El Día Mundial de la Seguridad Vial que se conmemora cada 10 de junio, busca revertir esta realidad desde la educación, la cultura preventiva y la empatía en el manejo. No se trata solo de respetar señales, sino de cultivar una actitud vigilante y solidaria en las calles y rutas del país. La fecha convoca a gobiernos, ciudadanos y organizaciones a reflexionar sobre su papel en la seguridad del transporte, una tarea que no admite indiferencias.
El 10 de junio no aparece en el calendario como una conmemoración casual. Fue elegida para subrayar la necesidad de integrar la seguridad vial en las políticas públicas, los programas educativos y la rutina cotidiana de millones de personas. Desde instituciones escolares hasta grandes empresas de transporte, el llamado es común: educar para prevenir.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que los siniestros en carretera son una de las principales causas de muerte en jóvenes de entre 5 y 29 años. Por ello, más allá de la infraestructura, se apunta a un cambio profundo en la forma de entender el tránsito como espacio compartido.
La prioridad es generar entornos seguros, donde se respeten los derechos de todos los usuarios de la vía, en especial los más vulnerables: peatones, ciclistas y pasajeros del transporte público.
En Argentina mueren casi 11 personas por día en siniestros viales. Aunque las cifras de 2024 muestran una leve baja, la problemática sigue exigiendo acciones concretas y sostenidas
El tránsito vehicular se ha vuelto cada vez más complejo. La velocidad excesiva, el uso del celular mientras se maneja, la conducción bajo efectos del alcohol o el cansancio acumulado figuran entre las principales causas de accidentes. A ello se suman las fallas mecánicas por falta de mantenimiento y la ausencia de señalización en tramos peligrosos.
También influyen factores estructurales: pistas en mal estado, ausencia de pasos peatonales, iluminación deficiente y descoordinación entre entidades encargadas de fiscalizar. Todo esto convierte a las carreteras en escenarios propensos al desastre.
Sin embargo, según expertos, el factor humano sigue siendo determinante. Por ello, los programas de sensibilización priorizan el autocuidado, el respeto al otro y la necesidad de frenar impulsos que, en segundos, pueden terminar en tragedia.
El panorama en Argentina. ¿Aumentaron los siniestros?
En 2023, un total de 4.369 personas murieron en siniestros viales en Argentina, lo que equivale a 12 muertes por día, según datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Las cifras preliminares de 2024 muestran un leve descenso: 3.894 fallecidos y un promedio diario de 10,7 muertes. Si bien la mortalidad vial bajó, los siniestros continúan siendo una de las principales causas de muerte en el país.
Esta reducción, aunque alentadora, reafirma la necesidad de implementar políticas públicas sostenidas, con más controles, educación vial y medidas de prevención.
A pesar de la tendencia positiva, el número de víctimas sigue siendo elevado: casi 11 personas pierden la vida cada día en el tránsito argentino.
Además, la mayoría de los siniestros mortales ocurren en rutas, afectan principalmente a varones jóvenes que conducen motocicletas, y se concentran en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.