Vacunar a la gansada

El senador Juan Carlos Fiorini ha tomado una de las postas más delicadas para generar el caos en torno a la pandemia, eligiendo la chicana burda.

Después de que emprendiera una campaña contra la vacuna, ahora lo hace contra el plan de vacunación y el sistema en sí, cuando la realidad indica que en Junín, gracias al trabajo emprendido por los sanitaristas y organizaciones sociales que ayudaron a la eficacia de la estrategia, se salvaron más de un centenar de vidas.

Fiorini, junto a su cuñado, el intendente Pablo Petrecca, han procurado ponerse al frente del desprecio hacia los sanitaristas y efectores de la salud, en la búsqueda de congraciarse con un electorado singular que busca privilegiar la economía a la salud y terminan siendo “vacunados” por los dirigentes.

No sólo han promovido campañas antivacuna y anticuarentena, sino que han sumado datos ficticios acerca de los logros que se han obtenido a partir de las primeras dosis aplicadas en el distrito.

Y es precisamente en Junín, donde el índice de mortalidad por Covid era de los más altos del país, que comenzaron a desacelerarse los fallecimientos a partir de que se realizó una fuerte campaña con los mayores de edad y desde el PAMI se apuntó particularmente a los geriátricos del distrito.

Ya en febrero de este año, el senador Fiorini había afirmado que “hay una utilización política de la vacuna” sin siquiera conocer de cerca el plan de la Región Sanitaria III.

Peor aún y siguiendo con su discurso alarmista, esta semana sentenció que “el plan de vacunación fracasó”.

DATOS DEL “FRACASO”

El “fracaso” del que habla Fiorini no cuenta con un argumento, sino que se trata de una interesada disputa partidaria que no tiene otro objetivo que el de posicionarse en busca de otro cargo ya que termina este año su mandato como legislador. 

En diciembre pasado, antes de las fiestas navideñas, en Junín fallecían 1,2 persona por día en promedio y se registraban pocos contagios activos, unos 154. La lista de decesos iba creciendo y llegaba a los 150, lo cual representaba un 75% más de muertes que en Pergamino, localidad con un número de habitantes similar.

El 4 de abril de 2021, se contabilizaban 106 casos activos de COVID en Junín, con 13 contagios promedio y una tasa de duplicación de 533 días, pero se anotaba la penosa cifra de 227 vecinos fallecidos, aconteciendo prácticamente también a un ritmo de uno por día.

Al 14 de abril con 223 casos activos de coronavirus lo cual implicaba más de un 150% de contagios, con 22 de promedio diario y que se duplicaban cada 241 días, las muertes sumaban 223 y en esa semana se registraban tres decesos.

Casi un mes después, al 13 de mayo los contagios activos se triplicaron (+200%): son de 639 casos activos, se registran 63 contagios diarios de promedio y el total de fallecidos es de 247 (+24), por lo que de no haberse llevado a cabo la campaña de vacunación hubiesen fallecido más de un centenar de vecinos en virtud de los decesos que se registraban habitualmente.

Los datos actuales de la vacunación en nuestra ciudad indican que de 47.671 inscriptos, el 67,4 % han recibido -al menos- una primera dosis.

COHERENCIA LEGISLATIVA

La falta de datos del senador y su cuñado son coincidentes con la tarea que llevan a cabo, la cual es más que pobre en resultados.

La del Intendente ya fue señalada oportunamente en la edición pasada de SEMANARIO, la de legislador indica que en casi cuatro años de labor legislativa sólo presentó 51 proyectos de ley, pero más de la mitad de ellos son repeticiones de otros similares que no tuvieron tratamiento parlamentario, por lo que se resumirían a la mitad.

De esa veintena comparte firma con otros legisladores y en la mayoría se trata de proyectos de “declaración” como, por ejemplo, “declarando de interés histórico arquitectónico el edificio del teatro de la Ranchería y de la escuela municipal de Arte Xul Solar en la ciudad de Junín”.

Por lo que la producción legislativa de Fiorini, quedaría reducida a menos de 4 proyectos propios por cada año trabajado.

Sin embargo, hay un dato por demás llamativo y es que la última de las iniciativas de Fiorini en la legislatura bonaerense solicita: “la autorización a las personas, jurídicas y humanas, a importar, comercializar y aplicar  las vacunas para Sars-Cov-2, autorizadas para su uso por la ANMAT”, por lo cual se puede llegar a entender que su interés por la vacunación y el “boicot” al plan nacional y provincial, apunta exclusivamente a su interés de que los particulares (laboratorios, droguerías, farmacias, prepagas y otros) puedan comerciar con las vacunas y hacer su “negocio” frente a la desesperación que genera en las familias esta pandemia que afecta a todo el mundo y en cada lugar que llega muestra sus miserias.

SEGUNDA DOSIS

Y mientras Fiorini aplica la primera dosis, Petrecca llega con la segunda para vacunar a quienes quieran poner el brazo.

La semana que termina el Intendente hizo evidente lo que si fue un brutal “fracaso” de gestión de la pandemia ya que luego de “flexibilizar” caprichosamente la Fase 3 determinada por la provincia y no controlar absolutamente nada, terminó castigando a quienes dice querer ayudar, ya que su propia impericia los llevó a la Fase 2, aún más restrictiva para el comercio y las actividades económicas.

Una vez más su exceso de personalismo e intereses familiares (vale recordar que los negocios incluyen iglesias, jardín de infantes y escuela primaria), llevó a Junín tener que pasar 14 días en un aislamiento que ahora si es necesario por no haberse tomado las medidas a tiempo.

Por eso, en un nuevo llamamiento al comité de crisis debió convocar a los sanitaristas que hace un par de semanas había “ninguneado” y atenerse a cumplir con todas las restricciones emanadas de provincia, producto de los contagios incontenibles.

Aún después del traspié, el intendente quiso volver al escenario y dijo que solicitaría al gobernador bonaerense Axel Kicillof “seguir con las clases presenciales”, justo en el momento en que el CONICET daba a conocer su informe sobre la contagiosidad que produce ese sistema.

Precisamente, en contra de la propuesta del alcalde local, los investigadores observaron una caída del 22% de los casos en el conurbano entre el 22 y el 28 de abril, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires (que continuó con clases presenciales pese a que estaba contemplada como jurisdicción en alarma epidemiológica) la disminución fue del 13%.

Los científicos también determinaron que “no obstante, no es la única medida que habría que tomar; por ejemplo, sería importante que no funcionen durante el día los espacios que son de alto riesgo puertas adentro como bares, restaurantes, gimnasios, o sea que esas actividades deberían ser exclusivamente al aire libre y ahí se podría hacer otra diferencia más en la reducción de casos".