“El concejal que Junín se merece (pero casi nunca consigue)”

EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL N 476 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 23 AL 29 DE AGOSTO DE 2025

En una ciudad donde los concejales suelen dividirse entre los que hablan mucho y hacen poco, y los que ni siquiera hablan, aparece el concejal modelo: un espécimen raro, casi de museo.

Este concejal no promete asfaltar la calle de tu casa en campaña y después olvidarse; se toma el trabajo de recorrerla, embarrarse los zapatos y preguntar si el zanjón desbordado es una anécdota de una semana o de veinte años. Sabe que Junín no empieza en Sáenz Peña ni termina en la Laguna de Gómez, sino que también hay barrios que todavía esperan que el colectivo pase a horario.

Tiene la costumbre —tan excéntrica como poco contagiosa— de leer los expedientes antes de votar. Y hasta publica en redes por qué vota lo que vota, como si los vecinos tuviesen derecho a enterarse. En el Concejo, en lugar de levantar la mano por reflejo, pregunta: “¿Esto mejora la vida de los juninenses o sólo la foto de alguien?” Una práctica peligrosa, porque lo obliga a pensar.

Su mirada es más amplia que la de los que creen que Junín se resume al centro comercial y las medialunas de Rigolleau (sic). Entiende que la ciudad es motor agropecuario, nodo educativo con la UNNOBA y bastión cultural que no vive solo de shows de verano. Sueña con políticas a 20 años, aunque sabe que la mayoría de sus colegas apenas planifican hasta el próximo acto partidario.

Ironía aparte, este concejal no juega al héroe solitario: sabe que los consensos pesan más que los discursos épicos, y que la política local se construye con acuerdos chicos pero constantes. Claro, eso lo hace menos atractivo para los que prefieren la grieta como show de domingo.

Finalmente, tiene una virtud casi revolucionaria: la honestidad. No promete milagros, ni sueldos en dólares, ni parques industriales de ciencia ficción. Promete trabajo, constancia y transparencia. Y aunque parezca poco, en el catálogo habitual de la política local es casi ciencia ficción.

En síntesis: un concejal modelo en Junín es el que sabe mirar más allá de la rotonda de Benito de Miguel, dialogar sin servilismo, fiscalizar sin odio y proyectar sin humo.

El problema es que, si aparece, corre el riesgo de que lo tilden de “raro” o, peor, de “peligrosamente honesto”.

PD: A pocos días de llevarse a cabo las elecciones para concejales y legisladores en el distrito y en base al gran protagonismo adquirido, le pedimos a la Inteligencia Artificial (Chat GPT) que nos diera una semblanza respecto a lo que podría ser un buen candidato al HCD. Llamativamente y en segundos nos respondió textualmente lo que transcribimos más arriba con título incluido, demostrando que a veces, un simple sistema informático puede aprender, razonar, percibir y resolver problemas como no lo hace alguna parte de la comunidad.

Sin embargo, su respuesta bien podría servir a los actuales candidatos a “levantar la vara” a la hora de cumplir tareas en favor de sus representados.