Por: Semanario

Una vez más en su juego burdo para apaciguar su propia ineptitud y la de sus “Generales de la Derrota” a nivel nacional y provincial, el intendente Pablo Petrecca “salió a bancar” el aumento de las tasas municipales que los “representantes de la gente” mañana viernes intentarán aprobar, apoyando con ello el desmadre generalizado producto de un gobierno que no ha tenido un plan preciso y ha estado desde hace tres años a los tumbos, apoyándose en argucias de discurso político con el fin de engañar a televidentes hipnotizados por una opinión publicada plena de pauta publicitaria.

Petrecca, como hace 36 meses, repite el guión que le envían, se saca la foto, abona la entrevista y sigue viaje a su mansión, mientras millares de juninenses ya no saben qué inventar para colgarse de la luz, pasarse a gas de garrafa, volver a la moto o la bici y pedir que la empresa en la que trabajan no sólo no entre en cesación de pagos para luego colapsar por completo, sino además que le pague el sueldo aunque sea en tres o cuatros veces.

¡Caramba! Es que tan miserables nos han puesto quienes ahora abogan por que la gente pague entre 40 y 115 por ciento más de las tasas municipales, cuando hace apenitas tres años nos prometían la “Revolución de la Alegría”.

Y cómo se pone el Sr. Intendente al decir que si no le votan el presupuesto no habrá colectivos.

¿Acaso se lo ve tan bravo cuando los abuelos van a la farmacia y no hay remedios gratis? Cuando escucha (porque no mueve el trasero del trono) que el Hospital es una pocilga con obras por terminar y una administración lamentable o que cada vez van más niños al comedor de la escuela y piden que les pongan algo en una bolsita para llevarle a sus hermanitos.

No se lo ve prestar atención al desempleo y tal vez por eso no recibe a las gremiales de trabajadores y se la pasa repartiendo caramelos entre los niños y contándoles cuentos, porque los grandes ya no se los creen.

No se explica cuál ha sido el desarrollo de Junín durante su gestión, sobreabundante en obras aún sin terminar y que las que se terminaron venían de la pesada herencia.

Ahora vuelve a poner cara de malo (tal vez por la rechifla del cumpleaños), por las críticas que recibe su presupuesto plagado errores de concepción (y eso que es Contador Público), fantasioso, errático y con variados agujeros negros que no se sabe cómo serán rellenados, al igual que lo que pasara con las anteriores presentaciones.

Este viernes, Petrecca tal vez tenga su presupuesto aprobado para seguir devaluando a este Junín que seguramente merecería más en desarrollo territorial y seguramente político, pero en el que buena parte de sus vecinos se han dejado llevar por los cantos de sirenas que terminaron encallando la nave.

Pero aún más preocupante es que deberá votarse un salvaje aumento de tasas y ya no se trata sólo del administrador Petrecca, sino que este estará avalado por una cohorte de levantamanos pusilánimes que por obligación y no por convicción, terminaron acompañando una boleta que ganó y hoy creen que ser concejal es ser “importante” cuando lo verdaderamente importante es la calamidad que están dejando.

Del mismo modo, los mayores contribuyentes, apaleados durante estos tres años, quizás tengan la valentía de levantar la cabeza para mirar a sus pares y votar contra la Ordenanza fiscal e impositiva a tener que sufrir el dolor de pegarse un tiro en el pie.

Cada cual jugará sus cartas, pero no hay que olvidar que la partida la miramos todos y sus resultados terminan afectando siempre, pero siempre, a los más necesitados.