El gremialismo de Junín está que explota

Para los representantes de los trabajadores a nivel local no hay “pirotecnia cero” que valga y algunos de ellos quieren hacer algo más que ruido, cuando ya empieza a detonar la interna, luego de estar un tiempo con los trapitos escondidos, pero con ganas de sacarlos al sol.

Las quejas van escalando de nivel y lo que eran críticas respetuosas hoy ya son puteadas indecorosas.

No es una novedad que en las elecciones del 7 de septiembre los líderes cegetistas locales quedaron -otra vez- fuera de toda lista y que resultó justamente Valeria Arata la que terminó manejando la lapicera, mientras se descogotaban entre camporistas y kicilofistas.

Arata senadora, dice el cartel. "Parece que nos pisoteara cada día", se quejan los gremialistas.

En el seno dirigencial se echan las culpas unos a otros de que “la radical”, como llaman a Arata, los haya borrado de la contienda, asegurando que “solamente quería un puestito para seguir cobrando la dieta y si tenía que arreglar hasta con Petrecca lo hubiera hecho, además ya venían negociando cosas entre ellos”, remarcó uno de los más enojados.

Para colmo de males, remataron que “nos puso las banderas en el frente de la CGT, parece una burla. Vino, mandoneó y se fue. Consiguió el puesto en el senado y se borró. Ni siquiera apareció para las elecciones nacionales de octubre, motivo por el cual no es casualidad que los de La Libertad Avanza hayan realizado la elección que hicieron”.

Si bien ya se sabía que después del 7 se rompía la interna, sostienen que las definiciones llegarán después de marzo, pero saben que los ánimos están demasiado caldeados aquí y allá y que puede pasar cualquier cosa.

Destacan que “mientras el gobierno nacional apura la reforma laboral, acá en Junín no hay siquiera un debate para informar a la comunidad de las aberraciones que proponen y la quita de derechos que sobrevendrán”.

“Los únicos que damos la cara, somos algunos de nosotros, no todos tampoco, pero los integrantes de la alianza -que todavía sobrevive- ya están en “modo vacaciones” y no les importa nada, solamente tener su kiosquito”, dijo uno de los consultados que, está buscando movilizar a los compañeros que pueda conseguir, al menos para explicarle a los trabajadores de que se tratan los cambios en el Congreso Nacional.

Tiempos difíciles para los trabajadores, mientras quienes debieran representarlos políticamente, ya están con los pies en la arena rascándose el ombligo.