“Ecología” municipal suma otro cuento verde

La municipalidad –como el gato- viene tratando de tapar sus miserias con miras a mejorar el caudal de votos y ahora la ha emprendido con una materia en la que su gestión ha recibido plenos “desaprobados”.

Pero como lo que vale es el intento desesperado, el viernes 27 de septiembre a las 10  en el Parque Ecológico (ex Vivero Municipal) dicen que “se realizará la plantación de 300 árboles para luego ser destinados a diferentes instituciones y espacios públicos de la ciudad”.

Desde el arranque fallan en la concepción ya que si los plantan y luego los entregan no lo harán en el lugar definitivo en el que, hace algunos meses, desconocidos talaban especies añosas y nadie se hacía cargo.

Tanto el parque ecológico, el parque Borchex, el balneario y la foresta pública, han sufrido la tala indiscriminada por parte de esta gestión que tiene poco y nada de “verde” porque consideran al medio ambiente como una moda y no llevan a cabo intervenciones para analizar el todo de la problemática. Los ejemplos en este sentido son penosos y han sido mostrados profusamente en las páginas de SEMANARIO.

Este municipio que ahora habla de forestación, fue el que permitió (por dar ejemplos cercanos) la destrucción de 18 árboles frondosos de más de 40 años en la cuadra de calle Chile en el club Mariano Moreno porque “afectaba” veredas y cañerías o el que desmembró las cina-cina que bordean el canal del Salado.

Pero como siempre afectos al marketing y al negocio privado esta “novedosa” tarea de plantar y en algún momento desplantar, lo harán en conjunto con el Almacén de Cultivo Orgánico “Tierra Verde”, empresa que seguramente tenga buena voluntad, pero que recibirá un apoyo que otras similares no reciben y poniendo en sus manos una tarea que bien podría llevar a cabo el Estado, habiendo para ello otros profesionales a quien consultar e incorporar como pueden ser los propios municipales, el INTA e incluso la UNNOBA con grandes investigadores forestales en sus filas.

Pero, como ha ocurrido durante estos cuatros años, esta “gestión empresarial” de la cosa pública, suele preferir jugar con la sospecha de que toda intención puede guardar alguna participación de amiguismo, lo cual en muchas ocasiones termina siendo cierto.