La falta de transparencia por parte de cooperativas que son “proveedoras” del municipio parece escalar a planos inéditos a partir de la propuesta que el Ejecutivo, ahora a cargo del cuñado del intendente Petrecca, pretende que voten por mayoría los concejales cuando deban levantar o no la mano por el presupuesto.
Lo que quiere lograr el petrequismo y que parece haber aprendido rápido Juan Fiorini, es que no haya ningún control sobre las cuentas municipales, más allá de que el Tribunal de Cuentas bonaerense viene encontrando irregularidades de toda índole y puntualmente en el tema de las cooperativas denominadas “de trabajo” pero resultan un cúmulo de interrogantes.
En 2021, se incorporó al municipio una cooperativa “Coopnoba” conformada por dirigentes del PRO afines a Petrecca, que está a cargo de tareas que cumple deficitariamente como las de limpieza y recolección de ramas, pero factura centenares de millones año tras año. Asimismo SEMANARIO en diversas investigaciones detectó otras organizaciones de este tipo que habían cobrado por trabajos que podrían haber realizado los empleados municipales y sin embargo costaron fortunas al erario. Todos los pagos fueron cuestionados por el tribunal bonaerense.
Lo cierto es que ahora, Fiorini y su cuñado van por todo e incorporaron entre “gallos y medianoche” para su aprobación en el Concejo un singular “artículo 24”.
Éste indica textualmente:
ARTÍCULO 24º.- Servicios Públicos. Autorizar al Departamento Ejecutivo Municipal, en el marco del primer párrafo del artículo 53° del Decreto-Ley N° 6769/58 – Ley Orgánica de las Municipalidades -, a llevar adelante la prestación de servicios y obras públicas de ejecución directa del mismo o mediante organismos descentralizados, cooperativas, consorcios, asociación público-privada, convenios y/o regímenes de acogimientos.
En buen romance, esto significaría que todos los contratos que el municipio lleve a cabo con cooperativas de dudoso origen y otras organizaciones en igual situación, con nombres de fantasía y testaferros variados, no deberán pasar para su control por el Concejo Deliberante, ni tampoco los contratos que firmen, logrando con esto la mayor impunidad que pueda establecerse.
Por cierto, está claro que cuando lo que solicita el Ejecutivo es lisa y llanamente sortear controles, no lo hace para ser más eficientes, sino para ocultar chanchullos.
Lo inquietante, es que para aprobar semejante gesto de aporte a prácticas corruptas, deberá contar con el apoyo de los bloques libertarios, que se autoproclaman paladines de la anticasta y promueven en sus discursos la transparencia y rectitud ¿Será así o es más de lo mismo?