A dos años del inicio de la pandemia, el mundo superó este fin de semana los 500 millones de infectados. Y aunque los casos de coronavirus vienen bajando lentamente tras el impacto de la variante Ómicron en diciembre y enero, hay preocupación por estos días por la aparición de nuevas mutaciones del Covid-19 y los confinamientos en China tras un rebrote de casos.
En este contexto, la vacunación contra el virus avanza, también lentamente, y el 65% de la población mundial ha recibido al menos una dosis del suero contra el coronavirus. A nivel global se llevan administradas 11.470 millones de dosis según datos del sitio OurWorldInData.
Aunque los ensayos clínicos son un método eficaz para comprobar si las vacunas son seguras y efectivas, hay algunas experiencias sobre el impacto de la inmunización que, claramente, provocan asombro.
Ese fue el caso de una mujer que luego de colocarse la vacuna de refuerzo de Pfizer, contra el Covid, aseguró que "envejeció 20 años en solo tres días".
Michelle Flower tiene 41 años y es oriunda del Reino Unido. Apenas se conoció su historia no tardó en viralizarse a través de las redes sociales. Flower reveló que dos semanas después de aplicarse la dosis de refuerzo comenzó a sufrir una dolorosa afección en la piel que le provocó "pequeñas grietas" en los labios.
La afección se siguió propagando por lo que le diagnosticaron urticaria. Para tratarla, su médico de cabecera le recetó esteroides. "Me duele tanto que no puedo abrir la boca correctamente", confesó la mujer.
UN DAÑO PERMANENTE POR LA VACUNACIÓN
En ese contexto, Michelle afirmó que su sistema inmunológico se dañó permanentemente como resultado de la vacuna, ya que se volvió dependiente de los esteroides. Incluso, ella cree que fue diagnosticada erróneamente.
Después de unos meses, Flower se autodiagnosticó con dermatomiositis -una enfermedad inflamatoria caracterizada por la debilidad muscular y el sarpullido en la piel-, ya que se enteró de que la madre de su amiga había presentado los mismos síntomas al suero de Pfizer, según señaló el portal YorshireLive.
Flower se auto diagnosticó con dermatomiositis -una enfermedad inflamatoria caracterizada por la debilidad muscular.
Frente a esa situación, la británica reveló que estuvo varios días sin poder conciliar el sueño y llorando de dolor. "Es como tener una quemadura de sol muy, muy mala. Mi cara está ardiendo y picando. Tengo los labios más doloridos del mundo, es como tener herpes labial formándose y abriéndose en los labios. Tengo urticaria en el cuello y psoriasis en los pliegues de los brazos. Me duelen todas las articulaciones y los dedos", manifestó en diálogo con el diario londinense The Mirror.
Para aminorar los síntomas, Flower explicó cuál es el tratamiento que lleva a cabo en la actualidad.
"Es como tener una quemadura de sol muy, muy mala. Mi cara está ardiendo y picando. Tengo los labios más doloridos del mundo, es como tener herpes labial formándose y abriéndose en los labios. Tengo urticaria en el cuello y psoriasis en los pliegues de los brazos. Me duelen todas las articulaciones y los dedos"
"La única crema que encontré para aliviar el dolor es una E45 -utilizada para tratar y calmar la piel seca, el picor y la descamación- que me da unos 20 minutos de alivio", expresó
Y concluyó que, a pesar de su desesperación, ella no está en contra de las vacunas pero que sí "las personas deben ser conscientes de que hay efectos secundarios graves que las afectan".