A golpe de vista, con la puesta en escena montada, parecería que es cierto. Que al fin el intendente Pablo Petrecca se decidió y salió a hacer “obras que le cambian la vida a la gente”, tal como le gusta decir.
Pero, cuando uno se adentra en la letra chica de las notas municipales, puede apreciarse que apenas se trata de tres cuadras de pavimento para un barrio, y la semana pasada, otras cuatro para otro sector. ¡Tres empanadas! diría Brandoni en la emblemática película argentina…
De todos modos, es una posición entendible: hace tanto, pero tanto tiempo que Petrecca no hace una cuadra de pavimento, que este anuncio casi que alcanza ribetes históricos.
Por eso, se lleva todo el séquito. Al secretario de Obras Públicas, al director de Relaciones Institucionales y al cuñado, porque le quedó como costumbre desde la campaña electoral pasearlo por la ciudad, y por supuesto, unos cuantos muchachos de Prensa: camarógrafo, fotógrafo, periodista y ayudante.
Así fue como Pablo llegó al barrio San Martín, para anunciar que calle San Lorenzo –con tres cuadras que faltan de asfalto- quedará integrada entre Bauman y Alberdi. "Vinimos a charlar y escuchar a los vecinos, algo que nos gusta hacer en cada rincón del partido de Junín”, dijo, aunque no sonó muy creíble.
La semana pasada, en onda campaña electoral, había adelantado que se harán tres cuadras sobre calle Chacabuco, entre 17 de Agosto y Aristóbulo del Valle y una cuadra de calle Palacios.
“Nos vamos contentos de haber estado anunciando una obra que mejora la calidad de vida de los vecinos", acotó al final el cuñado, hoy concejal Juan Fiorini. Y sin sonrojarse.
Después de seis años de gobierno y tan poco hecho, este “desembarco” de la comitiva municipal ensayando un papel de “cumplidores de promesas” parece casi un chiste de mal gusto. Porque si se desviaran algunas cuadras nada más, podrían ver calles de tierra sin el más mínimo mantenimiento, sin que pase jamás el regador, de noche apreciarían la falta de luz por focos quemados y nunca repuestos y tantas otras muestras de una ciudad abandonada a su suerte.