jueves 18 de abril de 2024

LOCALES | 15 ago 2020

Economía local

Microcréditos: La esperanza en una ruleta que quiere manejar Petrecca

El intendente les robó la idea a los concejales que la votaron por unanimidad y se largó a anunciar préstamos para microemprendedores generando un entusiasmo en varios sectores comunitarios que, tal vez, como en otras oportunidades, no se puedan concretar. ¿Quién manejará el dinero y determinará los cupos y los beneficiarios?


Por: Redacción Semanario

El intendente Pablo Petrecca se está quedando sin golpes de efecto y trata de asirse de cualquier rama para salvar del ahogo a una gestión sin ideas.

Ahora se anotó en los microcréditos para los juninenses y salió a anunciarlos por más que se trate de una ordenanza que votaron los concejales de forma unánime y que había sido presentada por el Frente de Todos.

Fue Lautaro Mazzutti quien la ideó en primer término, pero al alcalde no le tembló la pera para salir a comentarla y anunciar su futura presentación rimbombante.

La iniciativa parte de una buena premisa: colaborar con sectores afectados en la economía por la pandemia y la necesidad de promover emprendimientos hacia futuro.

Petrecca se sentó en el living de los medios informativos amigos y sin sonrojarse casi leyó la propuesta de Mazzutti, que propone, entre otras cosas: “dotar de bienes de trabajo directamente para comenzar a generar ingresos inmediatos a los fines de estabilizar su economía, con el seguimiento respectivo e inclusive con capacitación si se requiere para un nuevo emprendimiento”.

Los bienes necesarios para llevar adelante el proyecto serán adquiridos por el emprendedor.

El municipio realizará el aporte de los fondos para cancelar dichos bienes, contra la presentación de una factura que respalde que los fondos serán utilizados para el fin solicitado.

“Se realizará una evaluación cuali/cuantitativa que otorgará un puntaje, conforme grilla previamente establecida y con diferentes criterios de ponderación entre variables, y el resultado final de dicha evaluación formará parte del legajo del crédito”.

Esta evaluación servirá para otorgar un orden de prioridad a la hora de asignar recursos a los proyectos.

“Las variables para establecer el ranking serán la del tiempo de ejecución y la factibilidad de la actividad, la compra del producto, la capacidad de producción, la apertura de mercado, el estado actual de la persona con relación a su economía global, el reporte de asistente social y la afectación por la situación del Covid-19”.

En la propuesta municipal –dicen- habrá tres categorías disponibles, de $15.000, $25.000 y $50.000 e incluirá tanto a las pymes formales como a emprendedores de la economía informal.

TODO LINDO PERO

Petrecca, que es Pablo y además es contador, olvidó en las entrevistas que dio y que generaron esperanza en los microemprendedores y vecinos, que el monto a repartir, con mucho viento a favor, será de unos 10 millones de pesos, producto del 33% de la recaudación de la tasa de Seguridad e Higiene y por el aumento promovido por la ordenanza sobre entidades bancarias y grandes supermercados.

Si bien Mazzutti proponía que se usara el 100% de la recaudación de la tasa de Seguridad e Higiene, algo así como 30 millones, los ediles de Juntos por el Cambio le bajaron el precio y le impusieron que fuera el 33% para que pasara por el Concejo Deliberante transformado en ordenanza.

Esto significará que habrá disponibles unos 10 millones.

Si se tratara de 50 créditos de 50.000 pesos, 200 de 25.000 y otros 200 de 15.000 pesos, ya estaría sobrepasado el monto y serían unos 450 los beneficiados, cuando las necesidades rondan de las cinco a las ocho mil personas en un distrito de 90 mil almas.

Si se tiene en cuenta que los créditos podrán ser devueltos en 24 meses -con 12 de gracia- pasarán tres años hasta recuperar el monto y reintegrarlo a otros.

Por más que se intenten buenas alternativas, estas quedan encajonadas frente al “amarretismo” de un municipio que no cuida los propios números y sigue dilapidando los recursos del erario.

De haber acompañado la propuesta inicial, se pondrían haber ejecutado tres veces más de microcréditos de los pensados, más aun cuando se trata de montos que deberán alcanzar para las aspiraciones de los microemprendedores.

Si pusiéramos sólo un ejemplo de aquel que quiere ponerse a fabricar pastas frescas, una “Pastalinda” con raviolera cuesta casi 30.000 pesos.

Si la idea va por el lado de las pizzas, un horno de 12 moldes cuesta también unos 30.000 pesos.

En tanto, si se busca un plotter de corte para hacer trabajos de diseño en vinilo, hay que ir pensando en unos 60.000 pesos.

Una máquina de coser se puede conseguir por unos 25000, pero aun faltarán los hilos, las telas y otros enseres.

De qué modo se seleccionarán los candidatos y con qué celeridad se entregarán los préstamos, será responsabilidad del municipio, como así también la transparencia para elegir a los beneficiados.

Todas las posibilidades debieran haber sido analizadas antes de dar a conocer una idea interesante, pero vacía de contenido como casi todos los anuncios municipales.

El éxito del desarrollo de las microfinanzas en general y los microcréditos en particular entre las clases más pobres de los países menos desarrollados, ha cambiado los parámetros sobre los tipos de ayudas a dichos colectivos.

Desperdiciar una oportunidad semejante en nuestra ciudad sería de una torpeza de gestión inconmensurable.

La evolución de las microfinanzas durante las últimas tres décadas ha supuesto un cambio en aquellas estructuras que se han profesionalizado, alejándose así de los subsidios estatales y acercándose a la autofinanciación y, consecuentemente, al mercado financiero tradicional, aunque sin abandonar las características básica del sector.

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