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EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 400 DE SEMANARIO DE JUNÍN. CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 9 AL 15 DE MARZO DE 2024
Si decimos que un dirigente político es corrupto habrá que exponer pruebas, pero si esas pruebas son descartadas por la justicia, no habrá verdad. ¿No la habrá o no se le permitió salir a la luz?
Paradójicamente, la frase de Nietzsche cayó en su propia trampa interpretativa.
Cuando afirma que hay interpretaciones no busca relativizar el concepto de verdad, sino que dice que cuando algo sucede cada uno encuentra una interpretación distinta del hecho.
Las 400 ediciones de SEMANARIO nos generan ese tipo de dicotomías o, más aun, se disparan un montón de variables en distintas direcciones. Así ha sido todo el camino.
En ocho años de trayectoria se puede construir un sentido de credibilidad a partir de la verdad o quedar en el limbo merced a las mentiras desatadas.
Hemos querido estar siempre del lado de la verdad y por más que algunas interpretaciones antojadizas nos hayan querido ubicar en la otra vereda, los hechos y resultados terminaron dándonos la razón.
El periodismo ha sido nuestro faro desde el primer día y mantuvimos la proa puesta hacia ese lugar a pesar de los mares borrascosos que nos tocó navegar. Pero la credibilidad estuvo a resguardo, salvo para aquellos que con facilidad creen en algo que nunca vieron y desechan lo que está frente a sus narices.
Por eso, cuatrocientas ediciones pueden resultarnos pocas frente a los “medios tradicionales”, aunque sentimos que la pasión que supimos imprimirle a cada renglón le ha sumado sustancia a la opinión pública para que no crea todo lo que le dicen (incluso nuestras propias aseveraciones), sino que sea cada lector quien elija componer un pensamiento lógico a partir de los datos que esté disponible a encontrar (y enfrentar) para resolver el acertijo que plantea la vida cotidiana, casi de pueblo, como la que transcurrimos.