viernes 19 de abril de 2024

NACIONALES | 22 feb 2021

Tema vacunas

Las disculpas de Verbitsky sonaron más a "Tarea Cumplida"

Horacio Verbitsky provocó con su vacunación irregular una crisis en el Gobierno. Las disculpas que pidió desde su revista online suenan a algo diferente.


Si nadie logró interpretar las razones por las cuales el periodista y titular del CELS, Horacio Verbitsky contó por sí solo en radio la anécdota de su vacunación irregular que le costó el puesto al Ministro de Salud sin que se lo hubieran preguntado, anoche al lanzar su revista dominical online, se terminó de descubrir el verdadero motivo.

En "El Cohete a la Luna" Verbitsky realiza una breve y compungida aclaración de su "inocente relato radial" intentando pedir disculpas por no haber advertido la repercusión de haber permitido su vacunación por fuera del sistema que implica turnos sin preferencias.

Comienza diciendo: "Debo explicaciones a todos los lectores del Cohete y a quienes siguen mi trabajo y mi militancia desde hace mucho tiempo. Mi vacunación en el Ministerio de Salud fue un error grave, del que me arrepiento, y por el que pido disculpas. Asumo sin excusas la parte que me toca y acepto todas las críticas recibidas, así como agradezco las tan numerosas comunicaciones de solidaridad y afecto. Si lo hice y, sobre todo, si luego lo conté sin que nadie me lo preguntara, es porque no advertí que fuera algo incorrecto, el ejercicio de un privilegio".

Es atendible lo que argumenta y como estructura su pedido de disculpas y de reivindicación a quien menciona como su amigo Ginés González García, y también el mea culpa que realiza de cara a la sociedad, por recibir ese privilegio sin advertir que lo era.

Luego continúa diciendo:

"Entiendo el pedido de renuncia que le formuló Alberto, deploro su salida del gobierno y recomiendo leer su carta de despedida. Allí, además de trazar un balance de su gestión, luego del desastre de los cuatro años del neoliberalismo, el ex ministro dice que las personas vacunadas en el Ministerio “pertenecen a los grupos incluidos dentro de la población objetivo de la campaña vigente”. Es lo mismo que me dijo cuando, alarmado ante el noveno contagio en mi familia, que abarcó desde septuagenarios hasta bebés de un año, y con una víctima fatal luego de semanas de sufrimiento, lo consulté sobre si me correspondía. Me dijo que sí y que debía hacerlo en el Hospital Posadas, uno de los tres nacionales, que depende del Ministerio. Días después obtuve el turno".

Pero como él mismo admite, Verbitsky acostumbró a su público no dar puntada sin hilo, y entonces otra vez vuelve a dejar pensando si las disculpas son sinceras o se enmarcan dentro del "estilo Verbitsky" de escribir lo que "hay que decir", pero en el fondo estar enviando otro tipo de mensaje con la sutileza que lo caracterizó toda su vida de militante y de periodista.

"Habrá quienes duden, porque a lo largo de tantos años se fue estructurando un estereotipo sobre mí que excluye actos ingenuos o simplemente estúpidos. Se presume que siempre actúo en forma racional y se buscan motivaciones ocultas, que en este caso han llegado a extremos delirantes, como que fue un regalo de cumpleaños a Cristina, para que el gobierno se desembarazara de Ginés", continuó en su nota de "El Cohete a la luna".

No sólo la ironía del final de su artículo en el que expresa, "El único consuelo es constatar cuánta gente digna y pura nos rodea y no nos habíamos dado cuenta", deja picando otra lectura, sino, y sobre todo el título y la foto que eligió para "vestir su nota".

Verbitsky coloca una sola palabra para describir la situación y es "Vacunados". Inmediatamente debajo ubica una foto que no es de él, ni de ninguna de las personas que obtuvieran la posibilidad de recibir las vacunación por amiguismo, es decir por fuera del sistema, lo cual sería lo correcto periodísticamente en este caso, sino que a quienes elige para ilustrar su artículo son a los dos más afectados por el incidente: el presidente Alberto Fernández, y el ahora exministro de Salud, González García.

Cual si fuera un sello de "pagado", o "entregado", Verbitsky coloca "Vacunados" y el metamensaje sugiere exactamente lo contrario a lo que él en palabras trata de desmentir en su pedido de disculpas, en donde aseguraba que hasta le habían insinuado la locura de que había narrado lo de su espuria vacunación como regalo de cumpleaños a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Es decir Verbitsky desmiente como diagramador y titulador lo que luego afirma en el cuerpo de su nota.

Como si la verdad haya sido marcarle la cancha al presidente, quizás cansado de la "tibieza" (caso Vicentín, relación con Clarín, lentitud de impuesto a la riqueza y "funcionarios que no funcionan") que le apuntan los más puros kirchneristas a la gestión de Fernández, pero no decirlo en palabras sino sugerirlo para que "quien pueda entender que entienda".

Verbitsky se asumió como inocente, cándido, naif e ingenuo a la hora de narrar su episodio de vacunación, y ahora (sin desdecirse) se asume como el estratega que siempre fue, es y será, pero sólo para entendidos.

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