El nepotismo tiene una historia milenaria. Se cree que el concepto deriva del griego antiguo nepos (traducido al español como “sobrino”) o del emperador de origen romano Julio Nepote. En la época romana, de hecho, hubo un caso muy famoso de nepotismo, cuando Pompeyo otorgó importantes responsabilidades a su yerno Metelo Escipión y fue denunciado por Marco Antonio ante el Senado.
No es patrimonio exclusivo de la clase política. La Iglesia Católica también dio muestras de nepotismo, especialmente durante la Edad Media, donde varios obispos criaron a descendientes ilegítimos. Los presentaban como sus “sobrinos” y mostraron favoritismo hacia ellos, e incluso algunos Papas han nombrado cardenales a sus parientes. Pero para no establecer diferencias entre el cielo y la tierra, los políticos argentinos decidieron hacer escuela con esto.
El debate no es nuevo ni alcanza sólo al gobierno nacional. Hace décadas que los nombramientos de familiares proliferan a nivel nacional, provincial y municipal. Desde la designación de Ibrahim al Ibrahim como asesor de la Aduana en 1989 (exmilitar sirio que no hablaba castellano y esposo de Amira Yoma, cuñada y secretaria de Audiencias del ex presidente Carlos Menem), hasta la de Delfina Rossi, hija del ex ministro de Defensa, como Directora en el Banco Nación, los argentinos nos hemos indignado y acostumbrado con la misma intensidad al espectáculo de funcionarios que "acomodan" a su parentela en el servicio público.
La foto de Luana Volnovich, fotografiada en un bar del caribe mexicano charlando con su segundo en el organismo y actual pareja, Martín Rodríguez, fue una muestra más del país que pocos disfrutan con algunos privilegios y otros sufren en abundancia. El del doble mensaje, el de las tomadas de pelo.
Volnovich no tuvo inconvenientes en pagar esa estadía. En octubre del año pasado, cobró 562.350 pesos por su desempeño como titular de la obra social de los pensionados y jubilados de la Nación. Su actual pareja y compañero de viaje, Jorge Martín Rodríguez Alberti, percibió en el mismo mes casi medio millón como segundo del organismo.
El nepotismo con los Volnovich tiene varios ejemplos: Guido Emanuel Volnovich, su hermano también consiguió un cargo como funcionario en el PAMI. Jorge Rubén Volnovich, se jubiló como perito médico en el Poder Judicial de la Nación y actualmente, percibe 374.507 pesos. Lejos, muy lejos de los 25.922 pesos de jubilación mínima regulados por su hija, destacan datos del portal Realpolitik.
También resultaron favorecidos con cargos en el Estado su expareja, Iván Heyn, que ocupó el cargo de subsecretario de Comercio Exterior y Relaciones Internacionales del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación hasta el momento en que fue encontrado muerto en la habitación de un hotel en 2011.
Jorge "El Loco" Ariel Romero, otra ex pareja de la funcionaria y padre de su hijo, se desempeñó como senador provincial hasta que debió renunciar tras ser denunciado por abuso por la militante camporista Stephanie Calo. Al término de su mandato, fue contratado por la Obra Social del personal de la Industria, con un sueldo de 165 mil pesos mensuales.
En ese mundo de privilegios, los estados y congresos provinciales también están desbordados. No extrañan apellido como Romero Feris en Corrientes, los Urtubey en Salta, Rodríguez Saá en San Luis, o la familia Sapag en Neuquén, por citar solo algunos conocidos. Es decir, el fenómeno no es nuevo, sino que viene desde la misma recuperación democrática, en 1983.
AMIGOS Y PARIENTES
El nepotismo es la predilección exagerada que algunos funcionarios en actividad que ocupan cargos públicos poseen respecto a su familia, allegados y amigos a la hora de realizar concesiones o contratar empleados estatales. En estos casos, el individuo que accede a un empleo público logra el objetivo por su cercanía y lealtad al gobernante o funcionario en cuestión, y no por mérito propio o capacidad.
En 2018, la novia del Senador Julio Cleto Cobos, Natalia Obon, fue nombrada secretaria en la Cámara Federal de Apelaciones en la Justicia Federal de Mendoza tras recibirse pocos meses antes de abogada. Producto del escándalo, renunció al cargo 24 horas después.
A través del decreto 93/2018 publicado en enero de este año, el presidente Mauricio Macri prohibió la designación de familiares directos de ministros en el Estado. No fue porque sí, sino que se dio como consecuencia del caso del ministro de Trabajo, Jorge Triaca que había nombrado a su esposa Cecilia Loccisano y su cuñado, Ernesto Reta.
Una vez que se publicó el decreto, Loccisano debió abandonar su cargo de subsecretaria de Coordinación Administrativa del entonces Ministerio de Salud. Reta, pareja de Mariana Triaca, renunció a la dirección del Banco de Inversión y Comercio Exterior. Ya se habían ido sus hermanas Mariana y Lorena, que dejaron la dirección del Banco Nación y Asuntos Externos de la Agencia Argentina de Inversiones respectivamente.
Dentro de la alianza Cambiemos, Francisco Langieri Bullrich, hijo de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, trabajaba como asesor de la Secretaría País Digital, dependiente del Ministerio de Modernización. Ante el escándalo, no tuvo más alternativa que presentar su renuncia.
También en 2018, Nova informó cómo la carrera política y la vida personal del por entonces nuevo gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés fue ‘un ejemplo de la persistencia y robustecimiento del sistema despótico con que, durante generaciones, se ha consolidado en la provincia.
Antes de asumir como mandatario, Valdés consiguió que nombren a su esposa Cristina Inés Garro en una vocalía en el Consejo de la Magistratura de la Nación, organismo que él integró hasta el 2017 como diputado nacional. Asimismo, el padre de Gustavo Valdés fue en 2018 presidente del Concejo Deliberante de Ituzaingó, ciudad de la que Manuel “Manolo” Valdés (UCR) también fue Intendente durante 8 años. La mamá de Valdés, “Juanita” Mosqueda; también fue concejal de Ituzaingó y candidata a intendente. Su tío Octavio “Burro” Valdés también fue intendente de esa localidad y ocupó banca como diputado provincial por muchos años. Antes de ser gobernador, Gustavo Valdés fue concejal de la Ciudad de Corrientes (2005-2009), Ministro de Seguridad (2009-2013), Diputado Nacional e integrante Concejo de la Magistratura de la Nación (2013-2017).
Hoy, en este 2022, sobran los ejemplos.
Hay muchos ejemplos más. Aunque con estos casos puede ejemplificarse la débil regulación de los conflictos de interés en la Argentina. El régimen de incompatibilidades de la Ley N° 25.188 (Ley de Ética Pública) establece en su art. 2, inc. i que los funcionarios y empleados públicos deben abstenerse de intervenir en todo asunto respecto al cual se encuentren comprendidos en alguna de las causas de excusación previstas en la ley procesal civil. Se trata del art. 17 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, que incluye, entre otras causales, el parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad: padres, hijos, abuelos, nietos, hermanos, tíos, sobrinos, primos hermanos, suegros, cuñados y nueras/yernos.
Lejos de considerar al nepotismo como una forma enmascarada de corrupción, los funcionarios defienden su derecho a rodearse de sus seres queridos en el contexto de su cargo público. Por acción u omisión, la dirigencia política argentina ha permitido, en democracia, legalizar aquello de que "lo primero es la familia".