Francina Sierra: “Creemos que todavía hay posibilidades de reabrir Casahuerta”

Si hay algo que se puede sostener con total convicción es que la fecha que conmemora a los docentes dejó en evidencia, el pasado 11 de septiembre, que la lucha debe continuar y que esa es también la manera de enseñar muchas otras cosas: valorar las instituciones públicas de educación, reconocer nuestro derecho a estudiar en condiciones dignas, de calidad y gratuitamente, destacar que los trabajadores de la educación merecen un salario digno y proporcional a las tareas realizadas tanto dentro como fuera de las aulas y que atienda la necesidades básicas pero, por sobre todas cosas, que a la educación pública se la defiende.

El modelo planteado por Cambiemos es el de desmantelar, deslegitimar y desprestigiar a las instituciones educativas de carácter público, con medidas que comprometen aun más al sector: propuesta salarial del 15% con una inflación que duplica y más la oferta; recorte presupuestario; cierre de cursos y escuelas rurales...

En Junín, el cierre de Casahuerta fue una de las medidas más dolorosas para la comunidad educativa que durante 15 años desarrolló tareas de enseñanza y aprendizaje con jóvenes en situación de vulnerabilidad, que encontraron en sus aulas un sentido de pertenencia más puro.

El martes 11 de septiembre, en la plaza Veteranos de Malvinas, se organizó una mateada “capitaneada” por Suteba Junín, con la intención de visibilizar el día del maestro, resignificando el reclamo por los derechos educativos. Estuvieron presentes profesores y maestras de distintas instituciones locales y ex docentes y alumnos de Casahuerta.

“Es un día del maestro diferente porque este contexto nos obliga a no perder la alegría, a seguir celebrando ese orgullo que tenemos de ser docentes, pero sin lugar a dudas, de resignificarlo en plena jornada de lucha porque llegado a esta fecha no tenemos definición en nuestras paritarias, nuestro salario está congelado a diciembre de 2017. Todo lo que nos han depositado son sumas unilaterales, no hay mejores condiciones para enseñar y aprender en las escuelas porque lo vimos y lamentablemente tuvo que pasar lo que pasó en Moreno para que se pusiera en el tapete las faltas de mantenimiento que tienen los edificios escolares, donde trabajamos todos los días”, dijo Francina Sierra, secretaria General de Suteba Junín, a SEMANARIO.

Sobre la jornada, la dirigente gremial aseguró que “la idea fue congregarnos todos en una mateada donde nos encontramos estudiantes, docentes, familias, padres, representantes de la política y sindicatos, sobre todo para dar un mensaje claro de que a la educación pública la defendemos entre todos”.

Casahuerta es la insignia de lo que este gobierno piensa de la educación pública, a la que ve sólo en términos numéricos sin querer –ni poder- pensarla en cuestiones de calidad y contención.

“No nos damos por vencidos porque creemos que todavía hay posibilidades de reabrir Casahuerta. La participación del Intendente fue crucial porque si se hubiera acercado a la comunidad e interesado por lo que allí pasaba, teniendo en cuenta además que Casahuerta articulaba con el municipio a partir del ‘Proyecto Sol’ que tenía que ver con la posibilidad de que los chicos que asistían a la institución, pudieran tener su primer empleo. En vez de interiorizarse se calló la boca, como lo hace con otras cuestiones, y dejó que esto pasara. Nosotros responsabilizamos a la gobernadora Vidal, pero también a Petrecca por el cierre de Casahuerta, que es un emblema histórico para Junín”, dijo la representante gremial.

En relación al accionar municipal, Sierra consideró que fue una decisión política la de no escuchar, hacer “oídos sordos”, o validar el cierre. “Cuando nosotros peleamos, junto con la comunidad educativa, planteamos el sentido de pertenencia, que es muy importante. Hay que sacarse el sombrero de cómo los docentes defendieron ese espacio y se pusieron la camiseta. ¿Qué mas orgullo para una ciudad que tener una escuela de esas características?”, se preguntó.

Pero la indignación crece cuando los funcionarios, que deberían trabajar en pos de la calidad educativa, hacen todo lo contrario y no “bancan” la lucha a la par de los docentes. “El dolor más grande fue que tanto la inspectora Jefe regional Emilce Marini, como la exinspectora Jefe distrital, Agostina Arostegui, quien tuvo que renunciar una semana después, no supieron o no quisieron defender el proyecto Casahuerta”.

Consultada sobre la situación del personal de Casahuerta, Sierra explicó que “los docentes fueron reubicados, pero esa reubicación es absolutamente transitoria porque fueron enviados a una de las sedes que tiene la Escuela de Educación Media Nº 8. Lo que nunca dijeron es que esa escuela se va a transformar en un Centro Educativo de Nivel Secundario (CENS), que es otra modalidad de escuela de adultos y eso significa otro plan de estudios e implica readecuar a los docentes que están hoy por los títulos de incumbencia. Además, los CENS tienen menos carga horaria que una escuela o bachillerato de adultos. Por ende, sí o sí, hay docentes que se van a quedar sin trabajo”.

En relación a la crisis que está atravesado la educación pública, la sindicalista aseguró que “esta lucha continúa. En este contexto los maestros no tienen buenas condiciones de enseñar y aprender, somos sistemáticamente maltratados y destratados por la gobernadora Vidal y por todo el gobierno de Cambiemos. Somos un blanco para ellos, quieren deslegitimarnos, partir la lucha pero claramente no van a poder”.

Ex alumnos de Casahuerta

“Quiero volver a Casahuerta porque los profes son muy buenos y mis compañeros también. Teníamos planes para este año hacer panadería, vender pizas y otras cosas. Nos encariñamos mucho con la escuela” (Lucas, 16 años).

“Con el cierre de Casahuerta me puse muy mal y tengo muchos compañeros que quedaron sin escuela porque no pudieron reubicarse. En Casahuerta aprendimos muchas cosas, sobre todo el valor del compañerismo y nos sentíamos en familia” (Rocío, 19 años).