El secretario general de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) del Departamento Junín, Javier Miquelez, respondió a la entrevista con SEMANARIO respecto a la situación que atraviesa la labor de la Justicia en medio de la pandemia.
El dirigente aseguró que “la Departamental, cabecera central, está como desde el primer día de la cuarentena con guardias, no hay oficinas cerradas sino que se encuentran con personal (guardias mínimas)”. Desde ayer, se conoció la noticia de que volverá a funcionar a pleno a partir del lunes próximo.
Esas “guardias mínimas” significaron que “el titular de la dependencia determina cuál debe ser el plantel necesario para cumplir la tarea en emergencia”.
Cuando la dependencia está “de turno”, asiste “casi” todo el personal, excepto lo que están dentro de la categoría “de riesgo”.
Cuando no hay turno se va rotando respecto al personal que asiste, aunque en el caso del funcionario debe hacerlo casi todos los días ya que se requiere de su firma.
“El gobierno nacional y el provincial pidieron la menor movilidad posible desde que se estableció el aislamiento por eso la Corte dispuso este sistema, no fuimos los trabajadores judiciales”, destacó Miquelez.
-¿En un rango de uno a diez en qué valores estuvo funcionando la justicia hasta hoy en la región Junín?
-Hay lugares donde están en uno y otros en diez. Por ejemplo, en el juzgado de Familia, con causas que son sensibles, si hay algún problema ahí acude todo el personal que sea necesario. Si hablo de un chofer, una persona que se sienta en un auto a manejar para llevar a un funcionario a CABA, eso está cerrado totalmente. Si vas a un juzgado, tal vez está solamente la persona de mesa de Entradas y el juez, pero el resto está trabajando desde su casa. ¿Y eso cómo lo valoramos? ¿Un cinco, un seis…?
-¿Y qué pasa con el teletrabajo? ¿Se puede cumplir o hay dificultades como con la educación que de repente tuvo que pasar de un sistema a otro con innumerables carencias para ser eficiente?
-Al respecto, nosotros, desde la asociación, fuimos los primeros en la Argentina en generar un acuerdo laboral para regular esto. Lo hicimos con la Corte el pasado mes de abril apenas arrancó la crisis sanitaria. Claro que el sistema empezó mal, porque como decís hay carencias. A mis 53 años nunca había hecho una teleconferencia y ya llevo como 20 en estos pocos meses. Veníamos atrasados e hicimos lo que pudimos, había compañeros que ni siquiera tenían conectividad o no tenían máquinas o se vino el sistema educativo encima y todos tenemos hijos y hay que compartir la tecnología disponible en casa.
Incluso, al principio el sistema que dispuso la Corte estaba saturado, ya que somos 16.000 empleados y arrancó con unos 3.000 y se bloqueaba. Además no todos tienen “llave digital” para entrar a trabajar dentro de un expediente. Ahí planteamos la necesidad de tener una fuerte seguridad cibernética.
-Realmente es delicado el tema de la seguridad. Ante la presencia de un hacker o algún intruso que altere algún expediente hacen un desastre.
-Por supuesto. Leía estos días que le hackearon el sistema a Australia, no es un tema fácil. También planteamos el tema de conectividad y uso de la computadora propia, como así el tema de los horarios. No podía ser el caso de que a las 10 de la noche estuvieran pidiendo algún escrito. El horario de trabajo es de 8 a 14. Además había que considerar la justificación de una licencia. Si por ejemplo te duele la cabeza y estás en tu casa ¿Cómo lo justificás?
-¿Hoy el funcionamiento del teletrabajo sería una cuestión de “buena voluntad”?
-Tal cual. Por suerte estamos funcionando bien y los compañeros están contentos. Por supuesto que la cláusula que pusimos nosotros fue “mientras dure el aislamiento obligatorio”; cuando termine volvemos a las condiciones anteriores.
-¿Y qué faltaría para que en la departamental central vuelva a trabajar? (NdR: desde hoy vuelve la actividad)
-Por un lado, que se dispongan las cuestiones de seguridad. Aunque también son relativas porque se van tomando sobre la marcha. Barbijo sí, barbijo no. Barrera sí, barrera no. Lo que si digo es que después de 100 días recién hace 15 que la Corte compró el termómetro para tomar la temperatura al ingreso del Poder Judicial.
Ahora estamos tratando de lograr consenso en un protocolo. Si bien la Corte hizo uno general creemos que hay otros particulares ya que no es lo mismo un empleado judicial que entró a las 8, se sentó en su oficina y trabajó las seis horas sobre los expedientes y se fue a la casa, que aquel que está en mesa de Entradas atendiendo gente o el chofer que traslada a funcionarios y viaja entre jurisdicciones.
Exigimos, sí o sí, que al ingreso de las dependencias judiciales al menos se tome la temperatura. En Junín compraron un termómetro para el edificio central y nosotros tenemos cerca de 15 oficinas independientes. Por ejemplo, en (tribunal de) Familia entran muchísimas personas. Mucha más que a un juzgado penal, por ejemplo, y en esos lugares no hay termómetros a distancia ni barreras de aislamiento esterilizables. Pusieron unas con un film que no puede esterilizarse. Por otra parte hay buena provisión de barbijos y alcohol en gel, así como elementos de limpieza.
Esas son las condiciones mínimas requeridas para volver a trabajar en la departamental.
Nuestra asociación no se opone a volver a trabajar sino que pedimos que se cumplan las medidas que exige la Provincia.
- ¿Qué pasa con los distritos que nuclea la departamental?
-Hay un ejemplo claro. La cabecera Tandil – Olavarría – Azul. Abren Tandil y Azul, pero no Olavarría porque hay muchos contagios. ¿Cómo va a hacer en ese caso? Lo desconozco. Supongo que además hay presiones de parte de los Colegios de abogados.
Nosotros tuvimos muchas presiones para abrir acá desde el principio de todo esto y como corresponde seguimos con el teletrabajo y nunca estuvo cerrada la departamental. No estuvo a pleno pero estamos acatando lo que dice la Corte y colaborando en las sugerencias. También lo hacemos en los temas edilicios, de hecho Junín hace tres años que está sin calderas. Lamentablemente las “mesas técnicas” que habíamos arrancado con este gobierno se interrumpieron un poco, aunque se llevan a cabo de modo virtual. Y entre los temas también se incluye el mobiliario y la falta de personal.
Siempre están las quejas del gasto público, pero en la Argentina, la provincia con menos personal por número de habitantes es San Luis y después está la provincia de Buenos Aires. Cuando en el país aparece una crisis económica el problema es el gasto público, pero nosotros le hemos advertido de los problemas no sólo a este gobierno sino a todos los anteriores.
Se habilitó el mecanismo para que los profesionales puedan desde su casa hacer las presentaciones electrónicas, pero después ¿quién se ocupa de esos expedientes, si siempre somos la misma cantidad de personal?
Debemos llevar adelante proyectos importantes que en Junín se estructuraron hace algunos años pero nunca se pusieron en marcha.