Sin dudas, el “Sheriff” tiene una visión e interpretación particular de la realidad, que se empeña en subrayar a través de los medios periodísticos amigos. Más allá de lo que pasa en la ciudad en materia de seguridad, según su óptica, lo único importante es lo que se transmite a los vecinos.
En primer lugar, el director de Seguridad Luis Chami merece un aplauso. Con delay, pero al fin reconoció que “hasta hace diez días hemos tenido arrebatos y entraderas”, hechos justamente que jamás fueron difundidos por su estricta orden de que los partes policiales con las denuncias radicadas en Junín, se mantuvieran en la más absoluta reserva.
Ahora, otra buena noticia: esa seguidilla de hechos tuvo lugar hasta “hace quince días” atrás. Porque desde que Juan Ledesma (el preso que logró escaparse en la puerta de la Unidad Penitenciaria mientras era trasladado, y recién pudo ser localizado tres días después) volvió a estar detenido, el número de entraderas y arrebatos bajó. “Esta persona era quien armaba los grupos para cometer este tipo de delitos”, dijo Chami.
¿Cómo son las estadísticas que respaldan semejante afirmación? Nadie las conoce, al menos Chami no las muestra y no es seguro que las tenga. Pero, según sus palabras, al parecer era una sola persona –armando ‘grupitos’- quien mantenía en vilo a la policía y autoridades de seguridad en Junín. Ahora, con Ledesma preso, en teoría no deberían conocerse nuevos hechos delictivos.
Intentar tapar el sol con las manos puede no tener resultados efectivos. Tal vez pueda ser efectivo un tiempo, con maniobras de distracción como tratando de combatir la droga y la prostitución con una topadora, pero a la larga… los velos caen y la realidad se vuelve imparable.