Quienes creían en la utopía acerca de que el mundo sería más justo y equitativo tras declarada la pandemia se están dando contra la nariz a la hora de enfrentar la realidad.
El mejor de los ejemplos está dado por las posibilidades que cada uno de los países tiene ante la inmunidad que les proveerá la vacuna.
Este panorama resulta desolador y deja al desnudo una vez más las grandes diferencias existentes a nivel planetario.
Esta semana, Argentina había descendido varios puestos en la tabla de vacunas aplicada a nivel mundial y se hallaba en el número 55 cuando la semana anterior estaba en el 41. Muy lejos de Chile que ocupa el top 5 y un poco más cerca de Uruguay que la adelanta unos puestos. Para la mayoría de los países de Latinoamérica la situación es compleja.
La brecha en la vacunación contra el COVID-19 entre los países ricos y pobres “se vuelve más grotesca cada día”, dicen desde la oficina de Salud de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), que además denunció que “muchos países ahora están vacunando a personas más jóvenes y sanas con bajo riesgo frente a la enfermedad a costa de la vida de los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países. A corto plaza esto puede dar una sensación de seguridad, a largo puede ser contraproducente tanto económica como epidemiológicamente”.
“FRACASO MORAL”
La brecha entre la cantidad de vacunas contra el COVID-19 administradas en los países ricos y las administradas a través del mecanismo “Covax”, diseñado para una distribución equitativa de esas vacunas en los países de medianos y bajos ingresos, “aumenta a diario y se vuelve más grotesca cada día”, aseguró el director de la Organización Mundial de la Salud en la rueda de prensa bisemanal sobre el estado de la pandemia de COVID-19 en el mundo.
Covax es el esfuerzo que realizan algunas organizaciones entre ellas Unicef, ONU y la OMS para suministrar vacunas para al menos el 20% de la población de cada país participante durante 2021, con el fin de proteger a las personas en mayor riesgo de presentar formas graves de COVID-19 y salvar vidas. Efectivamente en américa latina, 36 países recibirán vacunas a través del Mecanismo Covax, de los cuales 26 lo harán con financiamiento propio y diez lo harán sin costo.
El doctor Tedros Ghebreyesus recordó que ya en enero había advertido que el mundo estaba “al borde de un catastrófico fracaso moral a menos que se tomaran medidas urgentes para garantizar una distribución equitativa de las vacunas”.
“Tenemos los medios para evitar este fracaso, pero es sorprendente lo poco que se ha hecho para evitarlo”, señaló antes de indicar que muchos países ricos “ahora están vacunando a personas más jóvenes y sanas con bajo riesgo frente a la enfermedad y a costa de la vida de los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países”.
¿QUÉ SOLIDARIDAD?
Añadió el titular de la OMS que “los países más pobres del mundo se preguntan si los países ricos realmente hablan en serio cuando hablan de solidaridad”.
Además, la distribución desigual de las vacunas no es solo un ultraje moral. También es económica y epidemiológicamente contraproducente. Algunos países están compitiendo para vacunar a toda su población, mientras que otros países no tienen nada.
“Esto puede comprar seguridad a corto plazo, pero es una falsa sensación de seguridad”, aseguró Tedros antes de explicar, como ha hecho en numerosas ocasiones, que “cuanta más transmisión del virus se produzca, más variantes pueden aparecer. Y cuantas más variantes surjan, es más probable alguna de ellas eluda las vacunas”.
También indicó que mientras el virus continúe circulando en cualquier lugar, la gente seguirá muriendo, el comercio y los viajes seguirán viéndose interrumpidos y la recuperación económica se retrasará aún más.
COMPARTIR LICENCIAS Y PACIENCIA
La Organización Mundial de la Salud organizó una reunión de más de 800 expertos sobre la mejora de la secuenciación genómica del virus SARS-CoV-2 a nivel mundial, para mejorar el seguimiento de su evolución. Saber cuándo, cómo y dónde está evolucionando el virus es una información vital.
Pero la información es de utilidad limitada si los países no trabajan juntos para suprimir la transmisión en todas partes al mismo tiempo.
“Si los países no comparten las vacunas por las razones correctas, les pedimos que lo hagan por interés propio”, advirtieron.
Sin embargo, no todos los países son iguales. Hay algunos que han dado un gran ejemplo, como es el caso de la República de Corea, que a pesar de ser un país de altos ingresos que fácilmente podría permitirse comprar vacunas a través de acuerdos bilaterales, ha esperado su turno para las vacunas a través de “Covax”.
Por otro lado, la OMS busca encontrar soluciones que aumenten la producción y distribución equitativa de vacunas.
“He tenido conversaciones con líderes de países de altos ingresos que tienen muchas más dosis de las que necesitan, pidiéndoles que compartan dosis a través de COVAX”, declaró el titular de la organización.
También señaló haber tenido conversaciones con líderes de países de bajos ingresos, cuyas economías están sufriendo y que están preguntando cuándo recibirán las vacunas, así como con ejecutivos de los fabricantes de vacunas sobre cómo aumentar la producción.