DEPORTES | 26 OCT 2020

GALíNDEZ

Ganó mil batallas y su pasión lo noqueó de un solo golpe

El excampeón mundial de boxeo Víctor Galíndez murió durante una carrera de TC luego de un desperfecto mecánico. Hoy se cumplen 40 años de la tragedia.



Un 26 de octubre de 1980, en el circuito semipermanente de 25 de Mayo, falleció Víctor Emilio Galíndez. Nacido en localidad de Vedia, fue dos veces campeón mundial en 1974-1978 y 1979. Ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 1967. Se retiró con un impactante registro de 52 peleas ganadas, 9 perdidas, 4 empates y 2 sin decisión. De sus 67 combates, ganó 34 por KO. Ingresó al salón de la fama en 2002, como lo hicieron antes Carlos Monzón (en el 90), Pascual Pérez (en el 95) y después el "Intocable" Nicolino Locche (2003).

 

Los que lo conocieron cuentan que lo vieron llorar sólo una vez. Galíndez fue el protagonista de uno de los combates más sangrientos y recordados de la historia del boxeo, el de su quinta defensa del cinturón mundial de los  mediopesados de la AMB, ante Richie Kates en Johannesburgo, Sudáfrica. Cortado en su ceja desde el quinto round, sólo su guapeza pudo ante todas las adversidades para ganar por nocaut a sólo 12 segundos del final del último round. La pelea, pactada a 15 asaltos, lo tuvo secándose la sangre en la camisa del árbitro, que permitió que el combate llegara al final.

 

Luego, en los vestuarios, aquel 22 de mayo de 1976, el promotor Tito Lectoure le transmitió lo que había pasado con Bonavena, su amigo del alma. "Mataron a Ringo", le dijo, y lo que un rato antes no pudo lograr Kates cuando tuvo a su merced a Galíndez, lo provocó la muerte de su gran amigo Oscar Natalio Bonavena. El gladiador de Vedia, se desplomó con un llanto desconsolado.

 


 

Como la otra pasión de Galíndez era correr en autos, luego de su retiro, antes debía 'foguearse' y por eso decidió probarse en la Chevy número 19 de Lizeviche, que tenía la motorización de Omar Wilke y Jorge Pedersoli, le daba seguridad. Largaron la final, y a 6.5 kilómetros la caja de velocidades se rompió, y tanto Lizeviche como Galíndez decidieron regresar a boxes caminando por la banquina.

La mala fortuna y el destino se confabularon y todo se desencadenó a las 13.25, cuando el Falcon de Marcial Feijoó entró en trompo, al intentar pasar a otro auto, y con la cola golpeó fuertemente a Lizeviche y Galíndez, quienes murieron en el acto. La noticia fue la tragedia en 25 de Mayo, opacó la jornada y poco importó el triunfo y 1-2 de Oscar y Antonio Aventín.

 


 

 

El periodista Ernesto Cherquis Bialo, definió a Galíndez en una frase: "Era una criatura que supo noquear a los más feroces adversarios, sin tener el reconocimiento popular que merecía". "Sobre el ring fue un campeón excepcional, pero debajo tomó siempre decisiones equivocadas, y la última le costó la vida".

 

Galíndez protagonizó duelos inolvidables con Avenamar Peralta, Jorge Ahumada y Juan Aguirre. Siempre como semipesado, fue campeón argentino, sudamericano y mundial, título éste último que logró en el Luna Park ante Len Hutchins, en 1972, por KO en el 13° asalto. Una ráfaga de defensas exitosas lo acompañó en los años siguientes, incluyendo el mítico knock-out en el último round ante Richie Kates, en una verdadera batalla desarrollada en Johannesburgo.

 

Con sus primeros dineros, Galíndez empezó a transitar el camino de su otra pasión. Así, llegaron autos y motos. Y pese a que Tito Lectoure lo había retado luego de un fuerte golpe en moto, Galíndez siguió adelante. Al retirarse, había decidido ser corredor de autos y qué mejor que hacerlo en el TC.

 

“Tenía ganas de apretar yo el acelerador” declaró Galíndez ante los micrófonos que le pusieron, tras correr la serie en la que  Lizeviche no estuvo entre los primeros. Ganador nato, no admitía ser simple participantes. “Ya van a ver cuando tenga mi auto” agregó, anticipando su futuro como piloto. No pudo ser. Un rato más tarde, un golpe seco, tremendo, inesperado, lo sacó del ring de la vida.