Mientras la producción hidrocarburífera bate récord, sectores de todo el país y especialmente de la costa bonaerense sufren la falta de suministro de gas en medio de una inédita ola de frío polar.
El déficit en infraestructura para el transporte y la distribución de gas- un problema estructural que había comenzado a revertirse en los últimos años- volvió a evidenciar graves problemas con la decisión del gobierno de Javier Milei de frenar la obra pública.
La crisis de provisión del suministro que enfrenta Mar del Plata y el peligro de que se expandan las dificultades a otras ciudades costeras, puso en el centro del debate la determinación del gobierno libertario de frenar el financiamiento de la planta compresora de gas Las Armas.
La obra, que forma parte del Gasoducto de la Costa, contaba con un avance del 80% era construida por Energía Argentina S.A. (Enarsa), una de las empresas estatales que la gestión de Javier Milei puso en proceso de privatización a través de la Ley de Bases.
La nueva infraestructura es considera como clave para potenciar el transporte de la red de gas en la Costa Atlántica. Pese a su alto grado de ejecución, los trabajos fueron frenados en dos oportunidades en el año 2024.
Las deudas con empresa Peitel S.A, llevaron a que la concesionaria abandone los trabajos en el inicio del nuevo gobierno. En abril del 2024 se retomaron los trabajos y en julio se inauguró un tramo de 18 kilómetros conocido como el “loop” Tandil.