jueves 25 de abril de 2024

LOCALES | 11 may 2019

Reclamos desoídos

La ciudad sucia: ¿Alguien controla a Ashira?

Los vecinos se quejan por la falta de barrido. En la zona céntrica, debe ser manual y seis días por semana, pero a la vista está que no se cumple.


Con la llegada del otoño, la suciedad se hace más notoria. No se trata sólo de lo que los mismos vecinos van tirando por las calles, además se juntan hojas por todas las cuadras, sobre todo en las arboledas de la zona céntrica y los barrios Pueblo Nuevo y Picaflor, por ejemplo, que son los que más sufren esta situación.

El tema es que la ciudad sigue luciendo sucia. Las quejas se multiplican desde distintos sectores de la ciudad por la falta de barrido y limpieza. La pregunta es simple: se pagan fortunas mensuales desde el municipio a Ashira, pero ¿alguien controla si realmente la empresa está cumpliendo con las obligaciones pactadas en el convenio?

En las redes sociales se multiplicaron las quejas en los últimos días. Los habitantes de distintas partes aseguran que esta semana no se prestó servicio de barrido.

Las máquinas que hacían por los barrios el barrido mecánico ya no se ven ni se oyen. Hay avenidas tan llenas de tierra, de tanto tiempo que vienen acumulándose, que en las paradas de los colectivos no puede leerse la palabra “BUS”… y sólo quedó una expresión de terror para los que miran: “BU”…

Y la zona céntrica, allí donde debería haber empleados de la empresa Ashira barriendo a mano de domingos a viernes, casi nunca se ven y la suciedad se acumula en los cordones y llega hasta las calles.

Las quejas de comerciantes y vecinos se acumulan en el 147, así como la desidia de lo que supo ser una ciudad prolija, ordenada, brillante… Pero los reclamos, como pasa casi siempre en este gobierno, caen a saco roto. No hay respuestas ni soluciones a la vista.

 

Pagos mensuales

Los juninenses le pagamos más de 12 millones de pesos mensuales a la empresa Ashira, instalada en Junín para cumplir con el servicio de higiene urbana desde 1985, cuando llegó de la mano del ex intendente Abel Miguel. Nunca más se fue. Está a cargo de la recolección de residuos domiciliarios y de la limpieza de calle, pero no debe olvidarse que es una empresa privada, que sólo funcionaría de manera correcta con el ojo del amo puesto encima en forma constante.

Pero al parecer, durante la gestión Petrecca los controles se fueron relajando. Y está a la vista. Con casi 150 millones de pesos anuales que recauda en Junín, Ashira debería andar como un reloj… pero no es así y no hay consecuencias. Eso sí, los “reajustes” en los pagos llegan religiosamente al Concejo Deliberante para su autorización y los montos que se lleva son cada vez más jugosos, con redeterminaciones de precio (encima retroactivas) varias veces por año que el Ejecutivo cumple sin chistar.

Parece que el control está fallando. Hay una empresa que cobra por un servicio, reclamos constantes de vecinos y un municipio que no vigila cumplimientos, pero sigue pagando: el combo da por resultado inevitable calles desprolijas, acumulando tierra y basura.

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