Hay barrios y barrios en Junín. Los hay con flores, con callecitas con conitos amarillos, con sendas peatonales y semáforos y otros con baches, calles sin mantenimiento, poca luz y menos seguridad, aunque hay uno que los supera a todos, porque, además de agua y barro en cada lluvia, tiene caca.
Junín tiene ramas que esperan meses ser levantadas, pozos eternos y calles sin mantenimiento, y también tiene el barrio caca. Este viernes, en medio del temporal, los vecinos de Lía Brunet (ex Avenida La Plata) y Lebenshon reclamaron una urgente solución a un tema que además de asqueroso, es peligroso: Por la lluvia, como en anteriores ocasiones, las tapas de las cámaras cloacales salieron expulsadas por la fuerza del agua, inundando parte del barrio Emilio Mitre, de caca.
Y como si esto fuera poco, la laguna de líquidos cloacales que se formó en el lugar, impide ver que debajo, -por donde circula la fuerza del agua-, queda el hueco abierto, sin la tapa colocada, lo que conlleva una situación de gravísimo peligro, por lo que los vecinos reclaman una urgente solución.
Esta situación sanitaria expone a niños, ancianos y a quienes transitan por el lugar no solo a respirar olores nauseabundos sino a estar alertas para advertir a quienes circulen en las inmediaciones, del peligro de pasar por el lugar.
No es la primera vez que ocurre, ni el primer auto que se rompe, pero sí la enésima vez que los vecinos reclamaron al Municipio, a obras sanitarias municipales, a Defensa Civil, al 147 de Atención Ciudadana y cuanto organismo municipal existe para que solucionen este padecimiento pero, lamentablemente, (como en otros casos), la ciudad linda de las redes, está lejos de los vecinos en la realidad.
Por ello, cansados de pedir sin recibir soluciones, acercaron su padecer a SEMANARIO porque parece que, expuesto y visibilizado el problema, la solución llega mucho antes.
Ya se sabe, la gestión Petrecca usa y abusa del cotillón y el marketing para contar lo linda que está la ciudad. Pero son cada vez más, los barrios que padecen otra historia, que se llama realidad.
Por los chicos del barrio, por los vecinos, por quienes circulan por allí, y para que no haya que lamentar una desgracia, por favor. Solo se trata de ordenar las prioridades, no es tan complicado. Para que el barrio Caca deje de llamarse así y recupere su viejo nombre.