LOCALES | 3 DIC 2023
EDITORIAL DE DOMINGO
El futuro estoico
El objetivo no debería ser esperar "el bien o el mal", por el propio provecho, sino tratar de sostener y aferrarnos a quien tenemos al lado, para que gane el conjunto.
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EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 386 DE SEMANARIO DE JUNÍN. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 2 AL 8 DE DICIEMBRE DE 2023.
Una campaña marcada por la sobreinformación, los debates y las peleas; un cóctel que pone en riesgo la salud mental, algo que se explica más claramente en uno de los artículos de esta edición.
Todo quedó atrás, menos la incertidumbre y justamente una de las escuelas de la filosofía: el estoicismo, se ríe de la falta de certezas.
La palabra estoico, en su uso moderno se refiere a aquella persona que es indiferente al placer, la alegría, así como la pena o el dolor.
La doctrina se basa más bien en guiarse por la razón y, debido a que no se puede controlar lo que sucede a nuestro alrededor, controlar lo que se piensa al respecto de lo que sucede.
En función de los resultados del balotaje, una mayoría levemente superior tiene la esperanza de que lleguen buenos tiempos, mientras que el resto no lo cree así.
El estoicismo se fija especialmente en las emociones, a las que se refiere como pasiones, y que divide en buenas, malas e indiferentes. Las buenas hay que potenciarlas, las indiferentes obviarlas y hay que lidiar con las malas.
La reflexión que hace el estoicismo al respecto es que a las personas no las perturban las cosas que pasan sino las opiniones que tienen sobre esas cosas que pasan.
La llamada dicotomía del control es uno de los términos más relevantes del estoicismo y que ha ido evolucionando desde los orígenes de esta corriente filosófica hasta la actualidad.
Se trata de conocer qué cosas están dentro del control de cada uno y cuáles no lo están.
Puede que para algunos el futuro pueda resultar estoico y proponer que esta dicotomía se convierta en una tricotomía y se añada una tercera opción que serian las cosas sobre las que se tienen un control parcial.
Un ejemplo sería el próximo gobierno, donde habrá multitud de variables que se desconocen, como por ejemplo las medidas económicas, las perspectivas climáticas, el apoyo internacional, la paz social o el caos, las inversiones o las fugas, entre tantas otras.
Por ello, el objetivo no debería ser esperar “el bien o el mal”, por el propio provecho, sino tratar de sostener y aferrarnos a quien tenemos al lado, para que gane el conjunto. Eso sí se puede controlar.
