Ayer miércoles por la tarde, empleados municipales pintaron las líneas punteadas en torno a una de las paradas de colectivos urbanos, en avenida Alvear a un par de cuadras de su intersección con la avenida de Circunvalación.
Como testigo mudo de su tarea dejaron un balde plástico de 20 litros de pintura, con una cinta al viento merodeando en torno a las rayas.
Vale destacar que quien obtuvo la muestra gráfica no vio a ningún empleado cerca y luego de algunas horas retornó al lugar y el balde seguía allí, sin que por suerte nadie lo llevara por delante.
En una avenida de alto tránsito, dejar un elemento como este a mitad de la misma, equivale a poner en riesgo a conductores de motos, autos, camiones y ciclistas; quienes de repente se encontraban con el objeto, que pretendía ser una señal, pero por sus características se incorporaba al paisaje.
Es lamentable observar el grado de improvisación de los funcionarios municipales, que en los discursos se autoproclaman eficientes observadores de la seguridad vial y terminan siendo unos chapuceros a quienes además no les interesa ni el vecino ni la seguridad vial.
¿Acaso no hay más vallas disponibles, de esas realmente visuales, que piden disculpas por la tarea emprendida y tienen el dibujito del personal trabajando?
Luego, cuando ocurren las tragedias buscan culpables o mencionan a la fatalidad, pero a la hora de gobernar queda al desnudo que se trata de personal con poco compromiso y muchas carencias profesionales.