Aunque en principio Unidad Ciudadana no aparecía en el radar de la distribución de cargos, los acuerdos posteriores le habilitaron al bloque más opositor una silla en el próximo directorio del Banco Provincia. Y el espacio político decidió que el lugar lo ocupe la exdiputada nacional Juliana Di Tullio. Sin embargo, la negativa del kirchnerismo a votar las tres leyes fundamentales que se aprobaron en la madrugada de este martes abrió un interrogante sobre el cumplimiento de ese preacuerdo. 

Es que algunos en el oficialismo sostienen que “Unidad Ciudadana no cumplió con lo pactado, ellos habían quedado en abstenerse pero no en votar en contra todo, si ellos no cumplieron no pueden pedir que nosotros cumplamos ahora”. No obstante, quienes tejieron la intrincada madeja para contar con Presupuesto, endeudamiento y ley impositiva por afuera de la Legislatura, sostienen que “todos los espacios jugaron bien”.

De todos modos, quien cerró el acuerdo para que Unidad Ciudadana colaborara al menos con el quórum y facilitara los tratamientos fue Martín Insaurralde. La arquitectura de la interna del peronismo terminó por definir cómo actuaba cada sector en el recinto. Desde el kirchnerismo aseguran que ellos nunca prometieron la abstensión y que el compromiso fue hacer menos engorroso el tratamiento, nada más. Y peleará por el cargo.

En tanto, los intendentes se quedarán con otra silla en el Banco Provincia y una en el Tribunal de Cuentas. También guardan en caja de seguridad los nombres, aunque es posible que el exfuncionario provincial Franco La Porta pueda llegar al Banco Provincia, cargo por el cual pugnan otros como el exsenador Patricio García. Para el Tribunal de Cuentas se dice que quien decidirá el nombre será Insaurralde, quien llevó adelante las negociaciones del Presupuesto con el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai. No obstante, una fuente del espacio de los jefes comunales dialoguistas sentenció que “todavía no están los nombres y eso se va a decidir entre todos”.

Frente Renovador

Sergio Massa pondrá dos directores en el Banco Provincia y un vocal en el Tribunal de Cuentas. Para las dos primeras sillas los nombres más firmes son los de Mario Meoni, quien renovaría en el directorio; y el exsenador y cuñado de Massa, Sebastián Galmarini. Que Meoni conserve su lugar en el Bapro le cerraría la puerta a la diputada Valeria Arata, quien se ilusiona con llegar al organismo que audita las cuentas de toda la administración pública. Ambos son de Junín, y Arata responde a Meoni, por lo tanto sería demasiado premio para el exintendente juninense. 

Otro de los nombres que siempre estuvo en el candelero es el del exsecretario del bloque en Diputados, Matías de Urraza. En las últimas horas aparecieron otros posibles candidatos, vinculados a la secretaría de Hacienda de Tigre. Incluso se menciona a Florencia Jalda, quien fuera secretaria de Economía, Hacienda y Recursos Humanos de Tigre cuando Massa gobernaba el distrito. 

Cambiemos

“Quien vaya como vocal de Administración Central al Tribunal de Cuentas va a ser alguien que decida Federico (Salvai)”, sentencian en la Legislatura. El jefe de Gabinete de ministros prefiere mantener en secreto las conversaciones para ocupar esa oficina clave, que es desde donde se audita a los ministerios y a la Gobernación. 

Lo que ha quedado claro es que Malena Baro, exsenadora y esposa del presidente del bloque de Cambiemos en el Senado, ha quedado relegada en la discusión. Precisamente, Roberto Costa planteó en las últimas horas que su mujer tenía ese cargo prometido desde antes, pero las circunstancias políticas modificaron el escenario de un año a esta parte.

En cuanto al directorio del Banco Provincia, todo indica que el oficialismo mantendrá a Diego Rodrigo. En el Ejecutivo aseguran que el lugar seguirá siendo del radicalismo, y ven con agrado la continuidad del exlegislador. Sin embargo, el sector que responde a Miguel Bazze reclama el lugar, con la intención de colocar en el Banco al diputado Jorge Silvestre.
Con todo, las discusiones por los preciados lugares se acrecentaron en las últimas horas luego de la votación del Presupuesto, y las tensiones se trasladan puertas adentro en cada sector.