La polémica en torno a los juegos de azar nunca podrá terminar debido a las distintas miradas de cada quien, por lo que a veces vale hacer un balance sobre determinadas situaciones.
Lo cierto es que la vuelta de los bingos bonaerenses a partir del 14 de diciembre causó alegría en muchos.
Y entre esos muchos está el sector de la tercera edad, los dueños de las concesiones y sus trabajadores, que desde el pasado 20 de marzo perdieron todo contacto con las tragamonedas.
Precisamente, estas máquinas serán las únicas que estarán habilitadas con un protocolo que aseguran será “estricto”.
La medida rige para las salas de los 11 casinos y los 44 bingos que funcionan en el territorio bonaerense y el anuncio lo hizo el jefe de Gabinete de la Provincia, Carlos Bianco.
El funcionamiento de las salas todavía no fue debidamente especificado, hasta ahora sólo se informó la fecha de apertura y qué actividades estarán habilitadas.
Cabe recordar que la Lotería de la Ciudad de Buenos Aires autorizó hace poco más de una semana la apertura de los casinos ubicados en Puerto Madero y el Hipódromo de Palermo.
Por ello, se dispuso que en los casos en los que las salas cuenten con ventilación natural, el coeficiente de ocupación será de un máximo del 30% en relación a la capacidad máxima habilitada; al tiempo que si el lugar no tiene circulación de aire, entonces el acceso deberá restringirse al 20%.
Además, cada dos horas se deberán desalojar las salas para proceder a la limpieza y desinfecciones pertinentes. Durante la permanencia en los espacios de juegos no se podrá beber, comer ni fumar y se deberá utilizar en todo momento tapabocas, a la vez que habrá que respetar una distancia social mínima de 2 metros.
¿ÁNGEL O DEMONIO?
Junín, en un par de oportunidades, pudo haber tenido un bingo, pero la negativa de Abel Miguel en su momento y la negociación que no pudo concretar Mario Meoni en su gestión dejaron carente a la ciudad de lo que muchos consideran un perjuicio y otros, un entretenimiento.
Sin embargo, son muchos los vecinos que suelen visitar a los más cercanos de Chivilcoy y Pergamino, mientras otros eligen -también dentro de la cercanía- el Casino de Rosario y porque no los de la CABA.
En todo el mundo, se debate la importancia de los casinos como elemento desestabilizante de la sociedad o como fuente de entretenimiento para muchos sectores.
Entre estos sectores el de la tercera edad, resulta el más preponderante ya que por lo menos la mitad de los visitantes de los bingos superan los 50 años.
En 2005, científicos de la Universidad de Pensilvania realizaron una investigación sobre la adicción al juego en ancianos donde el 70% de quienes participaron habían jugado el año anterior y uno de cada 10 participantes mayores de 75 años sufrían problemas financieros causados por el juego.
En otras épocas los divertimentos de nuestro adultos mayores eran con los juegos de mesa en casa o cuando los hombres iban al bar a tomar un vino y jugar cartas.
Hoy la realidad para los mayores es bien distinta y si bien la ludopatía es un problema, también lo es la soledad y sus consecuencias en el ocaso de la vida.
El estado de soledad en que se encuentra el adulto mayor es, en muchas oportunidades, causa frecuente de cuadros depresivos. Para prevenir estos estados son muchos los que han optado por visitar el bingo y así conocer amigos, pasar un rato ameno, compartir con otras personas afines, y tener la posibilidad de ganar algún dinero (o perderlo).
Quienes están a favor de los bingos, alegan que estas casas de juego ofrecen diferentes alternativas para motivar a los adultos mayores para que acudan con regularidad: bebidas gaseosas y alcohólicas, comidas, música en vivo.
Esto hace que se conviertan más que en una cueva del pecado, en lugares interesantes donde compartir y disfrutar de nuevas alternativas de entretenimiento y diversión.
Son en realidad muchos los adultos mayores que han encontrado en los bingos un lugar donde pasar mucho tiempo, entretenidos y divirtiéndose, aunque muchas veces se camine por el filo peligroso de la adicción al juego y llegar perder aquello que debía ser destinado para mantenerse durante el mes.
Por caso entonces debieran contar con acompañamiento familiar para no caer en este tipo de situaciones y poder seguir disfrutando del bingo, como elemento de divertimento.
La posibilidad que tienen algunos mayores de poder socializar en estas salas es realmente sorprendente y sin dudas, teniendo las precauciones necesarias en cuanto a no caer en adicciones, este tipo de actividades podría resultar un ejercicio para el sistema cognitivo.
Por otro lado, los juegos online que se intentarán habilitar en breve ofrecen el mismo peligro de caer en una ludopatía, sin tener que salir de la comodidad y la seguridad que ofrece su casa, estando disponibles en los hogares las 24 horas del día permitiendo que se pierda, más fácilmente, el control en el tiempo que pasan jugando.
Al fin y al cabo, los juegos que propone el bingo son una herramienta que mejora el estado anímico, afecta de modo positivo la rutina diaria y permite cambiar la actitud frente a las situaciones adversas que puede presentar esta etapa de la vida en quienes han dejado la vida laboral activa.
Resultan una alternativa de entretenimiento, reto intelectual y socialización que estimulan el cerebro brindando, niveles de bienestar y lucidez mental que aumenta la calidad de vida.
Como en todas las áreas de la vida, es importante tener en cuenta que se debe jugar con responsabilidad, cuidando no exceder el tiempo de juego, los adecuados hábitos sociales y no sobrepasar la inversión de dinero, permitiendo así una mejor calidad de vida en los años que –se ha previsto- puedan ser de placidez.