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EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 481 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 27 DE SEPTIEMBRE AL 3 DE OCTUBRE DE 2025
Lo que no podemos obviar es que durante estos últimos años los simples ciudadanos que escuchamos a nuestros mayores adherimos a ciertos valores básicos y seguimos mas o menos algunos cánones inalterables; nos quedamos fuera de la discusión en un país en el cual la estrella es la especulación económica y financiera.
A punto tal hemos recorrido ese camino que terminamos eligiendo por mayoría a un presidente de la Nación que suponíamos experto en la materia, aunque mostrara modos de comportamiento “llamativos” para no entrar en suposiciones de la salud mental de las que nada entendemos.
Incluso debimos soportar malos tragos cuando nombró jefe de la economía a un ministro al que había criticado poco tiempo atrás y que justamente tenía orígenes claros en la especulación financiera.
En ese escenario y más allá de la ayuda conseguida esta semana por parte del gobierno de Estados Unidos, siempre correcto con quienes se muestran obsecuentes, queda la desazón como de haber transitado dos años de modo frustrante, con sabor a lo mismo de siempre.
¿Y ahora quién podrá defendernos? nos preguntamos en busca de algún superhéroe de cotillón, sabiendo que la respuesta es de total desolación acá por nuestras tierras.
Un distrito cuya productividad se basa en el comercio, devaluado por la brutal baja del consumo. Las pymes acorraladas además por los fuertes impuestos nacionales, provinciales y también municipales. Los trabajadores del Estado acotados en sus salarios y los privados aterrados por la desocupación.
Productores agropecuarios que ya vendieron su cosecha y se sienten engañados por la “mala nuevas” de los oportunistas. Que miran el clima y miden con reglas el nivel del Salado para saber si tienen futuro en granos o en acuicultura.
Como si fuera poco, ya no hay gestión municipal a partir de un intendente irresponsable al que lo único que le faltaba, después de tantas promesas vanas, era incumplir también mandato. Que le deja su cargo electivo a quien nadie eligió, cargando más problemas irresueltos para los juninenses que tienen coloridas placitas en los barrios más populosos, pero la mierda desborda en las calles de los más olvidados.
¿Y a nosotros cuándo nos toca? La pregunta que se hacen los que miran con desasosiego que no entra nadie a sus negocios. Lo que repite el empresario que invirtió confiado en productividad y lo llaman del banco porque está en rojo. El trabajador que cada fin de mes, ya sin plata, sólo espera que no le llegue el telegrama de despido.
Parece que hay que seguir haciendo esfuerzos cuando los que administran nuestras vidas nos culpan del gasto de una fiesta de la que jamás participamos, mientras se destapan viejos y nuevos casos de corrupción en la política y la justicia resulta casi siempre tardía para encontrar a los responsables.