cuando empezó el rumor. No sé qué fue de la jornada, cuando fui a declarar ante el fiscal le expliqué. Yo cuento siempre lo mismo, porque es lo que viví.

Para esa jornada no recibí un llamado, sino que fue convocada a través de Región Sanitaria a los doctores Jorge Cortés y Sebastián Menesse. Me dijeron que las combis ya estaban contratadas, y que había que hacer el viaje a San Vicente. Pero a raíz de los problemas que tenía a diario con Miguenz, Córdoba y Pérez, los pseudosindicalistas, dije que yo no viajaba.

Por eso hablé con el director de Hospitales, que me confirmó que personal sanitario debía viajar junto a las enfermeras recibidas del Plan Eva Perón. Finalmente fui. Salimos como a las 9 de la mañana de Junín porque llovía muy fuerte.

Cuando llegamos había sí muchísima gente en la quinta de San Vicente y me encontré con el director del CUCAIBA, con quien me quedé charlando sobre el papel de Junín en la donación de órganos, que se había venido abajo, y me pidió organizar un equipo con ganas.

Ya había terminado la jornada, había un lunch, comimos y nos volvimos a Junín. A los pocos días comenzó el rumor de que habíamos ido al lanzamiento de la agrupación “Ramón Carrillo”.

El doctor Pedernera me insinuó por qué no había denunciado esto, así que le respondí que con los problemas que había en el Hospital no podía ponerme a investigar eso, de un sector político que no pertenezco, que no existe en Junín. Yo era parte del sector de Gustavo Traverso.

-¿La justicia investigó por una denuncia o de oficio?

-Es una denuncia que hicieron Julio Miguenz (ATE) y Silvia Fulgenzi (CICOP). Antes que el fiscal Esteban Pedernera tuviera la causa, charlé con Vanina Lisazo, quien me dijo que si no había habido desviación de dinero, no podía imputarme nada. Fue una contratación de un servicio y se pagó según lo que correspondía.

Luego Lisazo fue desplazada a otra fiscalía y cuando se hizo cargo Pedernera comenzó a revisar ‘expedientes muertos’, entre los cuales figuraba el mío.

No le creí y pude comprobarlo el 28 de diciembre, tras una reunión que tuvimos dos meses antes. Cuando fue pasando el tiempo, asistió una chica a declarar, el viceministro también aportó que se trató de una jornada al igual que la jefa de enfermeras de Neonatología, María Elena Albamonte.

Yo volví de esa jornada con el doctor Vittar, quien declaró que había sido una jornada política, donde se cantó la marcha peronista, que había llevado a la madre y cuando terminó el acto, fue a recorrer la quinta y yo me quedé comiendo.

En la audiencia, el fiscal me repitió algunas frases típicas que usa Adrián Pérez. Él quería que yo le dijera que había habido un acto, pero yo no estuve ni lo vi.

Entonces, el fiscal me habló de la presión que recibe de Pérez y del periodismo, sabiendo que fue Birello (NdR: Claudia – LT20 Radio Junín) la que presionó siempre para sacar adelante este juicio. Muy poco después de terminada la audiencia del 28 de diciembre, apenas media hora, ella ya sabía lo que había pasado y había empezado a hacer circular la versión. Al otro día salió una nota en La Verdad de que había sido imputado.

Pedernera desechó una larga lista de testigos que yo había presentado y propuesto, que incluían hasta al ex director provincial de Hospitales, o a Juan Quadrelli, ex director regional de Hospitales, o al propio Adrián Tarditti, titular del INCUCAI.

Me acabo de enterar, además, en una reunión que mantuve con mi abogado Darío De Ciervo, que el fiscal eleva a juicio la causa poniendo algunos adjetivos hacia mí como ‘mentiroso’, ‘imbécil’, ‘pusilánime’, cuando sólo se debería dedicar a investigar y demostrar si hubo defraudación o algún delito.

-¿Piensa que fue una causa armada, con el objetivo de dañar a su persona?

-El tema viene desde hace mucho tiempo atrás. En su momento, Adrián Pérez le había hecho una denuncia al doctor José María Castro, quien cuando terminó la función en el hospital de Junín fue enviado a la Región Sanitaria III y la plata que cobraba demás por el cambio de funciones, el ex director del HIGA Claudio Ricasoli le propuso donarla para comprar insumos.

Pasaron dos años y Pérez estaba en conocimiento de esto, pero con la participación de un empleado infiel, consiguió el recibo de sueldo de Castro, que seguía cobrando como director sin ejercer, y se lo dio a Pérez que hizo la denuncia.

En ese momento salí en defensa de Castro, excelente profesional y persona honesta, que siempre respondió llamados y solucionó problemas. Y también dije que Pérez necesitaba dos minutos de fama, porque siempre quiere estar en los medios. Con eso me hizo una querella, que perdió, se envenenó y tuvo que pagar.

Con Birello los problemas también vienen de mucho tiempo atrás, porque ella estaba siguiendo una causa de una supuesta violación a una chica sordomuda, con un ex jugador de Sarmiento involucrado. Ella era una maquinita de decir pavadas, y yo le decía que no había sido violación, porque las mismas palabras de la chica así lo indicaban; de hecho terminó en una absolución. Desde ahí quedó un gran encono.

-¿El fiscal, entonces, actuó presionado?

-Pedernera no supo soportar la presión de Pérez y Birello, y en segundo lugar quiere trascender a través de una resolución acusándome de defraudación, cuando las traffics fueron contratadas, el personal  de salud viajó y volvió, pero no sé si querían aprovecharnos para un acto… eso no era problema mío. Habíamos sido llamados del Ministerio para una jornada de salud. Yo no vi ningún acto.

-¿Cómo puede terminar esto?

-Esta es mi versión, que no voy a cambiar, porque es lo que realmente pasó. A mí me parece que sabiendo todo el procedimiento, es imposible que me condenen. Eventualmente fuimos usados, engañados en nuestra buena fe.

-¿Cómo está viviendo todo este proceso? En las redes sociales lo “bancan” todos.

-Con mi familia ningún problema porque saben que en ningún momento actué de mala fe. Y el apoyo me reconforta. Si bien no tengo redes sociales me comentan todo el tiempo los que la gente escribe sobre mí

Si me investigan porque pagué de más una contratación, estaría bien, pero yo aboné lo que correspondía. Es más, yo no quería pagar las cinco traffics porque habían viajado cuatro, pero habíamos contratado cinco.

Yo no organicé un acto político, ni llevé gente para eso, y no hubo malversación porque no hubo un peso de diferencia sino que se pagó lo que se había licitado.

REALIDAD HOSPITALARIA

-¿Sigue trabajando en el HIGA?

-Sí, estoy martes y jueves como médico de consultorio externo.

-¿Y cómo ve el Hospital hoy?

-Un desastre. En su momento, pregunté cómo era posible que vayan a autorizar 13 millones de pesos para hacer una ‘casita’ para los residentes, cuando con esa plata se hacían todos los baños y los techos nuevos, se pintaba todo y había posibilidad hasta de comprar insumos.

Hoy hay un montón de obras iniciadas y el achique es infernal, con la emergencia funcionando en un pasillo de seis consultorios.

Por otra parte, se hizo esa casa para residentes y no vienen médicos, no llegaron de Clínica General, Emergencia, Medicina general. Vinieron dos de Cirugía, alguno de Ginecología y Traumatología, así que se gastaron trece millones para una casa destinada a ocho personas.

Además, en planta no hay médicos: hay cuatro clínicos para todo el HIGA, más Barisich y dos residentes.

En Pediatría no entraron suficientes residentes, porque cobran dos mangos así que nadie acepta serlo. La UTI pediátrica se iba a cerrar, porque no tiene estadísticas y se maneja con uno o dos pacientes, así que no se puede pedir que se transforme en un servicio ni solicitar más médicos o personal. La dejan abierta porque hubiese sido un escándalo.

La bomba de cobalto está, pero el servicio no funciona todavía por otros problemas.

-¿Lo ve peor que durante su gestión?

-Sí, porque cuando estábamos nosotros todo lo hacíamos a los ponchazos, pero se hacía. Yo debo agradecer a mucha gente de la sociedad que colaboró. Por ejemplo, yo pedía a la Municipalidad que mandara máquinas para cortar el pasto pero no me enviaban. Así que Sergio Cortés, que era el encargado de Espacios Verdes, me decía que le pagara el combustible y me mandaba las máquinas para hacer todo. Yo les pagaba el combustible de mi bolsillo.

Los techos en mi época no se llovían. El Ministerio no me mandaba para reparar, pero una señora había cambiado todos los techos de su casa, todas las tejas, así que las donó y las llevamos al HIGA en el auto de mi cuñado. Por eso Pérez me trataba de ‘techista’, en forma despectiva, pero era un trabajo permanente para mantenerlos en condiciones.

EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 15 DE SEPTIEMBRE 2018 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA    
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