DEPORTES | 11 ABR 2024

TENÍA 54 AÑOS

Conmoción en el mundo del Sumo por la muerte del legendario Akebono Taro

Nacido en Hawaii, fue el primer extranjero en convertirse en gran campeón en Japón. Además, incursionó en la lucha libre y las artes marciales mixtas



El mundo del sumo y de la WWE está de luto: el legendario Akebono Taro, quien ganó 11 grandes torneos durante su carrera, murió de una insuficiencia cardíaca a los 54 años. El luchador había estado batallando contra una grave enfermedad desde hace siete años, cuando se desplomó en Kitakyushu, Japón.

“Con tristeza anunciamos que Akebono Taro murió de insuficiencia cardíaca a principios de este mes mientras recibía atención en un hospital en el área de Tokio”, informó su familia y la noticia caló hondo entre los fanáticos.

Nacido en Hawái como Chad George Ha’aheo Rowan, se había convertido en el primer gran campeón no japonés o “yokozuna” en la historia del sumo, disciplina en la que se destacó y para la cual entregó su vida. De hecho, se había mudado a Tokio a fines de la década de 1980 y, ya sumergido en dicho universo, hizo su debut en marzo de 1988.

Dos años más tarde llegó a la élite y ganó su primer gran campeonato en 1993. Gracias a que se transformó en el primer gran campeón nacido (el rango más alto del sumo) nacido fuera de las fronteras de Japón, les abrió la puerta a otros luchadores extranjeros encontraran el éxito en este deporte.

De 2,03 metros de altura y con un peso máximo de 226,79 kilos, en 2001 se retiró del sumo, aunque permaneció vinculado como entrenador, y además aprovechó su contextura física para probarse en diferentes ámbitos.

En 2005, Akebono comenzó a incursionar en la lucha libre y resultó histórico su combate contra contra The Big Show en WrestleMania 21 en Los Ángeles. Así ganó celebridad en otro ámbito. A partir de allí fue convocado varias veces a eventos de la WWE, desde donde también expresaron sus condolencias.

También supo incursionar en las artes marciales mixtas, abriendo aún más el espectro de su popularidad, aunque fue en la disciplina en la que brilló en la que lo consideraban una deidad. De hecho, aparecía seguido en programas de TV de su país.