Jorge Pablo Gauna, tío y padrino de Luciano Diego, brinda un poco de claridad sobre lo sucedido con el jovencito, cuyo estado de salud encendió múltiples cadenas de oración y su muerte conmovió a la ciudad.
La dura lucha que debió enfrentar el profesor de Educación Física en apenas un mes, contada por este familiar cercano que quiere tocarle el corazón a la medicina juninense:
“Algo que jamás llegaremos a comprender. Todo comenzó el fin de semana del 25 de enero cuando los papás llevaron a Luciano a la guardia de una "reconocida institución de salud de esta ciudad" con un profundo dolor abdominal. Después de concurrir dos días seguidos (sábado y domingo), ambas veces le diagnosticaron gastroenteritis y lo enviaron a la casa (inexperiencia. Indiferencia. Negligencia? qué sé yo).
A la tercera vez que concurre doblándose del dolor lo dejan internado y a pesar que él mismo, "el gran Luchi" le pedía por favor a los médicos que lo operarán!! que era su apéndice!! (aunque les recuerdo que él era profe de Educación Física, no médico) ellos le decían que cómo lo iban a operar si no tenía nada, (inexperiencia. Indiferencia. Negligencia.? qué sé yo). El martes al fin lo llevan a quirófano para ver qué podía ser!!! y es ahí que se encuentran oh casualidad!! con una peritonitis, o sea, una apéndice reventada (inexperiencia. Indiferencia. Negligencia? qué sé yo) Siiiiii !!! ahí es, el profe de Educación Física lo sabía!!! Y los médicos no.
Así pasó unos días operado y aparentemente en recuperación, pero el sábado 1 de febrero otra vez de urgencia a quirófano, de ahí dormido, sedado y en estado grave. Así pasó toda una semana o algo más, pero como era un toro, despertó y empezó a evolucionar aunque la mamá les decía a los médicos que tenía fiebre, comprobándolo por ella misma con su termómetro porque ya descreía de todo lo que nos decían.
Llegamos a la semana del 17 de febrero y otra vez a quirófano, ¿por qué? Porque la fiebre no bajaba y había infección otra vez y debieron extirpar su vesícula (causante del cuadro) porque "no" hubo estudio o algún médico inteligente que lo detectará a pesar que estamos en el año 2020.
Otra vez entubado, dormido y en estado crítico, pero en breve el toro otra vez despertó. Ahí sus papás y todos los que lo rodeábamos descreídos y desahuciados decidimos intentar trasladarlo a Capital para una mejor atención, pero de golpe otra vez desmejoró y era paciente no trasladable. Otra vez a esperar los partes médicos dónde de a poco nos empezaron a alentar y después de unos días como por arte de magia llegamos al parte médico… y ya estaba todo resuelto, ellos mismos lo resolvieron. Lucho iba a ser trasladado a Buenos Aires porque acá si debían operarlo otra vez, no tenían la aparatología necesaria para hacerlo, eso nos dijo el cirujano (o quizás ya suponía el final de la historia).
Y allá fuimos esperanzados y ahí sí vimos que allá no importa día ni horario, en cualquier momento te hacen los "estudios que correspondan", en cualquier momento "te operan". El torazo tuvo que a hacerle frente a otras tres operaciones (que locura por Dios!!! si es que hay Dios) acompañados por sus incansables papá, mamá y su joven hermana que constantemente cuidaron de él.
Pero lamentablemente no aguantó más, fueron más de 30 días y seis operaciones, ¿quién podría aguantar todo eso? él tampoco pudo, el torazo se dio por vencido.
A usted doctor!!!, su mensaje de condolencias que envió por whatsapp no alcanza, no sirve, no consuela, no se entiende y "tampoco se le acepta", mínimo se esperaba verlo personalmente, es lo menos que esperábamos como familia.
Por la memoria de Luciano, espero que este relato sirva para aportar un granito de arena y a ayudar para que esto no le vuelva a ocurrir a ninguna otra persona, si alguien se enferma un fin de semana, que no lo desestimen porque es sábado o domingo o feriado, que quien eligió ser médico ponga su "vocación" por delante de un fin de semana o un feriado, diagnostiquen u operen cualquier día, que los médicos jóvenes en las guardias estén respaldados por alguien de experiencia, " todo ese conjunto de cosas salva vidas", "y eso hubiera hecho que hoy Luciano, Lucho, Luchi, profe de 21 años con todos sus proyectos y vida por delante estaría con nosotros". Ojalá recapaciten y sientan un poquito del dolor que hoy siente esta familia.
El final de mi relato es solo para vos, Luchi. Siento en mi corazón de tío y padrino que nos vamos a volver a encontrar algún día" Te quiero mucho, mucho….' y creo que nunca te lo dije', pero seguro ese día, cuando estemos frente a frente, será lo primero que te diré. Ya nos veremos, querido Luciano Fabián Diego, tu huella quedará para siempre en nuestra familia y en toda esa gente que te despidió con tanto amor. Nos vemos ahí, en ese lugar dónde hoy no deberías estar!!!
Con esta mezcla de amor y dolor te mando un beso enorme, ahí donde estés…”.