Para celebrar los 150 días de funcionamiento del transporte público en Junín, el senador Juan Fiorini volvió a agitar la campaña del miedo y recordar anteriores gestiones municipales, advirtiendo en forma solapada las “nefastas consecuencias” que podría tener no reelegir a Pablo Petrecca en el municipio.

“Durante 12 años nos negaron la posibilidad, nos mintieron y nos dijeron que no se podía, que no era viable, atacando a Pablo cada vez que propuso debatir el tema. Mario Meoni siempre puso excusas, diciendo que Junín no estaba preparada para tener colectivos, o que no se iban a usar”, señaló el legislador PRO.

Y sobrevino la amenaza para los votantes de las generales: “En octubre se pone esto en juego, si elegimos continuar con el transporte público, con la SUBE y los beneficios para quienes lo necesitan. Se pone en juego si vamos a expandir las líneas y el alcance, o vamos a volver a las excusas, la indiferencia, y hasta la posibilidad de que nos quedemos de vuelta sin este derecho que Pablo Petrecca nos devolvió”.

A tono con el discurso nacional, los funcionarios locales al parecer se alinean a un discurso vacío de impacto: una y otra vez apelan a la frágil memoria de los vecinos, y prometen un infierno si la gente osara elegir otro rumbo para administrar la ciudad.

 

AHORA, EL MEDIO AMBIENTE

En su recorrida por las plagas meonistas, reapareció el concejal Juan Tolosa Rossini, uno de los más fieles expositores del fanatismo y la confrontación a la hora de hacer política.

En este caso, una vez más el tema remanido fue el medio ambiente, con la proeza de Petrecca –con fondos provinciales y creando una nueva tasa que deben sostener los alicaídos bolsillos de los vecinos- de remodelar el relleno sanitario. Esta vez, le agregó unas palabras al “barigüí”, insecto proveniente de la época miguelista y cuya presencia veraniega ha mermado.

Pero fue más allá Tolosa y decidió evaluar al candidato contrincante por cuestiones más personales que relacionadas con su pasada gestión en el municipio. Y dijo: “Mario Meoni ha demostrado en más de una ocasión que sólo le importa vivir de la política y Junín no le interesa. La coherencia y la palabra no son valores para él. No importa de dónde se tiene que colgar para lograr su objetivos personales”.

Y de nuevo, agitó haciendo futurología sobre conductas ajenas: “Hoy está en juego todo esto: los avances del relleno, la planta de reciclaje y el control del barigüí. Estoy seguro que a Meoni no le importa el ambiente, que va a volver a abandonar el relleno, que vamos a volver a tener barigüí”.

 

POBRE CAMPAÑA

Aunque todavía faltan dos meses para las elecciones, parece que éste es el rumbo elegido. Pobreza dialéctica, escasez de propuestas, agresiones y comparaciones que no harán inclinar ninguna balanza.

Justamente, en esta oportunidad, los expositores fueron dos legisladores (provincial y municipal) que no se caracterizan por su contracción al trabajo ni pueden exhibir una abundante carpeta de proyectos presentados.