Por: Redacción Semanario

Desde la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) filial Junín, volvieron a advertir acerca de la ocupación de camas por Covid en nuestro medio, lo cual más allá de los contagios deben leerse como la preocupación por el estado de salud de los trabajadores quienes se hallan agotados luego de trabajar sin tregua desde hace 10 meses además de –en muchos casos- haber tenido que padecer el contagio.

Sólo en el ámbito de la medicina privada de Junín, hubo 268 trabajadores que contrajeron Coronavirus, 104 pertenecen a enfermería y 38 al servicio de mucamas.

Desde la Sociedad Argentina de Cardiología, han alertado acercado de la situación en varias oportunidades y para ello también han implementado el privado como pública.

Sostienen que la pandemia causada por el coronavirus ha modificado nuestra vida en muy poco tiempo, sin distinción alguna de clases sociales, razas o credos, transitando un aislamiento social preventivo en todo el territorio de la República Argentina.

La alta contagiosidad del coronavirus ha desbordado al sistema de salud de países en problemas como los más desarrollados.

Destacan desde la SAC que “más allá de las consecuencias propias de la infección, ya se han perfilado las consecuencias tanto psicológicas del personal de salud que debe actuar en la primera línea ya sea atendiendo a los pacientes con sospecha o diagnóstico de coronavirus o trabajando en otras áreas de centros de salud”.

Destacan que la pandemia de COVID 19 puso a profesionales de la salud en todo el mundo en una situación sin precedentes, teniendo que tomar decisiones imposibles y trabajar bajo presiones extremas.

Por lo que “esto puede causar que algunos experimenten lesiones morales o problemas de salud mental. La crisis sanitaria a causa del coronavirus crea un entorno de incertidumbre y estrés que exige prestar apoyo emocional al personal sanitario con el objetivo de mantener su capacidad de cuidar a los pacientes”.

Las situaciones que se destacan en cuanto a los que deben enfrentar son, precisamente aquellas a las que hizo mención ATSA filial Junín esta semana y es el desbordamiento en la demanda asistencial: enfermar o ver que sus familiares se enferman, unido al estrés derivado de su actividad asistencial, puede hacer que se sientan agotados.

“Es una reacción normal en este tipo de situaciones”, aseguran.

Entre las alternativas a ofrecer al personal de la salud, mencionan “proporcionar apoyo y atención sanitaria: la angustia del paciente y las familias puede ser cada vez más difícil de manejar”.

El gran estrés en las zonas de atención directa hace que los trabajadores pueden experimentar miedo, pena, frustración, culpa, insomnio y agotamiento.

También cuentan en esta lista: la exposición al desconsuelo de las familias, ya que el personal sanitario se expone a un sufrimiento intenso ante la muerte en aislamiento.

Dilemas éticos y morales: la falta de medios, la sobrecarga y la evolución incierta de los pacientes derivan en ocasiones en que el profesional deba tomar decisiones complejas.

Por ese motivo “las respuestas a las situaciones que el personal de salud debe enfrentar pueden desencadenar estrés emocional”, aseguran.