Deprecated: Function strftime() is deprecated in /home/u749477691/domains/semanariodejunin.com.ar/public_html/includes/models/noticia-amp.php on line 46

Deprecated: Function strftime() is deprecated in /home/u749477691/domains/semanariodejunin.com.ar/public_html/includes/models/noticia-amp.php on line 46

Deprecated: Function strftime() is deprecated in /home/u749477691/domains/semanariodejunin.com.ar/public_html/includes/models/noticia-amp.php on line 49

Deprecated: strtolower(): Passing null to parameter #1 ($string) of type string is deprecated in /home/u749477691/domains/semanariodejunin.com.ar/public_html/includes/simple_html_dom.php on line 711

Deprecated: strtolower(): Passing null to parameter #1 ($string) of type string is deprecated in /home/u749477691/domains/semanariodejunin.com.ar/public_html/includes/simple_html_dom.php on line 711
Cuando los autos caminan para atrás - Semanario de Junín

NACIONALES | 15 SEP 2025

SOCIEDAD

Cuando los autos caminan para atrás

Con la ayuda de profesionales deshonestos, vendedores de vehículos que no le van en zaga, aprovechan para toquetear el cuentakilómetros, engañando al comprador y cubriendo a todos bajos un manto de sospecha.



Debido tal vez al avance de la tecnología, se ha vuelto bastante común y no menos ilegal, bajar los kilómetros de un vehículo con el fin de hacerlo parecer más nuevo. Dejemos de lado las tareas de limpieza general de la unidad, lo cual sería algo lógico y permitido, pero lo anterior resulta claramente una estafa.

Durante años, manipular el cuentakilómetros fue una avivada habitual en el mercado de usados. Hoy, en la Provincia de Buenos Aires, esa práctica está encuadrada como estafa y puede significar penas de prisión, multas y la pérdida total de confianza del comprador.

En la compraventa de autos usados siempre hubo un terreno gris, respecto a la honestidad del vendedor y entre la variedad de trampas más conocidas fue, y todavía es, la manipulación del cuentakilómetros.

Eso de “bajarle los kilómetros” a un auto para que luzca más nuevo y se venda más caro. Durante décadas fue tan común como difícil de probar, pero los tiempos cambiaron: la tecnología y la legislación hoy juegan en contra de los tramposos, y quien se anime a la maniobra no solo arriesga su reputación, sino también enfrentar a la Justicia.

El cuentakilómetros es algo así como la radiografía del vehículo. Dice, de manera objetiva, cuánto rodó, qué desgaste tiene y hasta qué mantenimientos le corresponderían según el manual. Alterar ese número es engañar al comprador en la primera y más importante de las referencias. No se trata solo de pagar de más: es también desconocer riesgos, saltarse revisiones y comprometer la seguridad del que maneja.

En la Provincia de Buenos Aires, la maniobra está alcanzada por el artículo 172 del Código Penal, que define la estafa y prevé penas de uno a seis años de prisión. Y si hablamos de consumidores, entra también en juego la Ley Nacional de Defensa del Consumidor (24.240), que protege a quienes compran un vehículo usado frente a cualquier información falsa o engañosa.

Antes, con los tableros analógicos, era casi artesanal: bastaba con desarmar el reloj y girar engranajes para que el odómetro “rejuveneciera” al coche. Esa facilidad convirtió la práctica en algo mucho más habitual de lo que cualquiera admitiría. El incentivo era claro: un auto con menos kilómetros podía venderse a un precio más alto, se lo veía más atractivo en el mercado y, de paso, se pasaban para adelante mantenimientos caros que correspondían por uso real.

Algunos justificaban el “cuento” diciendo que “todos lo hacían” y que el comprador tampoco era tan inocente. La realidad es que se trataba de un fraude en toda regla, que beneficiaba al vendedor y perjudicaba al que compraba.

A la hora de los recordatorios hay historias de autos que marcaban menos de 100 mil kilómetros y en realidad ya habían pasado largamente los 300 mil habiendo sido usados como remises, pero pasaban la “prueba” por el cuidado que habían tenido del interior por parte del dueño.

Con la llegada de la electrónica y los sistemas digitales, el asunto cambió. Hoy ya no alcanza con girar una ruedita: hacen falta equipos, programas y conocimientos técnicos. Pero a la vez, algunos conocedores “del paño”, aseguran que los controles se volvieron más estrictos y la probabilidad de ser descubierto, mucho mayor.

Cada VTV (Verificación Técnica Vehicular) en la Provincia registra el kilometraje y lo incorpora a la base de datos, lo que permite ver la evolución del rodado a lo largo de los años.

A eso se suman los informes de dominio que emite la Dirección Nacional de los Registros de la Propiedad Automotor (DNRPA), donde pueden figurar datos históricos que ayudan a detectar inconsistencias.

En este contexto, hacer trampa resulta más riesgoso y menos rentable. El comprador, además, está cada vez más informado: pide papeles, exige el historial y, si desconfía, recurre a un mecánico de confianza para que revise todo a fondo. Y así como en Junín y la zona hay quienes manipulan el cuentakilómetros, no son pocos los talleres que por el contrario ofrecen un “chequeo pre compra” que incluye diagnóstico electrónico, control de chasis y hasta rastreo de reparaciones pasadas.

Un dato interesante es que el mercado también cambió culturalmente. Hace unos años, un auto con más de 200 mil kilómetros era casi invendible. Hoy, en cambio, la percepción se modificó: con rutas más seguras, autopistas que favorecen un uso estable y mantenimientos mejor programados, los autos llegan a esa cifra en buenas condiciones. Los especialistas remarcan que la fiabilidad no depende tanto del número en el tablero, sino de cómo fue cuidado el vehículo: cambios de aceite en tiempo y forma, uso responsable, piezas originales y revisiones periódicas.

No faltan ejemplos. Un sedán mediano de la década del 2010, bien mantenido, puede superar los 300 mil kilómetros sin mayores problemas. Y hay camionetas que, con un historial prolijo, atraviesan el medio millón de kilómetros sin perder confiabilidad. El dato duro es que muchos compradores prefieren hoy ver los kilómetros reales, aun si son altos, antes que desconfiar de un número “redondo” y sospechosamente bajo.

Aun así, la tentación de manipular sigue existiendo. Los precios de los usados subieron mucho en los últimos años y la diferencia entre un auto de 90 mil y uno de 180 mil kilómetros puede ser considerable. Pero el riesgo de hacerlo es enorme. Quien sea descubierto no solo deberá devolver el dinero o afrontar un juicio civil: puede enfrentar causas penales, sanciones económicas y hasta la cárcel.

El cuentakilómetros es la radiografía del vehículo. Dice, de manera objetiva, cuánto rodó, qué desgaste tiene y hasta qué mantenimientos le corresponderían según el manual

La recomendación de los expertos es clara: al momento de comprar un auto usado, no dejarse llevar solo por lo que dice el tablero. Hay que mirar el estado general, revisar los papeles, consultar la VTV más reciente, pedir el historial de dominio y, si es posible, contar con la mirada de un mecánico de confianza. La transparencia es la clave para un mercado más sano.

En definitiva, lo que antes se consideraba una picardía hoy está más cerca de un delito grave. Bajarle los kilómetros a un auto ya no es una avivada: es estafa. Y en tiempos de controles más estrictos, la avivada puede terminar con el vendedor sentado frente a un juez y con el comprador convertido en víctima de un engaño que, en lugar de salirle barato, le salió demasiado caro.

QUÉ REVISAR ANTES DE COMPRAR UN USADO

Comprar un vehículo de segunda mano siempre implica un riesgo, pero con algunos cuidados básicos se pueden evitar sorpresas desagradables. Estas son las recomendaciones de especialistas locales y organismos oficiales:

-Pedir la VTV más reciente: en la Provincia de Buenos Aires, la Verificación Técnica Vehicular registra el kilometraje en cada control. Revisar ese dato y compararlo con el odómetro del auto es fundamental.

-Solicitar el informe de dominio en la DNRPA: el documento oficial permite conocer la situación legal del rodado, si tiene inhibiciones, denuncias de venta o embargos. También puede dar pistas sobre la antigüedad del kilometraje declarado.

-Revisar el historial de mantenimiento: un auto con cambios de aceite, filtros y correas documentados inspira más confianza que uno sin registros.

-Inspección mecánica independiente: llevar el vehículo a un mecánico de confianza o pedir un “chequeo pre compra” en un taller local. Allí se pueden detectar fallas ocultas, reparaciones mal hechas o desgaste excesivo.

-Mirar detalles físicos: el desgaste del volante, los pedales y la palanca de cambios puede revelar un uso mucho mayor al que indica el tablero.

-Preguntar por los dueños anteriores: un auto con pocos propietarios, que estuvo en manos responsables, suele ser más confiable.

-No obsesionarse con los kilómetros exactos: un vehículo con 200 mil kilómetros bien mantenido puede ser más seguro que uno con 90 mil que jamás pisó un taller.

En resumen, la clave es desconfiar de las “ofertas demasiado buenas”, chequear papeles y, sobre todo, apostar a la transparencia. Porque, como dicen los mecánicos de la zona, “los autos hablan, y tarde o temprano dicen la verdad”.