jueves 28 de marzo de 2024

LOCALES | 27 feb 2021

PALEONTOLOGÍA LOCAL

Los monstruos de la Laguna

Cuesta creer que en el paisaje juninense de hace unos 10 mil años hubo una fauna exuberante en cuanto a tamaño que tal vez por acción del hombre (igual que ahora) se fue extinguiendo. SEMANARIO trazó algunas características de aquellos mastodontes cuyos fósiles se hallan en el Salado, por si algún lector imaginativo quiere hacerse una idea de lo que fue aquella época no tan lejana.


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Por: Redacción Semanario

La bajante del Salado otra vez fue noticia por el afloramiento de fósiles de tremendos monstruos que habitaron el paisaje juninense, cercano al río Salado.

Justamente quienes se encargan de recolectar muestras para el Museo Municipal Paleontológico Legado del Salado, volvieron a destacar la vigencia de la Ley nacional 25743 de protección del patrimonio, con el fin de que nadie se esté llevando lo que es de todos.

Al mismo tiempo uno de los referentes, José María Marchetto, brindó detalles del “bicherío” que podía encontrarse en los suburbios laguneros allá lejos y hace tiempo, los cuales fueron recopilados por SEMANARIO para dar una idea de qué características tenían.

UNA CONOCIDA

Fue en 1834, durante una recorrida por Puerto San Julián, en la actual provincia argentina de Santa Cruz, que Charles Darwin descubrió varios restos óseos de un curioso mamífero extinto que, desde entonces, desafió a los métodos clásicos de clasificación taxonómica.

Bautizado macrauquenia (significa Llama grande porque se lo confundió con aquel mamífero) o Macrauchenia patachonica, Darwin lo definió como un “notable cuadrúpedo”: “Pertenece a la misma división o grupo de los paquidermos junto con el rinoceronte, el tapir y el Palæotherium [antepasados de los actuales caballos], pero en la estructura de los huesos de su largo cuello ofrece una evidente relación con el camello, o más bien con el guanaco y llama”, escribió el naturalista en sus diarios.

Hasta el municipio local le rindió homenaje en el balneario ubicando allí una escultura en tamaño natural, cuando Pablo Petrecca intentaba ganar votos con la paleontología.

Sin embargo, hace muy poco científicos del CONICET y de otras instituciones de Argentina participaron de un estudio internacional que logró extraer por primera vez el ADN de la macrauquenia y dilucidó su grado de parentesco con mamíferos actuales. La obtención de ADN antiguo es compleja por el alto grado de contaminación de las muestras.

Macrauchenia patachonica es el último representante del linaje de los Litopterna, un grupo que se desarrolló en América del Sur y la Antártida durante casi 65 millones de años y se extinguió hace aproximadamente 10 mil años sin dejar descendientes vivos.

Las nuevas técnicas de secuenciación determinaron que los Litopterna –grupo al que pertenece Macrauchenia– están hermanados con los perisodáctilos: un grupo de mamíferos que tienen dedos impares y pezuñas, como los caballos, tapires y rinocerontes.

STEGOMASTODON

Otro de los “grandes” del Salado fue el Stegomastodon.

Los Stegomastodontes, fueron gonfoterios que habitaron prácticamente toda América. Sus restos fósiles más antiguos se hallaron en Chihuahua, México con unos 5 millones de años y los más recientes, hallados en Suramérica tienen menos de 10.000 años.

De casi tres metros de altura al hombro y con más de 5 mil kilos de peso, fue un proboscídeo (con trompa) con características morfológicas semejantes a las de los elefantes que aún habitan la Tierra. Aunque se desconoce si su piel era "lampiña" como la de los elefantes o lanuda como de mastodonte, una característica evidente que diferencia a estos paquidermos se encuentra en sus piezas dentarias, con defensas prácticamente rectas en las especies que vivieron hasta el final de la Edad de Hielo, pudiendo ser vistas y cazadas por la especie humana recién llegada a América.

Se alimentaba principalmente de pastos aunque también incluía otras hierbas como brotes tiernos de los árboles y de diversos vegetales que encontraba en los ambientes que habitaba: zonas abiertas o sabanas arboladas, con climas usualmente de tipo templado a cálido.

TOXODON

Dice la reconocida BBC en una de sus historias que al cráneo de Toxodon platensis que Darwin compró en Uruguay le faltaban casi todos los dientes porque unos niños habían estado jugando con él.

“Cuando a Charles Darwin le dijeron que en un campo de Uruguay habían encontrado el cráneo de un gigante, el joven explorador británico quiso verlo. Pagó menos de US$10 por el fósil de la cabeza de un animal del tamaño de un elefante, con dientes de roedor y ojos de ser acuático”.

"Es quizás uno de los animales más extraños jamás descubiertos", escribiría luego Darwin al analizar aquel fósil recolectado el 26 de noviembre de 1833, en el marco de su viaje de 5 años por Sudamérica a bordo del HMS Beagle.

El animal, bautizado como Toxodon platensis, es uno de los misteriosos mamíferos gigantes extintos que le ayudaron a elaborar su revolucionaria teoría de la evolución y aunque parezca mentira, anduvo por tierras del Parque natural.

MEGATERIO

Un equipo de investigadores argentinos descubrió a principios de este mes de febrero, el fósil del megaterio "más antiguo conocido", un ejemplar joven que vivió hace más de 3,5 millones de años, según informó el Museo de Ciencias Naturales de Miramar, ubicado en la provincia de Buenos Aires.

El megaterio, que también anduvo por el Salado en Junín y de quien se supo su existencia tras su hallazgo de un ejemplar en el siglo XVIII, fue un enorme perezoso terrestre que habitó América del Sur hasta hace unos 10.000 años, cuando se extinguió principalmente por la acción de los cazadores humanos.

Este mamífero alcanzaba los cinco metros de longitud y llegó a pesar hasta seis toneladas, medidas equiparables a un elefante adulto en la actualidad, además de tener un hocico estrecho y una larga lengua para arrancar las ramas de los árboles con las que se alimentaba.

GLIPTODONTE

Los armadillos gigantes o gliptodontes, son famosos y son mamíferos nativos de América del Sur y su origen se remonta a más de 40 millones de años atrás, cuando la región se encontraba aislada de otras masas continentales dando lugar a condiciones que permitieron la evolución de grupos de organismos únicos en el mundo.

Desde entonces habitaron nuestras pampas junto a una gran diversidad de mamíferos de considerable tamaño, y se extinguieron poco después de finalizado el Pleistoceno, hace unos 8.000 años.

Los gliptodontes son parecidos a los armadillos actuales (mulitas, peludos), ya que ambos poseen el cuerpo protegido por una coraza ósea muy característica. Los dos grupos comparten un ancestro en común, son como “primos segundos” en la historia evolutiva. Algunas especies de ambos grupos convivieron durante parte del cuaternario, pero mientras los gliptodontes se extinguieron totalmente, los armadillos lograron sobrevivir hasta la actualidad.

Existieron muchos grupos diferentes de gliptondontes de gran tamaño, entre los cuales se encuentra el género Glyptodon, con una longitud de 2 m de largo y una masa que superaba los 1.000 kg.

EQUUS NEOGEUS

Dentro de los no tan inmensos, Equus neogeus es un mamífero perisodáctilo extinto de la familia Equidae y del género Equus que vivió en el Pleistoceno de América del Sur.

Su tamaño era algo inferior al caballo doméstico actual.

E. neogeus es la especie más grande y grácil de todos los équidos sudamericanos, por lo tanto, la más similar al caballo doméstico. Posee un cráneo grande, con una región preorbital y nasal ensanchada. Seguramente habitaban en espacios abiertos de estepas, praderas, o sabanas, en pequeños grupos que pastarían siempre atentos al peligro que representaban los variados predadores carnívoros entre los cuales se incluía al hombre. Su dieta era herbívora.

Vivió hasta el final del Pleistoceno o el Holoceno temprano, por lo que convivió durante algunos milenios con las primeras oleadas humanas llegadas a América del Sur, es decir los primitivos amerindios. Estos, según los especialistas, ejercieron una presión cazadora que podría haber afectado su equilibrio poblacional, lo que podría ser una de las causas de su extinción.

EL GÉNERO DUSICYON

Dusicyon avus es una especie extinta de cánido (con similitudes con el zorro), que habitó el centro-sur y extremo sur de América del Sur. Sus restos fueron encontrados en sedimentos del Pleistoceno superior, hasta el Holoceno tardío. Su talla era de media a grande, tal vez del tamaño de un pastor alemán. No está claro por qué este animal se extinguió.

Algunos especialistas postularon algunas hipótesis, como el cambio ambiental o la hibridación con perros domésticos. En las pampas y Patagonia, los registros más modernos de Dusicyon avus son de 3000 años a. p (antes del presente) y los más antiguos registros de perros domésticos (los que acompañaban a las tribus amerindias) son de 1000 años a. p. aunque es posible que algunas poblaciones de D. avus hayan llegado hasta la época del contacto europeo, pero no hay certezas aún.


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