Gracias Junín

EDITORIAL PUBLICADO EN LA EDICIÓN IMPRESA Y EDICIÓN DIGITAL Nº 494 DE SEMANARIO DE JUNÍN. SEMANA DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 2025 AL 2 DE ENERO DE 2026

Al ser nuestra última edición revista del año, queremos aprovechar este espacio de notas editoriales para agradecerles a todos y cada uno de los juninenses por habernos dado un lugar de privilegio como medio informativo que, en el próximo 2026, cumplirá 10 años.

SEMANARIO nació como una opción y se terminó convirtiendo en una elección a la hora de debatir, opinar y profundizar sobre el pasado, presente y futuro de un distrito al que amamos, pero no por ello dejaremos de criticar a los dirigentes de turno que ponen sus apetencias personales por encima de lo que consideramos nuestra patria chica.

Y a no confundir: en este agradecimiento incluimos también a quienes critican el estilo y el desparpajo, el desnudar las miserias de quienes tienen responsabilidades y compromisos con la sociedad en su conjunto porque lo han asumido así, a través de su participación en la vida pública y sin embargo no ponen todo de sí para llevarlo a cabo.

No somos difusores de chismes. El periodismo es una herramienta que utilizamos para preservar la memoria colectiva. No reemplaza a las instituciones, pero actúa cuando no funcionan.

Cuando el Concejo Deliberante no controla, cuando los organismos miran para otro lado, cuando las organizaciones se acomodan, la pregunta incómoda queda en manos del periodismo.

No como héroe, sino como último recurso cívico. Con la credibilidad como bandera. Algo que saben aquellos que nos convocan ante cada necesidad, sabiendo que hallarán al menos un oído que los escuche y luego, probablemente, un eco que sirva para llegar con más ruido a los canales del reclamo.

No sólo denunciando escándalos, sino poniendo en agenda lo que no le conviene discutir a las autoridades: barrios invisibles, servicios que no llegan, decisiones que se toman en silencio.

La oscuridad no siempre es corrupción explícita; muchas veces es indiferencia, desidia o mediocridad normalizada.

El periodismo como control social informal, legítimo por mandato ciudadano, no por poder delegado y es allí, cuando celebramos que vuestra elección sea día a día.

Personas, instituciones pequeñas, vecinos, docentes, trabajadores, todos aquellos que hacen bien su tarea pero no encajan en la lógica del show ni del marketing político.

La búsqueda de contraponer esa realidad con la banalidad amplificada: declaraciones vacías, actos para la foto, discusiones superficiales.

El periodismo resulta entonces un acto de justicia simbólica, no solo de denuncia. Controlar al poder local incomoda, genera enojos, aislamiento, presiones y, de todos ellos -al menos hasta ahora- hemos podido salir indemnes.

Renunciar a ese rol sería más cómodo y, al mismo tiempo, una traición al lector.

No hace falta victimizarse, alcanza con dejar en claro que la independencia tiene un precio, y que ese precio se paga para no deber favores.

Por todo eso y más es este “Gracias”. Por leernos, por discutirnos, por criticarnos.

Y el compromiso explícito de seguir mirando donde otros prefieren no mirar, aun cuando incomode.

Nuestros deseos de un buen año para todos ustedes y el placer de seguir encontrándonos.

¡Salud!