Cuando llegó al municipio, después de la oscura noche de la dictadura, tenía apenas 43 años y no lo conocía casi nadie. Pero con el fenómeno arrollador de Raúl Alfonsín, el ‘Vasco’ tuvo la posibilidad de ser el primer intendente luego del retorno de la democracia, en las históricas elecciones celebradas el 30 de octubre de 1983.

Después los juninenses lo fueron conociendo y queriendo, y por eso Abel Paulino Miguel se quedó 20 años al frente del municipio. La tenacidad fue una de sus características más distintivas: puso toda su fuerza para hacer una gestión permanente que permitiera conseguir beneficios para la ciudad, y para eso golpeaba puertas y escritorios en Capital y La Plata al menos una vez por semana. Así durante dos décadas, que le dieron como saldo la Universidad, el gas natural, viviendas, pavimento, agua, cloacas… para dejar una ciudad mejor a la que había cuando llegó al sillón de calle Rivadavia.

Hoy se cumplen 36 años de aquella votación histórica: de la mano de Raúl Alfonsín en el país, en Junín también se iniciaba la democracia con Abel Paulino Miguel.

SUS RECUERDOS

En una entrevista realizada hace un tiempo con SEMANARIO, el ex jefe comunal recordó que “es un orgullo haber tenido ese privilegio en un momento tan difícil. Hacía años que no se practicaba la política, casi desde el ‘66 hacia adelante. Cuando nosotros asumimos, la algarabía fue muy importante en las calles sobre todo por la libertad y la democracia, no se hablaba todavía de la cuestión económica. Después del festejo, yo me puse a pensar qué haríamos desde el 10 de diciembre en adelante, porque recibíamos una pesada carga y encima, sin práctica política, sólo en la Franja Morada”.

“Pusimos todos el alma y el compromiso, que yo mantuve los 20 años que estuve, porque el mandato del pueblo es sagrado. Hubo mucho esfuerzo, dedicación y desatención de la familia, porque es una actividad muy absorbente”, señaló.

Cuando salió del municipio ya tenía 63 años, y después de un paréntesis, cumplió un mandato como diputado provincial por la Coalición Cívica, ya que se había ido del radicalismo. Después, no quiso participar más activamente en política.

No obstante este desvío hacia otro sector, Abel Miguel confiesa que “siempre seré radical, porque soy un convencido de los principios, ideología, fundadores…”.

Sobre su gestión con gobiernos provinciales peronistas, sintetiza: “Yo gestionaba todos los días y no había semana en que no viajara a golpear puertas, porque la burocracia es muy pesada. No conseguí todo lo que pedí, pero sí mucho”.