La crisis climática define nuestra época, y el desplazamiento por desastres es una de las consecuencias más devastadoras del fenómeno. Sólo en 2020, los desastres generaron 30,7 millones de desplazamientos en más de 140 países y territorios. No existe un lugar seguro frente al cambio climático, es una emergencia global. De los 30,7 millones de desplazamientos, 14 millones corresponden a inundaciones; 13,6 millones a tifones, ciclones y huracanes; 1,2 a incendios descontrolados; 518 mil a erupciones volcánicas; 137 mil a terremotos; 46 mil a temperaturas extremas; 32 mil a sequías y 988 mil a otras tormentas.
“Los países frágiles son los que corren el mayor riesgo de exposición. Las personas en situación de vulnerabilidad en países afectados por el conflicto suelen padecer consecuencias desproporcionadas. Los refugiados, desplazados internos y apátridas se encuentran en el frente de la emergencia climática”, explicó Carolina Martinenghi, Directora de Comunicaciones de Fundación ACNUR Argentina.
El 80% de los refugiados proceden de los países más vulnerables y menos preparados para adaptarse al cambio climático. Además, 7 de cada 10 desplazados internos (66%) viven en un país de este tipo.
La escasez de recursos naturales va en aumento en muchas partes del mundo donde se ha dado acogida a las personas refugiadas. El ganado y los cultivos luchan por sobrevivir en lugares donde las condiciones se tornan cada vez más áridas, frías o húmedas y esto pone en riesgo los medios de vida. Según los especialistas, sin una acción rápida y ambiciosa, los desastres climatológicos podrían duplicar el número de personas que precisan asistencia humanitaria hasta alcanzar los 200 millones anuales en 2050.
REFUGIADOS CLIMÁTICOS
Los refugiados climáticos, es decir, el de aquellas personas desplazadas fuera de sus países por causas ambientales, comienzan a ser una cuestión que reviste especial importancia en la actualidad, debido en gran parte, a la crisis ecológica que sufre el planeta, y que une a su vez los problemas sociales, económicos y políticos de los Estados, especialmente, aquellos en vías de desarrollo, obligando a grandes flujos migratorios con la finalidad de poder disfrutar de una vida digna.
La aceleración y el incremento de esta problemática en los últimos años, van de la mano con el período más agresivo de la explotación y contaminación ambiental. Unos 216 millones de personas podrían verse obligados a desplazarse dentro de su país por motivos climáticos en el año 2050, según un informe publicado por el Banco Mundial. Sin embargo, destaca que esta predicción “no es inamovible” y que la migración climática podría reducirse a solo 44 millones de personas si los países comienzan a reducir de inmediato los gases de efecto invernadero, corrigen las brechas de desarrollo, restauran sus ecosistemas y ayudan a las personas en términos de adaptación medioambiental.
Según el documento, la escala de la migración interna provocada por impactos climáticos será mayor en las regiones más pobres y vulnerables al cambio climático, lo que indica que las deficiencias subyacentes en la capacidad de los sistemas sociales, económicos y de medios de subsistencia para abordar el cambio climático podrían socavar los logros en materia de desarrollo.
La región con más desplazados climáticos internos sería el África subsahariana, que podría ver hasta 86 millones de personas en movimiento; seguida por el este de Asia y el Pacífico, con 49 millones; el sur de Asia, con 40 millones; el norte de África, con 19 millones; América Latina, con 17 millones; y Europa del Este y Asia Central, con cinco millones.
AÑOS CRÍTICOS
Según el informe, los puntos críticos de inmigración y emigración internas provocadas por los impactos climáticos comenzarán a aparecer hacia el año 2030 y, para el año 2050, aumentarán y se intensificarán, lo que pone de relieve la necesidad de integrar escenarios de migración posibles en el desarrollo espacial.
Por ello, es fundamental comenzar a trazar planes para lograr que toda esa migración interna sea ordenada y esté bien gestionada, de modo que sirva como una estrategia de adaptación eficaz con resultados positivos en términos de desarrollo.
Adoptar medidas ahora, en el punto de confluencia del clima, el desarrollo y la migración, es fundamental para salvaguardar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el curso de los próximos 10 años y garantizar la prosperidad compartida hasta la mitad del siglo y los años futuros.
El Banco Mundial hace cuatro recomendaciones principales para minimizar el impacto del calentamiento global y reducir al mínimo la necesidad de que millones de personas abandonen sus hogares acuciados por el hambre, la sed, el calor o las inundaciones:
*) Reducir las emisiones mundiales y hacer todo lo posible por alcanzar las metas de temperatura del Acuerdo de París.
*) Integrar la migración interna por motivos climáticos en la planificación de un desarrollo verde, resiliente e inclusivo con visión de futuro.
*) Prepararse para cada fase de desplazamiento, de modo que la migración interna por motivos climáticos pueda emplearse como estrategia de adaptación y genere resultados de desarrollo positivos.
*) Invertir en una mejor comprensión de los factores que impulsan la migración interna por razones climáticas, con el objeto de contribuir a la formulación de políticas adecuadamente orientadas.