La enfermera oriunda de Junín, Elizabeth Di Legge, que había desaparecido el viernes, fue encontrada sin vida en la mañana de hoy, según confirmaron fuentes policiales. La Bonaerense entró a su casa en González Catán tras las órdenes del fiscal del caso y encontraron su cuerpo que estaba bajo cerradura adentro de un galpón.Su marido, Silvio Espíndola, que dio múltiples entrevistas para pedir por su aparición desde ese mismo domicilio, quedó demorado, no detenido.
El cuerpo, confirman investigadores, tenía una jeringa en un brazo, con una sonda colocada. En un primer momento, se sospechó que habría salido de su casa cerca de las 10 en dirección a la estación de tren del ramal Belgrano Sur para dirigirse al Hospital Churruca, ubicado en el límite de los barrios porteños de Nueva Pompeya y Parque Patricios, donde debía hacer un servicio de guardia.
Por alguna razón que hasta el momento se desconoce, Di Legge nunca llegó a destino, por lo que su esposo, Silvio Espíndola, que trabaja en el mismo establecimiento de salud, realizó la denuncia correspondiente al día siguiente. Fue así que se inició una causa por “averiguación de paradero” que quedó radicada en la UFI N°3 Descentralizada de La Matanza, a cargo de Matías Folino, quien dispuso que se revisen las cámaras de seguridad de la estación de González Catán y de los alrededores, para tratar de reconstruir el camino que hizo la enfermera desde que salió de su casa. Ahora, el caso dio un giro radical y podría convertirse en un expediente por femicidio.
Espíndola brindó una entrevista esta mañana para El Trece, a centímetros donde se encontró el cuerpo de Elizabeth. Sin embargo, él denunció que no sabía nada de ella desde hacía tres días. El hombre indicó que denunció la desaparición y que la Policía Bonaerense se encontraba trabajando en el caso, pero que no había resultados. “No sé qué decirles a mis hijos”, expresó.