"¿Dónde ta el nene? ¡Acatá…!". Una vez, dos veces, veinte… ¿Quién no jugó así con algún chico y se embelesó con la devolución de carcajadas y el pedido permanente: "¡Otra vez, otra vez!"?. A ese juego se parece el guion comunicacional que Santiago Caputo le ha escrito a Javier Milei, copia fiel del seguido por otras ultraderechas internacionales.
Mucho menos tierno, el juego consiste en la transgresión permanente, el recurso al insulto y la búsqueda del "divertimento" del receptor a través de la transgresión reiterada. Nos tratan como a niños.
Sin embargo, en algún momento el hechizo del Brujito de Gulubú se interrumpe y lo que daba risa comienza a irritar. No es para nada seguro que hayamos llegado a un punto de quiebre en las "desventuras en el país-jardín-de-infantes", otra genialidad de María Elena Walsh. Sin embargo, hay señales…
JAVIER MILEI, DESPUÉS Y ANTES
Después de haber vetado leyes que imponían un mínimo resarcimiento a los jubilados licuados y la actualización de los pagos por prestaciones por discapacidad, y antes de las manifestaciones realizadas en varias ciudades por personas con discapacidades y sus familiares, el Presidente habló en un nuevo encuentro de la Fundación Faro Argentina, la punta de lanza de la "batalla cultural" que es financiada por parte importante del Círculo Rojo empresarial.
"Voy a dejar de usar insultos a ver si están en condiciones de poder (sic) discutir ideas. Porque yo creo que discuten las formas porque carecen de nivel intelectual suficiente para discutir las ideas", desafió Milei a sus enemigos "parásitos". Aplausos de adulación.
Aunque es dudoso que el presidente de extrema derecha pueda con su propio genio –enseguida atendió a Axel Kicillof, a quien calificó de "inútil esférico" y "enano soviético"–, buena parte de la opinión publicada dio amplia difusión a la presunta novedad.
Hasta hubo quien se entusiasmó, como Luis Majul, por considerar que "Milei probablemente esté aprendiendo de sus errores"; también quien se ilusionó, como Marcos Novaro, con "una gran victoria de la convivencia".
Lo relevante es que algo está fallando en el guion, al punto de que necesita ser reformulado.
EL DELEITE DE LOS BEBÉS EN EL CIRCO DE JAVIER MILEI
Personas con discapacidad, sus familiares y prestadores de servicios terapéuticos realizaron este martes una manifestación frente al Congreso en reclamo de que el parlamento insista con la emergencia y supere el veto presidencial.
Los canales de noticias oficialistas le dieron escasa cobertura, pero aun así, con alguna grajea que debieron dejar pasar, alcanzó para que Esteban Trebucq tuviera que poner rostro de circunstancia y se enterara al aire de los modos que empleaban los efectivos de Patricia Bullrich.
Consecuente con su agenda opositora, C5N mostró lo que ocurría con amplitud. Partió el alma escuchar un testimonio tras otro.
También hubo amplio rebote en las redes sociales y la manifestación se convirtió en tendencia en Twitter.
¿Qué te pasa cuando escuchás a este papá con un nudo en la garganta contar que su hijo, por primera vez, camina... pero le están quitando las prestaciones que lo hicieron posible?
La movilización fue relevante, aunque no masiva. Aun así, la Gendarmería recibió el encargo de brindar la única respuesta oficial que se conoce: la represión. Sí, a personas con discapacidad.
Horas antes, en la noche del lunes, Milei había dejado algunas definiciones sobre la problemática social en su discurso en la Fundación Faro. "Ahora vienen a decir 'no se llega a fin de mes'. Bueno, digo, convengamos que está claro que la frase suena muy interesante para ponerse sensiblero (…). Si fuera cierta, ustedes tendrían que caminar por la calle y tendría que estar llena de cadáveres (…). ¿Alguien se puso entonces a pensar en serio esa pelotudez?", dijo en un tramo.
La empatía debería alcanzar para entender realidades que no son las propias, pero el Presidente desconoce que "no llegar a fin de mes" es una frase con la que se describe la realidad amplia de la privación incluso de lo básico, la ayuda familiar que hiere el orgullo, el fiado piadoso del comerciante y la rueda del endeudamiento con financieras que cobran intereses de más del 300% o, incluso, con los narcos del barrio, que saben cobrarse de un modo u otro, con plata o servicios de hijos.
La idea sobre la inexistencia de "muertos en las calles" no es nueva en él, pero la repite porque sus auditorios amigables, sus entrevistadores pasivos y su propio eco en las redes sociales le hacen pensar que resulta ingeniosa. Es el juego con el bebé.
El juego evoluciona e incorpora nuevos elementos que se reiterarán en su debido momento.
En otra parte, el jefe de Estado ridiculizó la idea de la "igualdad de oportunidades", también conocida como "equidad". Dijo: "Imagínense estas hipótesis de la igualdad en un equipo de básquet. Esto es interesante, porque en el equipo de básquet claramente los que son más altos tienen alguna ventaja, ¿no? ¿Entonces qué harían? Les cortarían las piernas hasta que queden (sic) todos iguales de altura".
Lo llamativo es que esa extravagante versión del liberalismo fue difundida en su cuenta de Twitter por la propia fundación. A su responsable y delfín in pectore de Milei, Agustín Laje, le habrá parecido un hallazgo.
"Imaginense esta hipótesis de la igualdad en básquet, en un equipo de básquet claramente los que son más altos tienen alguna ventaja, entonces, ¿Qué harían, le cortarían las piernas hasta que queden todos iguales de altura que Mike?"