Los productores agropecuarios son verdadero objeto del deseo en nuestro país y si pertenecen a las zonas productivas agrícolas de la pampa húmeda, mucho más aún.
Gente dispuesta a escuchar nuevas alternativas de producción, acostumbrada a tomar deuda, adquirir nuevas tecnologías -tanto en bienes como en ofertas de capacitación-, de un nivel social de mitad para arriba y en buena parte de los casos con un patrimonio importante en cuanto al valor de la tierra que se mantiene en la burbuja conformada pos corralito y corralón.
Aunque ya lo hemos mencionado en estas páginas, chacareros cuyas tierras valen millones de dólares a veces tienen que pedir crédito para echarle gasoil a la chata, ya que el ciclo productivo lo maneja la naturaleza y el sistema agrícola de estos tiempos los ha hecho cada vez más vulnerables.
Valga esta introducción para destacar que a la hora de recibir “consejos” para mejorar sus rindes y ganancias, son abordados en forma permanente por una legión de publicitarios que mediante diversas argucias buscan tentarlos para venderles productos que son engañosos o incluso inservibles.
Bien saben los mismos productores y seguramente coincidirán en esto que tantas veces les han vendido “gato por liebre” a la hora de probar alguna nueva semilla, un nuevo cultivo, un renovado agroquímico, mejores laboreos, “fierros” de avanzada que rendían menos que el tractor a kerosene o la camioneta que se la pasaba más en la concesionaria que en el campo.
MANDANDO FRUTA Y PLAGIO
El periodismo ha de ser un sacerdocio, pero eso no implica que tenga algún sentido directo con la religiosidad. De hecho en el diario apostólico local, preocupa y mucho que se estén generando noticias destinadas al productor agropecuario y que pueden llamar a confusión por su falta de certezas y un claro plagio.
En un artículo publicado en La Verdad el 22 de junio de 2019 (VER IMAGEN), firmado por el autodenominado “periodista agropecuario” José L. Amado, el “autor” titula: “Los altos precios de los alquileres complicarían la ecuación en la campaña 2019/20” (link: laverdadonline.com/los-altos-precios-de-los-alquileres-complicarian-la-ecuacion-en-la-campana-2019-20/), sin embargo la nota en cuestión es un refrito con partes textuales de una entrega de la agencia Reuters “Altos precios de alquiler de campos en Argentina complican ecuación para campaña 2014/15” (link: lta.reuters.com/articulo/latinoamerica-granos-argentina-alquilere-idLTAKBN0GM1DW20140822), firmada por el periodista Maximiliano Rizzi y publicada el 22 de agosto de 2014.
Es indudable que las noticias falsas pueden inducir a cometer errores a quienes les llega la información y por ese motivo es que cabe preguntarse si se trata de periodismo agropecuario o “agropublicitario” por el que se busca llenar un espacio donde hay una publicidad y no por el contrario.
Indudablemente que la situación económica del sector no es la misma de hace cinco años atrás y si así lo fuera, seguiría siendo mendaz, sino además un plagio que, como resultado, genera un engaño al lector.
En el consultorio ético de la Fundación Gabo (fundaciongabo.org), organización dedicada al debate del periodismo, se destaca respecto al plagio que “viola el compromiso básico del periodista con la verdad. El plagio es una mentira porque implica la falsedad de aparecer ante el lector como el autor de un trabajo que otro hizo y, por tanto, es un engaño al lector”.
Agrega, además, que se trata de “una injusticia porque se toma por asalto el esfuerzo ajeno y se obtiene un lucro que se le debe al autor” y “se puede agregar también la degradación del trabajo profesional que, lo mismo que la actividad científica, debe exhibir la característica de la transparencia”.
Finaliza en que “el plagiario borra sus huellas, deja indicaciones falsas que cierran el camino para quien quiera continuar el proceso de seguimiento de los hechos. Todas estas razones aparecen explícitas o implícitas en los artículos de los códigos éticos que condenan la práctica del plagio”.
El productor agropecuario, el que nos ocupa en este espacio, es entonces quien debe prestar atención a la información que le llega, en muchos casos plagada (y plagiada) de datos falsos que pueden poner en riesgo su producción y su capital.
UN SISTEMA ACABADO
Lo mismo ha ocurrido con el sistema agrícola tradicional que hoy se compone de soja – maíz en su mayoría, y fomenta el uso indiscriminado de agroquímicos acabando con la biodiversidad que a cualquier hombre “de” campo (a diferencia del hombre “con” campo) le interesa y lo que es peor, la afectación de la fertilidad de los suelos como lo ha demostrado un reciente estudio del INTA Balcarce que estimó una pérdida de entre el 35 y el 50% en menos de 10 años, debido precisamente a esta agricultura extractiva que, “defienden” desde las páginas de publicidad las empresas interesadas en seguir vendiendo insumos, sin importarles el verdadero capital del productor y que es –efectivamente- la aptitud de la tierra.
Es preocupante que hoy se sepa que tal o cual estudio realizado incluso por un organismo nacional, fue solventado con dinero de empresas privadas interesadas en el resultado para poder seguir generando ganancias para sus accionistas internacionales.
Es menester entonces que los asesores estén alerta (ya que esa es su tarea) para filtrar aquellas informaciones parcializadas y buscar la “verdad” (no en “La Verdad” como demostramos más arriba) para poder brindar un servicio satisfactorio a sus clientes.
Son las instituciones también las que deben interesarse y denunciar este tipo de actitudes, generando más fortaleza que la propaganda, para que los productores no caigan en errores u omisiones que sólo persiguen el objetivo de aportar al negocio de otro y no al conocimiento y supervivencia del sector.
A todos nos cabe la responsabilidad de buscar la verdad cuando ocupamos un cargo ya sea en la difusión o sea institucional, porque es bien sabido que en las últimas cuatro décadas grupos de presión y el mismo Estado, han ido mellando la confianza de los chacareros, no sólo para apoderarse de sus bienes vendiéndoles “propaganda” vestida de “información”, sino además para acabar con la ruralidad y poder usar los recursos naturales a su antojo.
EL TEXTO ORIGINAL FUE PUBLICADO EL SÁBADO 29 DE JUNIO 2019 EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA