El modelo económico que el presidente Javier Milei puso en marcha en diciembre de 2023 con la mega devaluación del peso tiene claros ganadores y perdedores. En el último segmento aparecen algunos segmentos de la industria y la construcción, por el freno de la obra pública, entre otros.
Entre los que se beneficiaron aparecen en primer lugar el complejo agroexportador, los servicios de energía, gas y agua, el ensamble de manufacturas livianas y una parte del sector farmacéutico, ya que fueron los cuatro sectores que más utilidades reportaron en sus balances, en 2024: del 925, 375, 312 y 183% respectivamente.
De acuerdo con un informe elaborado por una organización civil, entre los 15 principales accionistas del panel bursátil de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la riqueza acumulada alcanzó los 32.200 millones de dólares, con un incremento del 48% respecto a 2020.
Después del primer año de gobierno de Javier Milei, las 31 principales empresas que cotizan en la Bolsa aumentaron el 141% de la rentabilidad operativa y más del 300% sus ganancias netas, señala un estudio realizado por el exdiputado nacional Claudio Lozano, Javier Rameri y Ana Rameri, del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas.
La mejora de la cosecha luego de la sequía, la devaluación de diciembre de 2023 y el desarme posterior parcial de retenciones se reflejó en el 925% que creció el resultado operativo del denominado núcleo duro del modelo agroexportador pampeano.
Los fuertes ajustes tarifarios y la recuperación de precios relativos determinaron una expansión del 375% en las ganancias de los empresas que prestan los servicios públicos de energía eléctrica, gas y agua.
En tanto que el sector de ensamble industrial —vinculado a manufacturas livianas y terminales— incrementó sus utilidades en el 312%.
En cuarto lugar, la industria farmacéutica obtuvo una mejora del 183% en su rentabilidad operativa, resultado directo de la liberalización de precios de medicamentos y el retiro del Estado como regulador del acceso a bienes esenciales.
Renta financiera
El reporte de IPyPP destaca que, inclusive, sectores que vieron afectado su volumen de ventas por la caída del consumo popular -como alimentos y bebidas y minerales no metálicos (insumos de la construcción)- obtuvieron rentas extraordinarias a través de la vía financiera: un 797% en el caso del sector alimenticio y 1.487% en minerales no metálicos.
La rentabilidad del sector hidro-carburífero fue amplificada por la liberalización del precio interno del barril de crudo —acercado al Brent internacional— y la mega devaluación impulsada en diciembre de 2023, subraya el informe.
Además, indica que las principales operadoras del upstream (YPF, PAE, Tecpetrol, CGC y Vista) lograron capitalizar el nuevo régimen de precios y expandir su producción, particularmente en Vaca Muerta, donde el petróleo no convencional ya representa el 57% del total extraído, con un crecimiento del 25% interanual. En el caso del gas, el 63% proviene de yacimientos shale y tight, con un alza del 10,9%.
Renta petrolera
Esta expansión, motorizada por la renta petrolera y su orientación exportadora, consolidó al sector como "enclave extractivo, dolarizado y políticamente blindado, que opera desconectado de las necesidades del mercado interno y con crecientes márgenes de apropiación", puntualiza.
Asimismo, pone de relieve que los bancos se posicionaron entre los grandes ganadores, gracias al reemplazo de las Leliq por las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) que les permitió obtener, durante la primera parte de 2024, rentas garantizadas a tasas del 90% anual, para luego sostenerlas en el marco del cambio de política económica durante el segundo semestre, cuando se reactiva el crédito al sector privado y reaparece la intermediación tradicional como fuente de rentabilidad.
Menciona a los beneficiarios de este esquema, integrados en conglomerados como Techint, Corporación América, Pampa Energía, Pérez Companc, Mindlin o Pagani, que consolidaron su hegemonía económica.
"Esto da cuenta de un fenómeno estructural donde la valorización del capital ya no depende solo de la actividad productiva ni del mercado interno, sino de también de partidas financieras y cotización de activos", apunta.
En este marco, agrega, el nuevo régimen económico propició una transferencia acelerada de ingresos desde el trabajo hacia el capital concentrado, que contrasta con el cierre de 10.902 empresas (casi todas PyMES) en el primer año de gestión.