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Corrientes, una muestra del futuro caótico - Semanario de Junín

LOCALES | 16 MAR 2022

INCENDIOS FORESTALES 

Corrientes, una muestra del futuro caótico

Los incendios naturales, accidentales o provocados, no son causados directamente por el calentamiento del planeta, pero suelen deberse a sequías cada vez más intensas y prolongadas, lo que significará que a lo largo de este siglo podrán aumentar entre un 31 y 52%.

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La probabilidad de incendios forestales que devastan enormes superficies, como los de Australia en 2019 y 2020 o el del Pantanal sudamericano en 2020, o este reciente en Corrientes, aumentará entre 31 y 52% a lo largo de este siglo, según advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Los incendios naturales, accidentales o provocados, no son causados directamente por el calentamiento del planeta, pero suelen deberse a sequías cada vez más intensas y prolongadas, explica el informe que publicó la ONU y el centro de estudios medioambientales GRID-Arendal.

"Incluso si se cumplen los esfuerzos más ambiciosos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el planeta sufrirá un aumento dramático de la frecuencia de las condiciones que favorecen los incendios extremos", dice el texto.

También se informó que, incluso si el mundo lograra reducir el aumento de la temperatura media a +2°C respecto a la era preindustrial, objetivo principal de los acuerdos de París, el número de incendios catastróficos aumentará entre un 9% y un 14% hasta 2030, entre 20 y 33% hasta 2050 y entre 31 y 52% hasta 2100.

Con las nuevas condiciones climáticas, esos acontecimientos inusuales "incrementarán su probabilidad ligeramente", explicó uno de los autores del informe, Andrew Sullivan, de la agencia australiana CSIRO.Entre los casos que analizó el estudio, un incendio "emblemático" fue el del Pantanal sudamericano, el mayor humedal del planeta, situado entre Brasil, Bolivia y Paraguay.

La región sufría una fuerte sequía desde 2019 y los incendios excepcionales estallaron al año siguiente, provocando la pérdida de aproximadamente 4 millones de hectáreas hasta agosto de 2021."Los incendios forestales y el cambio climático se alimentan mutuamente", subrayó el texto e indica que los suelos se degradan, las emisiones de dióxido de carbono se disparan temporalmente y los bosques dejan de cumplir con su misión de captar el carbono.

¿Por qué son importantes los bosques?

El incendio en Corrientes puso de manifiesto no solo el desastre ambiental, sino que sirvió para visibilizar la importancia de los bosques, que concentran más de la mitad de la biodiversidad terrestre del planeta. Funcionan como reservorio de dióxido de carbono (uno de los principales gases que causan el efecto invernadero), al punto tal que, cerca de un 20% de las emisiones globales de estos gases, provienen de la deforestación y la degradación de bosques y aportan a las poblaciones cercanas fuentes de proteínas, plantas medicinales, materiales para la construcción y combustible en forma directa. Y, en forma indirecta, contribuyen a la conservación de las fuentes de agua, la prevención de inundaciones y protección para los suelos.

En la Argentina, los bosques nativos están en proceso de degradación por la deforestación. Desde 1990 en la Argentina perdimos 7,6 millones de hectáreas de bosques (es el equivalente a la provincia de Formosa) que en la última década se ha llevado a razón de 300.000 hectáreas anuales, y el uso inadecuado de los recursos que éstos proveen. Un bosque degradado es un bosque que pierde su diversidad biológica, las posibilidades de sostener actividades económicas, y que ese ambiente provea servicios ambientales como la regulación del clima y del agua.

Para entender la importancia de nuestros bosques hace falta saber que cada hectárea de la selva misionera atesora, al menos, 189,5 toneladas de dióxido de carbono, principal gas responsable del Cambio Climático. Nuestro país posee un reservorio invaluable de dióxido de carbono en sus bosques. Así, se estima que los bosques nativos que quedan en la Argentina resguardan 9.300 millones de toneladas de CO2, lo suficiente para compensar las emisiones de los autos, camiones, aviones, usinas, industrias, ganado y cultivos argentinos en 18 años, según cálculos de la Secretaría de Ambiente de la Nación. Y cada vez más, los estamos dejando desprotegidos.

Actualmente se conserva el 27% de la superficie originalmente ocupada por bosques nativos, lo que significa que la Argentina está en una verdadera emergencia forestal. La ley de Bosques no impide más desmontes. Establece zonas rojas, donde la tala está prohibida; zonas amarillas, donde también está prohibida la tala y se autoriza un uso sustentable del recurso, y zonas verdes, donde el cambio de uso de la tierra  puede autorizarse a avanzar sobre los bosques. Uno de los trucos utilizados por las provincias para  no cumplir con la Ley ha sido el cambio de la zonificación para autorizar la expansión de emprendimientos agrícolas y ganaderos.

Hay una conexión íntima entre la deforestación y el cambio climático: en la Argentina provocó el 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según consta en el último inventario de emisiones.

Ahora, los incendios pusieron a la vista de todos, que el combo de estas acciones impone no solo una mirada distinta, sino acciones concretas para atenuar los posibles incendios del futuro.

Los efectos de mediano plazo del cambio climático se cuentan a partir de 2040, esto es en apenas 18 años. La ventana de oportunidad para frenar la suba de la temperatura promedio global en 1,5ºC es cada vez más pequeña.


NO TODO LO PLANTADO ES BOSQUE

Durante los incendios en Corrientes diversos medios se han referido a las áreas afectadas como plantaciones y bosques, sin definir que existe una gran diferencia entre ambas.

Así lo definió la académica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde la bióloga con especialización en plantas, Aurora Gaxiola, aclaró: “Un montón de pinos plantados no son un bosque, son una plantación”.

De acuerdo a la experta con doctorado en la Universidad de Cambridge y post doctorado en la Universidad de Chile, “los bosques rara vez están formados por solo una especie, tienen una dinámica interna de ciclaje de nutrientes, tienen un proceso de sucesión, van cambiando de estatura, de ancho de los árboles”, entre otras características que los hacen únicos.

“Casi siempre y los bosques no están formados con solo más de una especie de árboles, que es lo que uno ve, hay arbustos, hay especies trepadoras, hay animales que viven en él, hay microorganismos, y son específicos. Van cambiando un poco con el tiempo o de una región a otra pero se vuelven como medio específicos”, explicó Gaxiola.

“Un bosque tiene una historia, tiene una identidad”, hizo énfasis la bióloga.