A 45 años del último golpe de Estado, dirigentes gremiales, funcionarios educativos, concejales y otros invitados se reunieron en la sede de Casahuerta, “símbolo de la lucha por una Escuela Pública para todos y todas, y de la defensa de los Derechos Humanos”.

“En ese lugar, donde quisieron imponernos el olvido, hoy #PlantamosMemoria. Con la alegría de saber que pronto, decenas de jóvenes caminaran por ese predio, y se apropiaran de este momento y de toda su historia porque hay un Estado presente, y que hoy estuvo representado por la Inspectora Distrital Karina Pezzatti y la Inspectora Regional Lourdes Pedroza”, señalaron desde SUTEBA.

La designación de que esta fecha se establezca como feriado nacional inamovible, fue implementada por la Ley Nº25.633 con promulgación en el año 2002, en conmemoración de quienes resultaron víctimas de la última dictadura militar iniciada en esa fecha del año 1976.

“Las efemérides pueden ser meras formalidades pero también instancias de conmemoración y reflexión y, por lo tanto, un espacio privilegiado para el ejercicio de la memoria. La memoria es, en este sentido, una forma de recuerdo social que se pregunta qué, cómo y para qué recordar.

La escuela es, sin dudas, un espacio propicio para ejercer esta forma del recuerdo y a través de ella reflexionar sobre nuestro pasado”, remarcó la secretaria general de SUTEBA, Francina Sierra.

En este marco, durante el acto realizado a 45 años del último golpe de Estado, se recordó que “el desafío de la educación es promover explicaciones sobre una de las experiencias más traumáticas de nuestra historia nacional y habilitar preguntas que sirvan para comprender el pasado desde el tiempo presente y que nos permitan construir un futuro deseable y por sobre todas las cosas para comprender que NUNCA MAS debe ser el deseo de todo el pueblo argentino”.

El 24 de marzo encuentra a toda la comunidad educativa con la conmemoración de acontecimientos vividos por algunos e imaginados por otros. Incluye aspectos traumáticos, que difícilmente puedan ser representados, No hay retratos de héroes ni escenografías, textos o disfraces que puedan dar cuenta del pasado horroroso. En algunos casos debemos recurrir al testimonio de quienes padecieron en carne propia el terrorismo de estado para recordar ese pasado nefasto.

“La Memoria, al igual que una semilla, viene cargada de futuro. Contiene toda la información genética para poder llegar a ser el árbol que late en su destino. Hoy en tiempos de pandemia, incendios, deforestación y cambio climático, nos encontramos en Casahuerta para plantar vida como un acto de memoria y futuro. Porque el recuerdo de cada compañero detenido desaparecido trae consigo el legado de lucha por un país más justo y solidario”, aseguraron los dirigentes docentes.

Además, se explicó: “La elección de la especie que plantamos, de origen chino llamada Ginkgo se debe a que después del estallido de la bomba de Hiroshima un viejo Ginkgo destruido y seco empezó a brotar, mientras que toda la ciudad fue completamente destruida. Por eso para Hiroshima se transformó el símbolo portador de esperanza y de vida, esperanza que es lo que nunca perdimos los que con tanto amor defendimos esta escuela y vida como acto de memoria por los 30 mil compañeros desaparecidos”.