Como era de prever una nube de trolls salió a bancar comentarios de la dirigencia agraria, que podrían resultar apresurados respecto al incremento de los derechos de exportación a los granos que impuso el gobierno como noticia ya sabida.

En su primera reunión tras la asunción de Alberto Fernández, el Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA) realizó un balance de la gestión de Mauricio Macri, y analizó los trazos más salientes del discurso del nuevo presidente de la Argentina ponderando el llamado que hizo a cerrar la grieta.

En cuanto al balance de los cuatro años de Cambiemos en el poder, los dirigentes reunidos en la sede de Avenida de Mayo hicieron un cierre y coincidieron en calificar como un fracaso la gestión económica de Macri, pero además reafirmaron que el gobierno saliente le dio la espalda a la industria y a las pymes.

Por su parte, la dirigencia agraria casi al unísono criticó el incremento de las retenciones sin aun tener datos certeros de la medida y después de haber apoyado al gobierno anterior, cuando hizo algo similar.

Esa similitud, que resulta contradictoria con las voces que se alzaron, se hicieron notar por parte de algunos ámbitos que se ocupan de las finanzas como el sitio “Mateconomía” con el cuadro que ilustra este artículo y también en el mismo sentido por los trabajadores  de INTA en ATE Verde y Blanca Pergamino, quienes en un comunicado titulado “Sin motivos para despeinarse”, destacan que el incremento en las retenciones “se trata de la adecuación de un monto creado por el gobierno saliente de Macri que establecía un 18% de retenciones para la soja, a lo que se sumaban 4 pesos por dólar adicional. Al momento de generarse la medida, con recordadas frases del ex mandatario pidiendo disculpas a las empresas, el dólar costaba 38 pesos, lo que implicaba poco más de un 10% sobre el 18 inicial. En resumen, Macri había impuesto una retención de 28% a la soja”.

En función de lo planteado, los trabajadores explican que “la trampa del macrismo estaba en que a una ecuación dolarizaba, incluía una alícuota pesificada sin indexación”.

Haciendo hincapié en que “la medida tomada por el Gobierno Nacional establece, entonces, parámetros similares a los del 2018, e incluso con cifras menores a las que Macri impuso a las exportadoras. Sin embargo, voceros han comenzado a resurgir y cuentas troll empiezan a motorizar movilizaciones para ver si logran hacer mella a un gobierno popular que aún no tienen 7 días en el ejercicio del poder político”.

Considerando que “la medida tomada por el gobierno del Alberto Fernández apenas corrige un "error" de la gestión anterior y lejos está de implicar un impuesto al sector productivo”, mientras aseguran que “la medida afecta a las exportadoras y no directamente a los productores”, terminan los trabajadores.

Todo ello sin puntualizar por caso, que en el gobierno anterior la dirigencia no reclamó de igual modo, cuando sufrió un brutal incremento del combustible o el de tarifas que repercute directamente en tambos, polleros y productores de cerdos e incluso la fuerte presión e incremento en impuestos y tasas.

Pero más allá de ello, es importante entender la capacitación que se requiere a nivel dirigencial, para poder superar los avatares que genera la política y estar a la altura de lo que significa obtener beneficios para las bases.

Esta situación aún no ha sido entendida por el sector agropecuario, encerrado en su laberinto de protesta antes que protesta y parándose en la vereda equivocada que sólo termina beneficiando a grandes corporaciones en desmedro de pequeños y medianos productores y economías regionales que estén por fuera de la zona núcleo pampeana.

En cambio sí ha sido comprendida por la UIA que ha sabido dar los pasos necesarios en política para obtener beneficios para sus sectores independientemente del color partidario.

No hace falta ahondar más que un poco en la historia económica del país para saber que los sectores industriales han logrado más beneficios que el sector de la producción primaria y eso en buena medida se ha debido a estrategias coordinadas a partir de la capacitación y no a pasiones desordenadas sin suficiente argumento que terminan siendo desconsideradas y buscan ser impuestas en algunos casos a través de un vulgar patoterismo.