La noche juninense parece transcurrir sin modificaciones. En medio de una denuncia radicada por agresiones físicas a una menor de 17 años, trascendió que boliches siguen trabajando como locales bailables, donde no se respetan medidas de distanciamiento, se excede el factor ocupacional permitido para estos tiempos y los horarios establecidos para su funcionamiento.

Según pudo saber SEMANARIO, en las últimas horas una mujer presentó una denuncia en la Fiscalía, en la que narra un suceso ocurrido durante el fin de semana y en el que menciona a un bolichero local, a la hija del director de Seguridad del municipio y su novio policías, a quienes señala como responsables de la violencia física ejercida sobre su hija, menor de edad.

El hecho habría tenido lugar el viernes 9, en un evento social denominado “El baile de Wanda”, que se desarrolla en una confitería ubicada sobre avenida Benito de Miguel. La denunciante, que trabaja en ese lugar, fue anoticiada que alrededor de las 23 llegaría “gente de Sultana”, otro boliche local, con su propietaria Florencia Chami a la cabeza.

Dada anteriores rencillas entre las mujeres, la denunciante se retiró del lugar para evitar conflictos. Pero después recibió la noticia de que su hija, de 17 años y que también cumple funciones en el local de Benito de Miguel, había sido agredida por la pareja de Chami, que es policía.

Según la denuncia radicada, “el policía, que estaba de civil, la empuja a su hija, la tira contra la pared. Que a pesar que le decían que no le pegue porque es menor de edad, esta persona decía que podía hacer lo que quiere porque es policía”.

A la menor la llevaron aprehendida a la Comisaría, donde la denunciante tuvo que ir a buscar y fue revisada por un médico que constató las lesiones que había sufrido.

Lesiones que presentó la menor.

En la presentación realizada ante la Justicia, además se da cuenta de una situación preocupante: la falta del cumplimiento de protocolos establecidos para los tiempos de pandemia, en que está prohibido bailar por el tema del distanciamiento, y los boliches deben funcionar como bares. Además de la falta correspondiente de controles desde el municipio.