Sin datos ni comunicaciones oficiales, a través de las redes sociales los juninenses van observando un incremento de los delitos en la ciudad.

En las últimas horas, una pareja comunicó que delincuentes les habían desvalijado una camioneta que se encontraban armando como motorhome, en el barrio Emilio Mitre.

El testimonio es el siguiente: “Amigos nos robaron hoy a la madrugada. De la camioneta que estábamos armando como motorhome, se llevaron herramientas de todo tipo taladro, una batería de alimentación que daba autonomía de luz a la camioneta  llaves destornilladores, remachadora pop, llave francesa, alargues, una caja de herramientas plástica apilable marca  Milwaukee, en fin (2 cajas de herramientas de toda la vida) una heladera Black & Decker, funda negra; en barrio Emilio Mitre y otras cosas de valor sentimental.

Más allá de la sensación que nos invade ya que estábamos haciendo la camioneta a  pulmón, y que íbamos a usarla para ir al Carpincho!!!, les pido que no compren herramientas o averigüen su procedencia. La batería no es de auto es de gel de 100 amp, y la heladera no tiene uso. Lo demás lo iremos descubriendo en el transcurso del día”.

A MANO ARMADA

Por otra parte, el viernes poco después del mediodía, se dio un hecho de robo a mano armada a plena luz del día. Fue en la compañía Nativa Seguros, ubicada en Ramón Hernández 734, entre Apolidoro y Doctor Calp.

Al lugar ingresó un joven, con el rostro cubierto, quien a punta de pistola pidió la entrega de la caja a los dos hombres que se encontraban en el lugar. El delincuente amenazó con disparar si no le entregaban el dinero y golpeó a uno de los comerciantes en la cabeza y a otro en la zona costal.

Luego de llevarse un botín estimado en 250 mil pesos, se subió a una moto en la cual lo esperaba un cómplice y se dieron a la fuga por Doctor Calp.

BICICLETAS

Por otra parte, no cesan los pedidos de ayuda a través de las redes sociales por bicicletas robadas. Es un medio de movilización que se ha puesto de moda durante la pandemia, con valores muy elevados en el mercado, lo cual ha puesto en la mira de delincuentes estos rodados, que luego se comercializan por partes o en el mercado negro.

En la ciudad, hay una gran inteligencia de parte de los delincuentes al respecto: no paran de llevarse bicicletas de cualquier lugar y por más que estén atadas o “protegidas” en el interior de una vivienda.

A pesar de la desesperación que esta falta produce en su propietario, no son muchas las denuncias que se radican, porque se sabe que es improbable que la policía dé con los ladrones y con el rodado. Por eso, la mayoría apela a dar aviso por las redes sociales y en forma personal, busca alguna pista a través de cámaras y hasta se ofrecen recompensas por datos o por su devolución.

Los vecinos están olvidados por las autoridades: parece que una bicicleta no merece investigación alguna.