La cruel, constante y larga lucha que mantiene Marisa Ithurrart, desde el año 2010 cuando Fernando Daniel Rafasquino abusó y asesinó a su hija Lucila López, tiene ahora una nueva instancia ya que la Corte Suprema deberá expedirse para determinar la continuidad de la medida por la cual el matador no puede acercarse a menos de 50 kilómetros del distrito.
A raíz de un juicio abreviado, la Justicia dispuso una condena de 9 años, pero sólo permaneció 6 en la cárcel por “buena conducta”.
Rafasquino apeló la medida y ahora será el tribunal el cual deberá determinar la continuidad de su exclusión según el fallo dado a conocer ayer por el abogado Ignacio Iúdica, defensor de la madre de la víctima, en la causa caratulada: Ithurrart Marisa Alejandra c/ Rafasquino Fernando s/ Protección contra la Violencia Familiar.
La madre de la víctima vive aterrada, más allá del intenso dolor que soporta desde hace más de 15 años cuando el asesino terminó con la vida de Lucila, en un hecho que conmocionó a nuestra ciudad de Junín lugar donde ocurrió el deleznable episodio.
Ithurrart además, ha pretendido en este tiempo que más allá de la condena judicial que cumplió Rafasquino, reciba una condena social para que no quede en el olvido el hecho y el asesino ya no pueda vivir ni circular en Bragado. Algo que ahora está en manos del alto tribunal.