En Río Negro, la caza de jabalí con armas de fuego está abierta todo el año y la de jauría de marzo a fin de agosto. Esto es igual con todas las especies consideradas “invasoras” y que las categoriza la resolución de 2022, “Estrategia Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras” que dice que además del jabalí, también lo son el ciervo colorado, el ciervo dama, el visón, conejo silvestre y la codorniz de california. Según aseguran desde la Secretaría de Medio Ambiente de Río Negro, con este tipo de cacerías lo que hacen es “mantener el ambiente sano” y, por esto, hace más de 20 años la actividad está reglamentada, tanto la caza mayor y menor, como con perros.
“Desde el año pasado, desde la secretaría se piensa en dar por terminada la modalidad de caza de jabalí con jauría, no la caza en sí porque somos una provincia que caza especies foráneas, que no tienen la culpa de haber sido introducidas en nuestro ambiente, pero el ser humano lo hizo, y en la provincia utilizamos la caza deportiva para controlar esas especies”, explica Fabián Llanos, subsecretario de Biodiversidad y Cambio Climático.
Esto, según cuenta, se practica campo adentro y la modalidad de caza con jauría implica el entrenamiento y uso de perros para matar a los animales que hasta los triplican en tamaño, cosa que choca con la letra de ley 14.346, que pena el maltrato animal porque durante la caza el perro recibe mordidas del jabalí que, lógicamente, se quiere defender y que muere tras una larga agonía. Por esto, la provincia busca disminuir el número de perros utilizados: “Aunque se busca reducir la especie por medio de la cacería, no se busca hacerlo sufrir. Por esto, se habló con clubes de caza y se resolvió hacer una audiencia pública virtual para tratar el tema, los cazadores no participaron porque algunos entendieron que solo ellos debían participar y no el resto de la sociedad, como proteccionistas”, contó.
ENTRENAMIENTO DE CACHORROS
Desde la provincia entienden que finalizar la caza de un día para el otro puede ser contraproducente porque muchos cazadores tienen perros entrenados y creen prudente que no entrenen más cachorros, por eso la propuesta es bajar el número de ocho a cinco ya que ellos mismos han manifestado que con ese número se manejan bien. El sentido de bajar esa cantidad es que no puedan entrenar nuevos perros y en unos tres o cinco años se daría por finalizada este tipo de cacería.
Aunque es poco conocida la actividad, la caza con perros es frecuente en Argentina, sobre todo la de jabalíes, ideadas a modo de reducir la población de las consideradas “especies invasoras” y que acepta el uso de hasta ocho perros entrenados cruelmente para matar.
Río Negro busca cambiar la modalidad de la llamada “actividad recreativa”. Para ello, llamó a dos audiencias públicas en las que el 28 de febrero y 1° de marzo se puso sobre tablas el tema que contó con la participación de ochenta expositores, entre los cuales intervinieron científicos, veterinarios, abogados, proteccionistas y destacadas figuras públicas como el conductor Leo Montero.
En respuesta, se desarrollaron sólidos argumentos legales, científicos, psicológicos, sociales y culturales, que demostraron que no sólo hay muchas maneras de abordar la problemática de la fauna foránea sino que es imperioso sacar de la ecuación a los perros, quienes desde que nacen son adiestrados y utilizados como herramientas, con la única función de matar o morir.
La iniciativa cuenta con el apoyo de la campaña de la agrupación Che Galgo que creó una petición en la plataforma Change.org, denominada Stop caza con perros
EL PROYECTO DEL 2021
Con la firma de la diputada Graciela Camaño, el miércoles 1 de marzo volvió a ingresar el proyecto de ley que busca prohibir y penar esa actividad. Esa iniciativa había sido presentada en 2021, pero perdió estado parlamentario al no ser tratada en comisiones durante ese período legislativo ni en el 2022. “Volví a insistir, persuadida de que el tema retiene plena vigencia e importancia para la protección de los animales y la biodiversidad”, aseguró la legisladora.
Esto es acompañado por la campaña de la agrupación antiespecista Che Galgo que además creó una petición en la plataforma Change.org (Stop caza con perros). “No queremos la crueldad ni el maltrato que permiten estas aberraciones, en la que no sólo mueren animales de una forma atroz sino que se fomenta una sociedad cruel, violenta y sin empatía ni respeto hacia ninguna forma de vida. No se puede regular el maltrato, no se puede regular la crueldad. Necesitamos leyes que nos protejan a todos y que fomenten valores positivos”, dijo la coordinadora del grupo que busca que se prohíba la cruel actividad en territorio nacional la despiadada actividad.
LA PROPUESTA QUE BUSCA SER LEY
En el primero de los cuatro artículos que conforman este proyecto de ley se establece que “queda prohibido en todo el territorio nacional el uso de perros para la realización de cualquier actividad de caza”.
En tanto que el segundo artículo se refiere a las multas y penas a las que serán sometidos quienes infrinjan la ley, al establecer que “el que por cualquier título organizare, promoviere, facilitare o realizare actividades de caza con el uso de perros será reprimido con prisión de tres (3) meses a cuatro (4) años y multa de veinticinco (25) a cien (100) veces el valor equivalente al diez por ciento (10 %) del valor del depósito establecido para la interposición del recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
Los tres puntos de la propuesta de norma buscan terminar con el tipo de entrenamiento al que son sometidos los perros; el daño que sufre el perro durante la cacería y el animal cazado que termina despedazado y, por último, las consecuencias de perros heridos que son sacrificados o lo que son abandonados y se forman en jaurías asilvestradas y no discriminan a la hora de buscar alimentos.
Los tres puntos de la propuesta buscan terminar con el tipo de entrenamiento al que son sometidos los perros; el daño que sufre el perro durante la cacería y el animal cazado que termina despedazado y, por último, las consecuencias de perros heridos que son sacrificados o abandonados.