miércoles 24 de abril de 2024

CULTURA | 9 abr 2021

JUNINENSE OLVIDADO

Orlando Marconi: quienes lo recuerdan, saben que fue un grande

Figura clave en la radio y la televisión argentina, creó un estilo de fina conducción que hizo escuela. Fue un claro representante de una raza hoy extinguida.


Por: Ismael A. Canaparo

El olvido involuntario ocurre con amigos, películas, libros, recuerdos envueltos en paño de oro, personas trascendentes de tu existencia. El desencuentro puede radicar en uno mismo, porque tal vez ellos no sean culpables. Un poeta aconsejaba con sabiduría: “Guarda tus mejores recuerdos y si llegas a viejo, que te sirvan”. Y existen cantantes, músicos, artistas, lugares, memoria y gente que fue muy cercana a los que siempre se puede volver con gozo, sin miedo, sabiendo que la ancestral comunicación volverá a ser inmediata, aunque el tiempo haya transcurrido, inevitablemente. Esto me sucede releyendo la trayectoria de Orlando Marconi.

Periodista, músico, locutor, animador, actor (cinematográfico y teatral), líder en televisión, pero fundamentalmente un fino observador de los acontecimientos cotidianos. Eso fue, a grandes rasgos, Orlando Genial Marconi quien, a lo largo de su exitosa y prolongada trayectoria, siempre subrayó su orgullo de juninense agradecido.  

Marconi, que nació en Junín el 20 de octubre de 1929 y falleció en Buenos Aires el 1º de febrero de 1994, dedicó buena parte de sus 64 años a intentar interpretar una realidad tan cambiante, como la nuestra, anteponiendo el sentido común, la reflexión exacta y un modo distinto de ejercer tantas variantes periodísticas y artísticas. Uno de los padres sagrados de la locución/animación en los medios de comunicación (a la altura de Jorge “Cacho” Fontana, Guillermo Brizuela Méndez, Antonio Carrizo, Hugo Guerrero Marthineitz, Enrique Alejandro Mancini, Pinky, Adolfo “Fito” Salinas, Nelly Prince, Nelly Trenti, Colomba, Blackie, Augusto Bonardo y Juan Alberto Badia, entre otros), nuestro coterráneo hizo del buen gusto y la creatividad un estilo muy particular, despojado de toda formalidad. Se caracterizó, en especial, por las lecturas simples de la realidad, pero sin por ello resignar rigurosidad analítica y aguda. Logró lo que pocos privilegiados alcanzan: haber dejado su marca en casi todas las radios y canales de televisión del país. Una persona que, tanto en lo profesional como en lo personal, eligió hacerle frente a la vida desde la calidad y la coherencia.

Como músico inquieto, su gran pasión fue el violín. Estudió con el maestro Francisco Postiglioni, integrante de la orquesta de Roberto Firpo, en su época dorada. Luego formó parte de la orquesta típica “Novel”, que fue suceso en los carnavales de Mariano Moreno de 1945 y 1946, con su cantor Ricardo Astrada. Años después, a mediados de los ´50, se afincó en Mar del Plata, donde fue el violín de la agrupación Brumetti” y, además, se inició como locutor en una emisora de la ciudad balnearia.

Orlando Marconi fue el primer conductor de un programa cumbre y muy recordado de la TV argentina, emitido por Canal 9 en las décadas de 1970, 1980 y 1990 y luego en 2005 y 2006: “Feliz Domingo para la Juventud” o simplemente “Feliz Domingo”.  En el ciclo -que comenzaba al mediodía y se extendía hasta las diez de la noche- también había shows en vivo con grandes invitados. Las prendas musicales y de bailes, contaban con la actuación de una orquesta en vivo, dirigida por Eddie Pequenino. La duración del programa fue variando, y llegó a prolongarse por doce horas (mediodía a medianoche); y en la época de la dictadura militar una disposición prohibía los programas en vivo y de más de tres horas de duración; por lo que debió adaptarse y por un par de años salió grabado y con extensión reducida. En 1974, con la estatización de los canales, el título "Feliz Domingo", que pertenecía a Alejandro Romay, debió reemplazarse por el de “Domingos para la juventud”. En 1977, Marconi lo abandona para hacer su propio programa de estudiantes en Canal 11: "Tardes de Marconi". Este ciclo tuvo solamente dos ediciones, siendo la de 1977 la más importante.

En televisión tuvo muchísimos programas, casi todos con su protagonismo exclusivo. He aquí los principales de ellos: “El club 21” (1959), “Cinemapesos” (1959), “Operación Jaja”, por Canal 11 (1960), “Telemasrisas”, con Vicente Rubino y Marcos Zucker (1961), “Vivir es una comedia”, por Canal 11 (1968), “Feliz Domingo” (1970), “El teatro de los tres” (1970), “El ojal” (1970), “El chaleco” (1970), “Alta comedia” (1970), “El campeonato de la risa” (1971), “El lunes es sábado” (1973), “Almorzando con Orlando Marconi” (1974), “Domingos Estudiantiles” (1975), “Domingos de verano” (1975), “Tardes de Marconi”, por Canal 11 (1977), “Sábados para todos” (1980), “A todo nueve”, con Jorge Rossi (1981), “Pantalla abierta” (1981), “Domingos gigantes” (1982), “La manzana de la alegría”, con Mario Marzán (1983), “Viva la risa” (1983), “Gracias por tu vida” (1984), “Las tretas de Moria” (1987), “Todos con Marconi (1991), “Inolvidable” (1992) y “Los Benvenutos” (1989/1994).

Como actor de reparto, participó en cinco películas: “Del cuplé al tango” (1958), con Virginia Luque, Tito Lusiardo, Osvaldo Miranda y Fernando Siro; “Dar la cara” (1962), con Leonardo Favio, Luis Medina Castro, Ubaldo Martínez y Nuria Torray; “Cristobal Colón en la Facultad de Medicina” (1962), con José Marrone. Juanita Martínez, José María Langlais y Nelly Láinez; y  “Don Carmelo, il capo” (1976), con Eddie Pequenino, Thelma Stefani, Adriana Aguirre y Vicente La Russa y. Un caso curioso fue con el filme “La superdotada” (1984), una coproducción entre Argentina y México, dirigida por Ricardo Montes, donde Marconi ejerció un rol protagónico junto a Thelma Tixou, King Clave y Noemí Ceratto. La película fue pensada para el relanzamiento de la vedette Thelma Tixou como estrella erótica, pero nunca fue estrenada.

En el teatro, Marconi tuvo una participación relevante en la comedia picaresca “Los años locos del Tabarís”, junto a Alberto Anchart, Mario Sánchez, Moria Casán, Tandarica, Carmen Barbieri, Violeta Montenegro, José Marrone y Carlos Scazziotta. En esa pieza, Orlando se lucía en un pasaje especial que compartía con el inefable Marrone. Cuentan los memoriosos que las trasnoches de los sábados eran de armas tomar.  Cuando terminaban las peleas en el Luna Park la gente subía por Corrientes hacían el Teatro Tabarís (Corrientes 831) y luego comía pizza en Las Cuartetas. Ese era el plan de la mayoría. “El Luna te tiraba unos diez mil tipos con guita en el bolsillo para ver algo de boxeo, por eso era muy fácil llenar el estadio. Y como dependíamos de las peleas, anunciábamos el trasnoche a la “una y pico”, porque no sabíamos a qué hora terminaba la cosa. Si se producía un knockout, había que apurarse", cuenta el empresario Carlos Rottemberg, propietario de la sala.

Marconi, en la platea de Sarmiento, junto a Omar Ordoñez, juez de Menores, y Aníbal Demattei, propietario del Canal 2.

En 1980, Marconi conducía un exitoso programa vespertino por la emisora líder por muchos años: LS5 Radio Rivadavia. La grilla comenzaba por la mañana con Héctor Larrea y su “Rapidisimo”, continuaba con “La vida y el canto”, del maestro Antonio Carrizo, y luego venía el juninense, también en el marco de una audiencia multitudinaria. Después llegarían Silvio Soldán, Julio Lagos, Gerardo Sofovich y Juan Alberto Badía. Ese año, con Sarmiento luchando por ascender a Primera, Orlando se caracterizó por impulsar una enorme difusión a esa sensacional campaña del equipo verde, con conexiones diarias y entrevistas a jugadores, técnicos, dirigentes, periodistas y gente de la calle. Y los fines de semana, no dejaba de acompañar “en vivo” en los partidos tanto de local como de visitante.

Pero no todo resultó color de rosa en la extensa carrera de Marconi. En medio de fuertes acusaciones, en junio de 1983, fue detenido y acusado de posible delito de corrupción de menores. Sin embargo, enseguida esta penosa situación se aclaró, culminando con la liberación de Orlando, que de inmediato retomó su actividad artística. Otro momento incomodo por el que debió pasar fue cuando su ex esposa apareció en varios medios gráficos hablando sobre las rivalidades con las hermanas del actor/animador y brindando polémicos comentarios.

Orlando Marconi falleció el 1º de febrero de 1994 como consecuencia de problemas cardíacos que padecía desde 1986. Cinco años después debió someterse a una urgente intervención quirúrgica, que finalizó con la colocación de un marcapasos. Sus restos descansan en el Panteón de SADAIC de la Asociación Argentina de Actores del Cementerio de la Chacarita.  Durante su sorpresiva muerte, se encontraba interpretando al personaje de "Pater familias" en el popular programa protagonizado por Guillermo Francella, “Los Benvenuto”.


EL PRIMER ANIMADOR EN GANAR UN MARTÍN FIERRO


El nombre de Orlando Marconi está grabado a fuego en las célebres distinciones de la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentina (APTRA), fundada en 1959. Precisamente en la primera edición de las entregas, el juninense se adjudicó el Martín Fierro como “mejor animador” por su programa “Cinemaspesos”.

La historia de APTRA es así. El 9 de junio de 1959, diez periodistas dedicados a la crítica y la información de la radio y televisión, se reúnen en la sede de Argentores, situada en Pacheco de Melo 1820 y deciden fundar una entidad que los agrupe. Por unanimidad, Manuel Ferradás Campos fue designado primer presidente de la flamante Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentinas. A fines de ese mismo año, en el Teatro Nacional Cervantes, se formalizó la primera entrega de los premios. Para este caso se aceptó una estatua del escultor Luis Perlotti llamada “El gaucho”, obra artística que pesa más de dos kilos. Por entonces, se distinguió sólo la labor televisiva, por entonces focalizada en Canal 7, única televisora de aquellos tiempos y con apenas nueve años de estar en el aire.


“DEJAMOS A LOS VEJESTORIOS Y APOSTAMOS POR LOS JÓVENES”


Marconi cuenta el principio de un mito: “Feliz Domingo” comenzó como un programa para adultos, con mí conducción y la producción de Gerardo Sofovich. Al cabo de un tiempo Gerardo se va y me llaman para que me ocupe de la parte más cultural del programa, porque a los directivos del canal no le gustaban las preguntas y respuestas. Un día, la tranquilidad del estudio se ve conmovida por la entrada de una veintena de pibes haciendo una batahola impresionante. En ese momento entregábamos un auto usado como premio mayor, con un método parecido a lo que era un clásico: había una bandeja con llaves para los finalistas, que elegían una y el que abría la puerta se llevaba el coche. Al domingo siguiente vinieron dos colegios e hicieron más lío que los anteriores. Entonces yo decidí hablar con los chicos para preguntarles por qué habían venido. Y ellos respondieron: “Queremos sacarnos el auto, así hacemos una rifa, lo sorteamos y con eso nos vamos a Bariloche”. Nos dimos cuenta que los pibes le daban mucha energía al programa, así que dejamos a los vejestorios de lado y así empezó “Feliz Domingo para la juventud”.


 

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